Guadalajara, (Notimex).- El coordinador del Doctorado en Investigación Psicológica del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Everardo Camacho, afirmó que existe una relación estrecha entre la poca calidad del sueño con el estrés en los niños.
En su investigación sobre los niveles de cortisol en menores que duermen poco, el profesor emérito del ITESO, indicó que los infantes confiesan que se van a la cama cuando lo piden sus padres, pero no se van a dormir.
Dijo que en términos generales, las madres y los padres pasan poco tiempo con sus hijos, interactúan poco tiempo con ellos, y los niños y niñas duermen menos de lo que deberían, lo cual es muy poco saludable y es un detonante del estrés.
“Es curioso, porque durante la investigación los padres reportaron que sus hijos se acuestan a cierta hora, pero los chicos confesaron que se van a la cama cuando sus padres lo piden”.
Pero, una vez ahí, usan los dispositivos móviles y duermen menos del tiempo recomendado para ellos: un mínimo de ocho horas y media.
Desde antes se conoce que existe una relación estrecha entre la cantidad y la calidad del sueño y el nivel de estrés, reiteró Everardo Camacho.
El académico explicó que durante el sueño se sintetizan procesos bioquímicos, que se interrumpen si no se completa el descanso, lo cual genera problemas de salud.
“Los niños que no duermen bien sufren falta de atención y deficiencia en el aprendizaje. Su sistema de alerta disminuye y son menos tolerantes. Eso, sin contar que su nivel de cortisol aumenta”, detalló.
El cortisol es una hormona que se genera cuando hay estrés. Su presencia constante, el hipercortisolismo, produce el aumento de la grasa y de la presión arterial. Un alto porcentaje de personas duermen mal, es decir, poco o con mala calidad.
“¿De qué sirve saber esto? Siempre es bueno hacernos una fotografía, para saber qué prácticas podemos mejorar en las familias contemporáneas y evitar los riesgos potenciales”, afirmó el académico del Departamento de Psicología, Educación y Salud (Dpes).
Añadió que es necesario revisar si se está generando un ambiente propicio para que los niños y las niñas se desarrollen de manera saludable.
Su investigación forma parte del proyecto “Organización familiar de vida cotidiana en el contexto urbano y su impacto en el desarrollo en la infancia media”, coordinado por Rebeca Mejía, también académica del DPES. El trabajo convocó a 19 especialistas en distintos campos del conocimiento, instituciones y países.