“Sólo la unidad del pueblo y la solidaridad de sus dirigentes garantizan la grandeza de las naciones.”
Andrés Bello
INTRODUCCIÓN
Cuando un candidato a la presidencia de los Estados Unidos es octogenario y se tienen dudas sobre su capacidad para gobernar un segundo término.
Cuando su rival es sólo tres años alejado de él en edad y ha dado abundantes muestras de desequilibro por lo que dice, por su conducta y por lo que piensa.
Cuando el promedio de edad de los congresistas (diputados) es 58.3 y de los senadores es 63.9.
Cuando una gran senadora muere sin renunciar a su cargo a la edad de 90.
Cuando el líder del Senado tiene 81 años y da muestras de paralizarse sin poder hablar en algunos discursos en público.
Cuando por primera ocasión en la historia de los Estados Unidos el líder del Congreso (Speaker of the House) es destituido con una clara división del partido republicano.
Cuando un Senador es acusado de corrupción encontrando barras de oro en su casa y dinero abundante.
Cuando un Juez de la Suprema Corte de Justicia ha aceptado viajes y prebendas que comprometen su integridad como juez.
Cuando al más probable nominado para la presidencia de Estados Unidos por parte del partido republicano se le acusa de cuatro diferentes delitos y 91 cargos y sigue justificando y casi idealizando la subversión que llevó a la toma del Capitolio procurando evitar la certificación de las elecciones que había perdido.
Cuando la Suprema Corte de Justicia tiene probados sesgos conservadores rayando en lo reaccionario y existen importantes asuntos pendientes para que ésta analice y determine sus decisiones.
Cuando hay amenaza de una reacción en cadena de huelgas en varias corporaciones.
Cuando existe una diferencia tan grande de ingresos en esta nación donde una pequeña fracción es inmensamente rica y una mayoría es cada vez más pobre.
Entonces, parafraseando al New York Times, las naciones amigas de los Estados Unidos deben estar muy preocupadas, al mismo tiempo que las naciones enemigas se alegran en extremo viendo cómo este caos, y crisis interna debilita al país, erosiona a las instituciones y abunda la polarización de una nación considerada el paladín de la democracia y el modelo de gobierno. Lo que es peor, los votantes se sienten cada vez más descontentos y sin opciones en sus preferencias.
Este artículo intenta explicar cómo el mal de los males apunta al partido republicano y cómo sus malos ejemplos han influido al resto del mundo donde se viven crisis parecidas de gobiernos populistas.
ACLARACIÓN
Empezaré diciendo, por si alguno de mis lectores tiene simpatía por el partido republicano que soy -independiente-. Nada me daría más gusto que ver al partido republicano reorientándose para enarbolar los importantes asuntos de esta nación y que me dieran algunas buenas razones para seguirlos y votar por ellos. El título de este artículo está basado en evidencias, no en tendencias o sesgos ideológicos. A esta nación le urge que los republicanos recuperen rumbo y agendas en beneficio de la grandeza y el legado de este país, pero sus líderes no parecen entender, o saber cómo hacer eso.
RAZONES PARA ESTE DECLIVE
Son abundantes y los republicanos y su partido no son los responsables de todas las razones de este escenario de incertidumbre. Aquí van algunas. Muchos años de aspiraciones congeladas para mejorar la vida por parte de los ciudadanos de esta nación. El surgimiento de las redes sociales comunicándose. Nuevos medios de comunicación, principalmente por cable promoviendo el extremismo, infiltrando el miedo, y la desconfianza, sobre todo de corrientes conservadoras o republicanas. La abundancia de teorías conspiradoras anunciando catástrofes. Los efectos del cambio climático. La erosión de las instituciones y su credibilidad. La pandemia. Las deudas estudiantiles. Los intereses altos para comprar casas. La inflación. La guerra de Ucrania y la ayuda que se le presta a esta nación. La crisis de la frontera. Adicciones a drogas y aumento del consumo de alcohol de gran parte de la población. Sueldos bajos. Crimen organizado. Aumento en la violencia y los incidentes de matanzas entre pandillas rivales y de inocentes en escuelas y la vía pública. La inseguridad en general. Desconfianza en las policías. Desilusión con la política y los políticos. Falta de educación sobre todo de temas cívicos y políticos. Y, hay más razones.
GEREONTOCRACIA
Parte de todo ese mal son los políticos de edad que se aferran al poder. La gerontocracia es una sociedad donde el liderazgo está reservado para los mayores. Varios países socialistas asiáticos están gobernados por gerontocracias, China, Corea del Norte y Vietnam son ejemplos, aunque hay muchos otros como México, Kuwait, el mismo Putin pasa las siete décadas. Pero como hemos visto en la primera parte de este artículo los Estados Unidos muestran un ejemplo de políticos aferrados a no dejar el poder que detentan. No preparar nuevos cuadros, desconfianza en los más jóvenes, o simplemente pensar que sólo ellos con sus años acumulados de experiencia son capaces de sacar adelante la pléyade de problemas internos y externos que hace cada vez más complicado el arte y la ciencia de gobernar.
PROBLEMAS Y ACIERTOS DEL PARTIDO DEMÓCRATA
Por supuesto que el partido demócrata tiene mucho de malo y equivocado, particularmente ha abandonado a la clase trabajadora y ha hecho que muchos de estos trabajadores particularmente de minorías étnicas se vayan al partido republicano en un acto desesperado embelesados por la retórica de Trump. También se han ido moviendo en apoyo de la retórica anti inmigrante; pero básicamente, y a partir de resultados, el partido demócrata ha funcionado mucho más coherente, coordinado y eficiente que el republicano.
Las partes moderadas y progresistas del partido demócrata han funcionado unidos. Claro que tienen diferencias, pero no han dudado de votar en favor de una agenda ágil, ambiciosa, que obviamente mejoraba a los Estados Unidos, como fue el paquete de infraestructura al inicio de su gobierno, el manejo del COVID, el nombramiento de jueces calificados, contrarrestando los abusos de Trump nombrando muchos jueces sin preparación ni experiencia sólo favoreciendo su ideología conservadora. El partido del color azul ha sido el más activo apoyando medidas para enfrentar el cambio climático y siempre con una disciplina bajo el liderazgo de Nancy Pelosi.
EL MAL DE LOS MALES: EL PARTIDO REPUBLICANO
Los republicanos han perdido la brújula, han ahondado sus diferencias y se han radicalizado en extremo. Muchos de ellos, la mayoría, o apoyan abiertamente a Trump o no les conviene mostrarse en contra de él. Para los republicanos apoyar, negociar, o presentar proyectos legislativos con los demócratas es anatema. Algo que contrasta con la vieja escuela republicana que entendía que, en el arte de gobernar la cooperación, la negociación y la visión del bien común trascendía diferencias. Eran comunes las propuestas bipartidistas en esa vieja escuela.
El colmo de los errores republicanos han sido sus equivocaciones apoyando “creencias” (así, entre comillas), flagrantes mentiras, como que Obama no era americano, que Trump ganó la elección, que las vacunas no funcionan, que el cambio climático es un invento, que los inmigrantes son delincuentes y que pasan fentanilo y muchas más.
Realmente da pena, que habiendo tantos asuntos de importancia y urgencia enorme, ellos ignoren esos asuntos y se la pasen peleándose entre facciones. Mientras China, Irán, Corea del Norte, Israel, Rusia y otros se sienten felices del caos político y la inefectividad del gobierno.
LOS POPULISTAS
Mientras que los Estados Unidos no son los únicos populistas que, a través de Trump, sus republicanos y muchos que lo siguen lo muestran, tratándose de un país tan influyente en el mundo, de manera directa o indirecta ha influido estas corrientes en muchas más naciones.
Populismo es el uso de “medidas de gobierno populares”, destinadas a ganar la simpatía de la población, particularmente si ésta posee el derecho a votar, aun a costa de tomar medidas contrarias al estado democrático. Eso es precisamente lo que hace Trump al culpar a los inmigrantes, a los musulmanes y a los demócratas de comunistas y delincuentes. El presidente de México igual, con los apoyos populares a los adultos mayores. Bolsonaro en Brasil atacando a las instituciones y apoyando la deforestación de la Amazonía, y muchos más. Tenemos que concluir tristemente que los republicanos han caído presas del populismo y que se han convertido en el mal de todos los males como ejemplo de un mal gobierno.
EL DIÁLOGO SINE QUAN NON DE LA POLÍTICA
Un mal particularmente nocivo es negar la esencia misma del diálogo, que no es otra cosa que escucharse. Los mejores políticos del mundo promueven el diálogo, no lo niegan. Los más grandes estadistas escuchan, por contrarias que sean las ideas que les presentan. El que niega escuchar pierde un terreno en medio para negociar y mejor entenderse, cierra las posibilidades. Eso es lo que los republicanos están mostrando, principalmente los radicales que destituyeron a su líder en el congreso. Negociar es motivo de traición para ellos. Pensar diferente te convierte en mi enemigo.
CONCLUSIÓN
Tristemente, esta polarización y este empecinamiento a no escucharse, no aceptar puntos de vista contrarios o diferentes, negar la diversidad, es un camino para debilitar el tejido social que es la esencia de esta gran nación y de muchos grandes países del mundo.
El estado actual de cosas por imitación o reproducción social lo muestran también los alumnos en las escuelas generando agresiones y violencia porque eres diferente, piensas opuesto a mí o tienes un acento diferente.
Mientras que todos los seres humanos potencialmente son vulnerables y culpables de ser intransigentes, son los republicanos los que pública y políticamente muestran este mal de todos los males, favorecen decisiones populistas y hacen un mal gobierno.