Miami, (EFE).- La promesa electoral, tanto de la campaña demócrata como de la republicana, de eximir de impuestos federales las propinas en el sector de servicios puede tener un “impacto real” positivo en el bolsillo de los trabajadores, pero puede no ser la forma más equitativa y eficiente de ayudar a aquellos de ingresos más bajos.
Si bien “es viable” y “deseable” la propuesta hecha tanto por el expresidente y candidato republicano Donald Trump como por la vicepresidenta y candidata demócrata Kamala Harris, también “puede tener consecuencias inesperadas”, explicó a EFE Alex Horenstein, profesor de Economía de la Universidad de Miami (UM).
El experto dijo sobre este único punto de coincidencia entre Harris y Trump que aún faltan detalles sobre su implementación que son esenciales para analizar su alcance.
El expresidente Trump (2017-201) propuso en junio la iniciativa en Nevada, un estado clave y disputado que concentra un gran número de empleados que reciben propinas, y Harris lo hizo allí mismo el sábado pasado, por lo que la campaña del republicano ha tachado a la demócrata de plagiar su idea.
Sin embargo, ninguno de los dos aclaró si sus propuestas eximirían estos pagos sobre la nómina, la renta o ambas.
Más allá de la consecuencia más obvia de esta medida, como es una reducción de recaudación de entre 100.000 y 200.000 millones de dólares para las arcas del Estado en el transcurso de unos diez años, su implementación no tiene por qué ser caótica o conducir a un desastre, como algunos expertos predicen, pero sí entraña riesgos, según expresó el académico.
Entre los posibles abusos y la oportunidad electoral
Una de las “consecuencias inesperadas” puede ser “una posible inequidad entre trabajadores” de no concretarse correctamente, precisó el académico.
Además, existe el riesgo de que otros empleados mejor pagados y hasta de empresarios intenten reclasificar parte de su remuneración en la categoría de propinas, para así eludir el pago de impuestos.
“La gente trata de maximizar sus ingresos y, si hay una forma de escape para disminuir su carga impositiva, pues la van a usar”, acotó.
Alertó de que algunos dueños de negocios en el sector de servicios y hostelería podrían aprovechar que las propinas no están gravadas por impuestos federales para pagar menos salario a los empleados.
Horenstein no dudó del interés electoral de la iniciativa, ya que “se calcula que hay cuatro millones de trabajadores en ocupaciones que reciben propinas”.
Ello supone un “gran caudal de votos” para Trump y Harris, que “apelan a esta fuerza laboral. Son al final millones de votos”, hizo hincapié.
Sin embargo, el Budget Lab de Yale, cree que aquellos que reciben propinas “no representan una gran proporción del empleo”.
El centro de investigación de políticas no partidistas calcula que en 2023 había cuatro millones de empleados que reciben propinas, apenas el 2,5 % de toda la fuerza laboral del país.
Estos empleados tienden a ser mucho más jóvenes que aquellos que no reciben propinas y muchos de ellos “ya tienen una obligación tributaria federal sobre la renta muy baja”.
A raíz del anunció de Trump en Nevada, varios legisladores republicanos se han apresurado a presentar proyectos de ley en el Congreso para la eliminación de estos impuestos, como el que encabeza el senador por Texas Ted Cruz.
Entre tanto, la campaña de Harris ha señalado que los requisitos, sin especificar cuáles, tendrían como objetivo evitar que administradores de fondos de cobertura y abogados estructuren su compensación de manera que intenten aprovecharse de esta legislación que busca favorecer a los trabajadores de la industria hotelera y de servicios.
“Lo ideal es que todos los trabajadores tengan un salario digno y no hagan falta las propinas”, es decir, que no haga falta que el consumidor pague el trabajo del empleado en vez del empleador, aseveró Horenstein.
El Instituto Mises, en Alabama, plantea que se debería eximir de impuestos otros ingresos como los intereses, las ganancias del juego, las plusvalías, los dividendos, los premios, el trabajo por encargo, los trabajos paralelos, los derechos de autor y el trabajo a tiempo parcial. Incluso cree que se debería eximir de impuestos todos los ingresos.
Subraya que las funciones constitucionales del Gobierno de EE.UU. podrían financiarse adecuadamente sin un impuesto sobre la renta, por lo que “eximir de impuestos a las propinas debería ser un pequeño paso hacia ese fin”.