Bruselas transforma los aledaños del antiguo Heysel en un ambicioso proyecto urbanístico

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Complejo deportivo del proyecto urbanístico Neo para transformar los terrenos aledaños al viejo Estadio Heysel en Bruselas. EFE/ Cedida por ‘Ontwerp architectenbureau ZJA, Omgeving en Atelier Ruimtelijk Advies’.

Javier Albisu
Bruselas, (EFE).- Empiezan a tomar forma los planes de Bruselas para transformar los terrenos aledaños al viejo Estadio Heysel en un macroproyecto urbanístico a los pies del Atomium con un nuevo espacio deportivo, un centro comercial, viviendas, guarderías, cines, restaurantes y dos pequeños parques de atracciones.
Tras varios pasos atrás y más de una década de dificultades, el proyecto NEO, como se conoce a esa iniciativa que empezó a fraguarse en 2009, acaba de tomar impulso con el anuncio de la apertura de una licitación para empezar a construir el próximo verano un amplio complejo deportivo que debería estar terminado en 2030.
Las nuevas instalaciones, cuya titularidad recaerá sobre la ciudad de Bruselas, tendrán un coste aproximado de unos 50 millones de euros y cubrirán 27 de las 70 hectáreas por las que se extenderá eventualmente todo el complejo proyectado en la llamada “meseta de Heysel”.
De esa antigua zona agrícola al norte de la capital belga toma su nombre el tristemente célebre Estadio Heysel donde en 1985 fallecieron 39 personas en una avalancha durante la final de la Copa de Europa entre el Liverpool y la Juventus, un recinto ya remodelado y rebautizado como Estadio Rey Balduino.
Esta primera fase del nuevo proyecto debería estar terminada para 2030 y dotar al lugar de un campo y medio de hockey hierba con una tribuna para 2.500 personas, una pista de entrenamiento de atletismo y gradas para 500 aficionados y una cancha de césped artificial para rugby y fútbol que pueda acoger hasta 5.000 espectadores.
El nuevo espacio deportivo tendrá también una zona social y un área recreativa de agua, un conjunto de cascadas y un aparcamiento subterráneo para 200 vehículos, y precisará de la demolición de varias instalaciones deportivas envejecidas.
La idea es que la pista de atletismo siga utilizándola el club Excelsior y el campo de rugby el club Primorose y la ciudad intentará que esos clubes “puedan permanecer el mayor tiempo posible en sus antiguas instalaciones y que puedan mudarse lo más rápido posible a las nuevas”, según ha explicado al diario Le Soir el concejal de Deportes de Bruselas, el ecologista Benoit Hellings.
Mil millones
Pero esa fase es sólo una parte de la osada -y lenta- transformación de una antigua zona que limita con los jardines reales de Laeken y que tradicionalmente funciona como gran centro de eventos, exposiciones, ocio y deporte.
En la meseta de Heysel también son habituales los llamados “rodeos urbanos”, es decir, improvisadas carreras de coches en las que se conduce de forma temeraria a velocidades de hasta 100 kilómetros por hora en calles limitadas a 30 o 50 kms/h, por o que el desarrollo urbanístico buscará también “ocupar” esos espacios desatendidos.
El proyecto completo, la primera iniciativa ambiciosa de renovación de la zona desde que albergara en 1958 la Exposición Universal que alumbró el Atomium, precisará unos mil millones de inversión pública y privada, y terminar de resolver un puzzle complejo del que ahora se empezará a colocar la primera pieza.
De materializarse según los planes, el resto del plan correrá a cargo del consorcio formado por Unibail-Rodamco, CFE y Besix y contará también con 590 viviendas para unas 1.500 personas, 2 guarderías, una residencia de ancianos, oficinas, un supermercado, 9.000 metros cuadrados de restaurantes y 21 salas de cine.
También prevé una renovación total de la exposición permanente de maquetas “Mini Europa” y un parque interior de 10.000 metros cuadrados concebido para niños de entre 3 y 10 años y consagrado al personaje belga de cómic Spirou, si bien la alcaldía lleva años encontrando dificultades para desarrollar el proyecto en toda su amplitud.
El centro comercial es la parte más espinosa, pues requiere una reordenación urbanística que ya ha echado por tierra dos veces el Consejo de Estado en 2015 y 2020, mientras que se espera un tercer intento antes de que acabe el año.
Entre esos tropiezos, como un difícil proceso para obtener de las autoridades flamencas un permiso para excavar un túnel o retrasos derivados de la pandemia, se cuenta el anuncio en 2018 sobre la participación en el proyecto NEO II del arquitecto francés y premio Prizker Jean Nouvel, autor del Instituto del Mundo Árabe de París, el Museo Nacional de Catar o la torre Agbar en Barcelona.
Esa extensión preveía levantar también un centro de convenciones y un hotel, pero la ciudad de Bruselas acabó abandonando, y propició una demanda del arquitecto contra los promotores, al considerar que le debían 2,6 millones de euros.
Estadio de fútbol
Allí se encuentra también el estadio donde juega la selección de Bélgica de fútbol, el antes llamado Estadio Heysel y ahora Estadio Rey Baldiuno, que se someterá a una profunda modernización independiente de la remodelación la zona.
El recinto, con capacidad para 35.000 espectadores y propiedad de la ciudad de Bruselas, fue construido en los años treinta del pasado siglo y remodelado para la Eurocopa 2000.
Y ahora se lavará la cara con 6,5 millones de euros de presupuesto para cambiar parte de los asientos y adecuar los vestuarios y la sala de prensa a los estándares de la UEFA para después, en un futuro más lejano, renovar también el techo y el sistema de iluminación.

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