INTRODUCCIÓN
El reciente escándalo que rodea a Hunter Biden, hijo del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha sacudido no sólo al ámbito político, sino también al sistema judicial estadounidense.
Hunter enfrenta acusaciones relacionadas con evasión fiscal, tráfico de influencias y posesión ilegal de armas. Sin embargo, los indicios de un posible perdón presidencial no sólo levantan sospechas sobre un trato preferencial, sino que también subrayan un fenómeno recurrente: la subordinación de la justicia a intereses políticos.
Este artículo presenta las razones y evidencias de una máxima de la Micropolítica que enseño cotidianamente a mis alumnos: La política le gana a la justicia, a propósito del histórico y controvertido perdón del actual presidente Biden a su hijo.
OTROS CASOS DONDE LA POLÍTICA GANA A LA JUSTICIA
Este caso trae a la memoria el episodio del general Salvador Cienfuegos, detenido en Los Ángeles en 2020 bajo acusaciones de vínculos con el narcotráfico. A pesar de la contundencia inicial de las pruebas, las presiones diplomáticas de México lograron que Cienfuegos fuera trasladado a su país, donde posteriormente fue liberado. La maniobra, que generó indignación en ambos lados de la frontera, respondió a un intercambio político: México endureció su política migratoria para satisfacer las demandas del gobierno de Trump, mientras que el caso judicial fue diluido.
El paralelismo es evidente. En ambos casos, las instituciones judiciales parecen doblegarse ante las necesidades políticas de los gobiernos en turno, comprometiendo su independencia y, en última instancia, su credibilidad.
TRUMP vs HUNTER BIDEN: DOS ESTÁNDARES JUDICIALES
La comparación entre las acusaciones contra el expresidente Donald Trump y las dirigidas a Hunter Biden ilustra un doble estándar que polariza aún más al país. Trump enfrenta múltiples cargos, que van desde el manejo indebido de documentos clasificados hasta el intento de revertir los resultados de las elecciones de 2020. Estas acusaciones, aunque graves, se centran en su papel como figura política y líder de un movimiento populista. Estos son los cargos más graves sin mencionar otros que ya fueron retirados o arreglados.
Por otro lado, los señalamientos contra Hunter Biden involucran posibles delitos personales, como evasión fiscal y la utilización de su apellido para obtener beneficios financieros en el extranjero, y haber mentido en una solicitud para comprar una pistola negando antecedentes de drogadicción. Sin embargo, la diferencia radica en el trasfondo político: mientras que los casos de Trump se enmarcan en un contexto de polarización y lucha por el poder, los de Hunter tocan directamente a la administración actual, comprometiendo la percepción pública de Joe Biden como un presidente honesto.
PERDONES ANTICIPADOS DE TRUMP vs EL CASO HUNTER
Trump ya ha sugerido públicamente que, de regresar al poder, otorgará indultos a los acusados de la toma del Capitolio el 6 de enero de 2021, una de las acciones más divisivas de su administración. Este acto, aunque polémico, estaría alineado con su estrategia de consolidar su base de apoyo, enviando un mensaje de lealtad a quienes participaron en su movimiento. Por supuesto, Trump también utilizó su puesto y el poder constitucional que se le otorga para perdonar a parientes políticos, colaboradores y otros, la lista es grande: Joe Arpaio el racista Alguacil de Arizona, cuatro guardias del caso Blackwater, Duncan Hunter y Chris Collins ex congresistas republicanos, George Papadopoulos y Steve Bannon ex asesores, Paul Manafort ex jefe de campaña, Roger Stone aliado y asesor, Michel Flynn ex asesor de seguridad, y el más notable Charles Kushner el suegro de su hija Ivanka.
Los indultos de Trump favorecieron principalmente a personas cercanas a él o a sus intereses políticos. Este uso del poder presidencial generó críticas por su carácter abiertamente político, su tendencia a recompensar la lealtad personal, y su percepción de impunidad para colaboradores y aliados.
En contraste, un perdón a Hunter Biden es visto como un acto de nepotismo, un reflejo de debilidad y una señal de que el presidente no está dispuesto a permitir que la justicia siga su curso cuando se trata de su propia familia. Este perdón no sólo dañaría aún más su ya cuestionado legado, sino que también ofrecería munición a sus oponentes políticos, quienes lo acusarían de hipocresía.
Otra visión más humana, es que, ante los fracasos de sus encuestas de aceptación, la selección de Kamala Harris y el fracaso electoral que sorpresivamente hará regresar al poder a Trump quiso al menos salvar su reputación de padre favoreciendo a su hijo.
Además de que especialistas como Erick Holder, ex fiscal general, dice, “si se apellidara Hunter -Smith- después de una investigación de cinco años, el caso se hubiera rechazado por falta de méritos, pero lo que es una pregunta con más méritos sería, ¿realmente creen que Kash Patel está calificado para ser el líder de la organización de investigación de justicia más destacada del mundo? Absolutamente no”. (Kash Patel es el nominado de Trump para ser director de la FBI. Esta nominación se critica debido a su falta de experiencia directa en la aplicación de la ley y su estrecha relación con Trump lo que comprometería la independencia de la FBI).
LA JUSTICIA EN MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS
Imposible terminar este artículo sin hacer un repaso de cómo la democracia en buena medida la determina un aparato judicial tan imparcial como el espíritu de las leyes inspire, y que, aunque es imposible, se comporte y tome decisiones al margen de la política.
Triste pensar en el caso de México, que, aunque nunca fue un modelo de sistema judicial, todo apunta que será todavía peor con jueces nombrados por elección, candidatos de escasa experiencia y el entrometimiento obvio del partido en control. Gran ironía, en lugar de que México emule las cosas buenas de su vecino, pareciera que es al revés, el sistema de justicia de los Estados Unidos parece moverse en el camino de México donde la justicia se politiza.
En última instancia, el caso Hunter Biden no es sólo una cuestión de justicia. Es un reflejo de cómo las instituciones estadounidenses, desde las judiciales hasta las presidenciales, están siendo arrastradas al centro de una batalla política sin precedentes, donde la verdad y la justicia son sacrificadas en nombre del poder.
CONCLUSIÓN: SACRIFICIO DE UN LEGADO Y LA POLITIZACIÓN DEL DEPARTAMENTO DE JUSTICIA
El presidente Biden enfrenta un dilema crítico. Por un lado, el perdón a Hunter protege a su familia, pero a un costo incalculable: la erosión de su credibilidad, la mancha permanente en su legado y el debilitamiento de la confianza en el sistema judicial. Por otro lado, permitir que las investigaciones sigan su curso podría demostrar que la justicia sigue siendo imparcial, aunque eso implique consecuencias devastadoras para su círculo íntimo. No es agradable tener un hijo en la prisión. Tampoco lo es que donde se presenten ambos, se les recuerde que uno fue nepotista y el otro un cobarde que no quiso pagar por sus delitos, cualesquiera que hubieran resultado.
Sin duda que otra especulación válida es, si Trump fue capaz de lanzar a los republicanos vs su hijo de esa manera, ¿cómo esa misma furia se multiplicaría siendo ahora presidente? Sin embargo, el daño ya está hecho. El Departamento de Justicia, una vez considerado un bastión de independencia, está cada vez más politizado. Este caso anticipa cómo podría operar el segundo mandato de Trump, donde las decisiones judiciales serían aún más influenciadas por intereses partidistas.