En los Estados Unidos eligen presidente, no el que tenga más votos de los ciudadanos. Gana el que tenga 270 votos electorales, de 538 en disputa.
INTRODUCCIÓN
Las encuestas sobre la contienda presidencial entre Donald Trump y Kamala Harris han revelado un escenario cerrado e impredecible. Esta incertidumbre refleja no sólo las divisiones internas de Estados Unidos, sino también el impacto potencial que el resultado podría tener en México y el mundo. En este artículo analizamos los estados clave, las razones de la paridad en las encuestas, las implicaciones bilaterales que marcarían el rumbo de la relación México-Estados Unidos y que pasaría inmediatamente después de un probable triunfo de Harris.
EL SISTEMA ELECTORAL DE LOS ESTADOS UNIDOS ¿QUIÉN GANA?
En Estados Unidos, no siempre gana la presidencia el candidato que obtiene más votos populares (es decir, los votos directos de los ciudadanos). En su lugar, el sistema se basa en un Colegio Electoral compuesto por 538 electores. Cada estado tiene un número determinado de votos electorales proporcional a su población. Para ganar la presidencia, un candidato debe obtener al menos 270 votos electorales, o la mayoría absoluta de los votos electorales.
Esto implica que algunos estados, conocidos como “swing states” o “estados cambiantes” que por estar dividida la población en dos polos casi iguales en número, unos republicanos y otros demócratas, se vuelven estados clave (como Pensilvania, Georgia y Wisconsin), pueden definir el resultado de la elección. Un candidato podría perder el voto popular a nivel nacional, pero, aun así, ganar la presidencia si asegura los estados con mayor peso electoral. Este sistema ha generado controversia en el pasado, como en las elecciones del 2000 en que Bush ganó a Al Gore y 2016 en que Hillary sacó casi 5 millones más de votos que Trump donde los resultados no coincidieron con el voto popular. Por eso hasta el cansancio los candidatos visitan una y otra más estos estados multi mencionados: Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Carolina del Norte, Georgia, Nevada y Arizona. Siendo los super claves Pensilvania, Georgia y Wisconsin.
¿Por qué las encuestas están tan cerradas?
Existen varios factores que explican la paridad entre ambos candidatos. La primera es parecida a México y otras naciones: existe una Polarización Extrema. La política estadounidense está dividida entre dos visiones opuestas: el nacionalismo populista de Trump y un enfoque progresista de Harris. La base electoral de cada candidato es firme, lo que deja poco margen de maniobra para atraer votantes indecisos.
Como mencioné, y vale la pena volverlo a hacer, existen estados clave determinantes donde un solo voto hace la diferencia para llevarse TODOS (así con mayúsculas) los votos electorales. Estos estados son: Pensilvania, Georgia, y Wisconsin, seguidos de otros igual pero menos cerradas las preferencias como son: Nevada, Carolina del Norte, Michigan y Arizona. Estos estados han sido y siguen siendo el campo de batalla en elecciones recientes. En ellos, una pequeña diferencia de votos puede decidir el resultado.
Dos de los más importantes se espera sean de Trump: Florida y Texas. Además de ser los más grandes en número de delegados, albergan importantes poblaciones latinas, entre las cuales los temas migratorios y económicos son decisivos. Una encuesta reciente del NY Times demuestra que a diferencia de Biden donde las poblaciones latinas mayoritariamente votaron por Biden, ahora Trump ha cautivado al 40% de los votantes latinos, 30% de los afroamericanos y el 33% de los asiáticos. Un avance notable en cuatro años del gobierno de Biden.
Economía y temas culturales: Estos temas son fuente de división y cambios constantes en la población. La inflación, el empleo y las políticas sobre temas culturales (como el aborto y la inmigración) generan posturas divididas, manteniendo la competencia ferozmente reñida.
Impacto bilateral de la elección en México
La reelección de Trump tendrá un fuerte impacto en la relación México-EE. UU.
Un segundo mandato de Trump probablemente reforzaría sus políticas proteccionistas y anti migratorias. La construcción del muro y el uso de medidas como el Título 42 (una norma sanitaria invocada durante la pandemia que se usa ahora para expulsar rápidamente a migrantes y solicitantes de asilo) intensificarían la presión sobre México para contener los flujos migratorios, debilitando la cooperación bilateral y forzando a México a darle la espalda a países de Centro América y América del Sur que expulsan poblaciones por sus condiciones. Más aún, muchos de estos flujos quedarán en México creando una tremenda presión social y una tensión demográfica.
POSIBLE VICTORIA DE HARRIS: ¿UN CAMBIO DE RUMBO?
Si Harris gana, podríamos ver una política más inclusiva hacia los inmigrantes, con énfasis en programas humanitarios. Además, podría impulsar acuerdos comerciales más alineados con los intereses latinoamericanos, mejorando las relaciones con México y fomentando la cooperación en temas de desarrollo, incluyendo ayuda a México para contener y regular flujos de migrantes.
SEGURIDAD Y NARCO TRÁFICO
Ambos candidatos presionarán a México para que refuerce sus esfuerzos contra el narcotráfico, sobre todo después de la burla fallida de “abrazos no balazos” que tanto desprestigió al pasado mandatario de México. Trump ha sugerido la posibilidad de designar a los cárteles como organizaciones terroristas, lo que podría justificar una mayor intervención en México. En contraste, Harris podría optar por una estrategia más diplomática, buscando coordinación regional en seguridad con la participación de otras naciones de Centro y Sudamérica.
REMESAS Y ECONOMÍA
Las remesas representan una fuente vital para México, y las decisiones económicas de ambos candidatos tendrán consecuencias directas. Mientras Trump podría imponer nuevas restricciones al envío de remesas o endurecer políticas económicas que afecten el empleo de migrantes en EE. UU., Harris probablemente buscaría fomentar la estabilidad para proteger estos flujos. Trump usará sin la menor duda un secreto a voces de que las remesas han aumentado por los bandidos narcotraficantes que usan las remesas para enviar las ganancias de sus ventas a México.
Relación con Claudia Sheinbaum
Con Trump: La relación podría ser tensa, dado el enfoque nacionalista de Trump, su historial de confrontación con México, y su comprobado narcisismo que no le permite ver con respeto a ninguna mujer, mucho menos que sea gobernante.
Con Harris: Se podría anticipar una mayor cooperación. Sheinbaum y Harris comparten visiones progresistas en temas sociales y ambientales, lo que facilitaría una agenda común, e imposible evitar que ambas son damas con afines comunicaciones.
INVERSIONES DIRECTAS Y TRATADOS COMERCIALES INTERNACIONALES
Un segundo mandato de Trump podría crear incertidumbre en los mercados y afectar la inversión extranjera directa hacia México. Trump es un político impredecible que lo mismo adora a Putin que en un estado de arrebato cierra la frontera. En cambio, Harris probablemente fortalecería acuerdos como el T-MEC, impulsando un marco de comercio más estable y predecible. Kamala tiene una historia larga de saber escuchar y aprender de los que más saben.
POLÍTICA MIGRATORIA: RESPUESTA DE MÉXICO
Si Trump endurece las políticas migratorias, Sheinbaum tendría que adoptar una estrategia más activa en la defensa de los migrantes mexicanos. Esto podría incluir negociaciones más firmes con Washington o alianzas regionales. Con Harris, México podría colaborar en la creación de un sistema migratorio más humanitario.
GEOPOLÍTICA REGIONAL
Con Harris en la presidencia, EE. UU. podría buscar una mayor integración regional en América Latina, promoviendo alianzas económicas y políticas más avanzadas que el simple comercio, como ciencia, educación, inversiones e impuestos progresistas. Esto abriría nuevas oportunidades para México como líder regional. En contraste, Trump podría mantener una política aislacionista, reduciendo la influencia estadounidense en la región, poniendo tarifas adicionales a todo lo importado de México y obligando a esta nación a redefinir su papel de vecino y líder de Latino América.
SI GANA TRUMP
Dirá que evitaron un fraude y que eso hizo posible su triunfo, pedirá calma y empezará una nueva ola de revancha, empezando por auto perdonarse todos los delitos que pueda. Si gana el Congreso y el Senado buscará expandir el poder ejecutivo a niveles inimaginables. Perdonará a muchos acusados recluidos por ser partidarios y poderlos usar y hará cada esfuerzo que pueda para debilitar a las instituciones y seguir su afán de nominar jueces conservadores, pro aborto, anti mexicanos, anti extranjeros, facilitando compra de armas y su uso respectivo. Los días de Ucrania estarán contados y el esplendor de Putin y otros dictadores irá al ascenso.
SI GANA HARRIS
Los Estados Unidos estarán en máxima alerta con todas las fuerzas de seguridad sincronizadas porque Trump, como todo el mundo sabe, no reconocerá el triunfo de Harris. Alegará que hubo trampa y que no acepta el resultado. Con pocas dudas incitará a motines y rebeliones lo que creará una de las peores crisis en la historia de este país. Alejado estoy de querer sobre dimensionar esta realidad. Tuvimos una probadita el 6 de enero del 2020 con la toma del capitolio, cientos de heridos, y milagrosamente sólo un par de muertos. Esta crisis llevará semanas sino meses controlarla. El ánimo del país estará polarizado y será muy complicado para la potencial triunfadora cambiar esto por una unificación de USA enfocándose en proyectos y gobernando para todos. Por lo anterior huelga decir que no sólo es Trump o Harris, pero la elección de congresistas y de senadores.
Conclusión
No es exagerado decir que se trata de la elección más importante de los tiempos modernos sino la más importante en la historia de los Estados Unidos. La elección entre Trump y Harris tiene implicaciones profundas para México y el mundo. El rumbo de la relación bilateral dependerá del enfoque que cada candidato adopte en temas como la migración, la seguridad y el comercio. En este contexto, México deberá prepararse para dos escenarios contrastantes: uno de mayor confrontación y presión bajo Trump, y otro de posible cooperación e integración bajo Harris. Para el gobierno de Claudia Sheinbaum, esta elección marcará un punto crucial en la política exterior y definirá las estrategias a seguir en los próximos años.