Ciudad de México, (EFE).- La Asociación de Bancos de México (ABM) celebró este martes como “un poderoso mensaje de certidumbre” la decisión de Claudia Sheinbaum, futura presidenta del país, de mantener a Rogelio Ramírez de la O como secretario de Hacienda y Crédito Público, tras el nerviosismo generado en los mercados.
“Este anuncio es un poderoso mensaje de certidumbre para la comunidad financiera nacional e internacional”, declaró la ABM en un comunicado ante la continuidad de Ramírez de la O, quien está en el actual gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador, a partir del 1 de octubre, cuando comienza el nuevo Gobierno.
“Le expresamos al secretario nuestra más sincera felicitación por este importante voto de confianza en su capacidad y liderazgo al frente de las finanzas públicas del país”, agregó la organización en su mensaje.
Además, aclaró que el nombramiento indica que “México continuará con una firme y disciplinada política económica y financiera, orientada a consolidar el crecimiento económico”.
Esta declaración sucedió tras un “lunes negro” en los mercados después de las elecciones en México, donde la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) se desplomó un 6,11 % el lunes, su peor caída desde la pandemia de la covid-19 en marzo de 2020, y el peso mexicano se depreció un 4,36 % ante el dólar al intercambiarse en 17,71.
Ante este panorama, el secretario de Hacienda tuvo este martes una llamada con inversores internacionales en la que “confirmó a las organizaciones internacionales e inversionistas privados que el proyecto (de Gobierno) está basado en la disciplina financiera, en la autonomía del Banco de México, el apego al Estado de derecho, y facilidad para la inversión privada nacional y extranjera”.
Por su parte, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, atribuyó este martes a “factores externos” y a “desinformación” de los analistas, la caída del peso y la bolsa el lunes por las elecciones.
La mayoría de analistas anticipaban la victoria de Sheinbaum, quien ganó con casi 60 % de los votos, pero no preveían que su alianza de partidos obtuviera una mayoría calificada, de dos tercios, en el Congreso, con lo que podría reformar la Constitución sin negociar con la oposición.
Entre las iniciativas constitucionales que causan nerviosismo están la reforma al Poder Judicial para elegir por voto popular a jueces y a la Suprema Corte, una modificación al sistema electoral, cambios en las pensiones, y la eliminación de reguladores autónomos.