Por David Vallejo
Bienvenidos a la era de los agentes digitales (o cómo nos volvimos irrelevantes sin darnos cuenta). Un ejército de asistentes digitales más brillantes que cualquier becario, más rápidos que el empleado más eficiente, y, para ser sinceros, menos problemáticos que la mayoría de los humanos. Así presentó Jensen Huang, CEO de NVIDIA, su nueva joya tecnológica: NeMo, la plataforma que promete convertirte en un genio… siempre y cuando recuerdes alimentar a tu agente mejor que a tus plantas.
Pero no te emociones demasiado. Estos agentes no son simples versiones vitaminadas de ChatGPT. Los agentes de NeMo son otra cosa, son especialistas entrenados para tareas complejas y precisas, tan buenos que empiezas a preguntarte si tú todavía sirves para algo.
Mientras que ChatGPT es el equivalente digital de un amigo que sabe un poco de todo, desde recetas hasta teorías conspirativas, los agentes de NeMo son profesionales entrenados. No responden preguntas genéricas ni te dicen cuántos litros de agua caben en una alberca olímpica; ellos diseñan la alberca, calculan los litros y hasta negocian con el contratista para que no te estafe. La clave está en que puedes entrenarlos con la información que elijas: datos financieros, manuales médicos, estrategias empresariales. ¿El resultado? Un asistente que entiende más de tu trabajo que tú mismo, y que, si lo piensas bien, probablemente merezca tu sueldo.
Aquí es donde la cosa se pone interesante o escalofriante, según tu perspectiva: en el futuro, no necesitarás maestrías ni doctorados para sobresalir. ¿Para qué pasarte años estudiando cuando puedes ser un experto en entrenar a tu agente para que haga todo por ti? La universidad del mañana no será Harvard; será un tutorial de “cómo alimentar a tu IA en 10 pasos”. El conocimiento humano seguirá existiendo, claro, pero empaquetado y entregado en cómodas cápsulas de inteligencia artificial.
Y si crees que esto suena a ciencia ficción, piénsalo de nuevo. Huang no vino a jugar. NeMo está diseñado para revolucionar industrias completas, desde la medicina hasta la política. Los agentes ya no sólo te ayudan; te superan. Y mientras tú estás ocupado tomando café, ellos están diseñando estrategias para salvar al mundo… o, al menos, para que creas que puedes hacerlo.
Sólo imagina, es martes, 9 de la mañana, en una sala de juntas llena de ejecutivos. Bueno, llena de humanos que parecen importantes, pero cuyos agentes digitales son los verdaderos protagonistas. Cada asistente humano tiene su propio “cerebro portátil”, entrenado para resolver problemas, anticiparse a preguntas y, de paso, corregir a sus dueños cuando hacen el ridículo.
Grecia, la directora general, abre la reunión: “Nuestro objetivo es expandirnos al mercado asiático. ¿Cuál es el mejor enfoque?” Antes de que pueda terminar la frase, su agente proyecta gráficos holográficos con predicciones financieras. “Sugiero priorizar Japón por su reciente aumento en gasto tecnológico”, dice el agente, en un tono tan cortés que casi parece humano. Grecia sonríe, como si la idea hubiera sido suya, pero todos saben que no.
Alondra, la directora de marketing, consulta con su agente, que ha diseñado una estrategia publicitaria en tiempo real. “Coincido con la recomendación”, dice, repitiendo las palabras de su asistente como si fueran propias. Su agente proyecta simulaciones de impacto en diferentes plataformas. “Con esta estrategia, podríamos alcanzar un retorno del 40% superior al estimado”, concluye. Alondra se siente genio, pero su agente sabe la verdad.
La tensión sube cuando David, director de operaciones, cuestiona la propuesta. “No estoy seguro de que podamos manejar los tiempos de entrega”, dice, con un tono inseguro. Su agente, mucho más confiado, lo interrumpe: “Esa estrategia aumenta costos un 15%. Recomiendo ajustes en la logística para optimizar recursos”. David sonríe débilmente mientras su agente toma el control de la conversación.
Al final de la reunión, los humanos se sienten productivos, aunque saben que las verdaderas estrellas fueron sus agentes. La ironía no pasa desapercibida, en lugar de competir entre ellos, los asistentes digitales han transformado la junta en un torneo de máquinas. Los humanos se limitan a asentir, firmar y fingir que todavía tienen algo que aportar.
Los agentes de NeMo prometen llevarnos a un nuevo nivel de eficiencia, productividad y especialización. Con ellos, cualquiera puede volverse un experto, sólo necesitas alimentarlos con los datos correctos y ellos harán el resto. Un estudiante puede entrenar a su agente para que escriba una tesis, redacte publicaciones académicas y diseñe investigaciones innovadoras. Un emprendedor puede convertir a su asistente digital en un estratega financiero que humillaría a cualquier consultor.
Pero esta revolución también trae preguntas incómodas. ¿Qué pasa cuando los agentes se vuelven tan buenos que ya no nos necesitan? ¿Seguiremos siendo los jefes, o nos convertiremos en espectadores de nuestra propia irrelevancia? En un mundo donde todo lo complejo puede ser resuelto por una máquina, ¿qué queda para los humanos?
La respuesta optimista es que estos agentes no reemplazan a las personas, las potencian. La menos optimista es que también nos dejan sin excusas. Si tus ideas no son mejores que las de tu agente, ¿realmente estás aportando algo?
NeMo es más que una herramienta; es un espejo. Refleja tanto nuestras aspiraciones como nuestras limitaciones. Sí, podemos crear asistentes que sean más inteligentes que nosotros, pero ¿eso nos hace más sabios? Huang nos invita a un mundo donde los humanos somos más potentes que nunca, pero también más dependientes. Y mientras algunos celebran esta revolución, otros no pueden evitar preguntarse si nuestra genialidad depende de alimentar a una máquina, ¿quién es el verdadero genio?
La promesa de NeMo es tan brillante como aterradora. Nos acerca a un futuro donde el conocimiento no sólo se democratiza, sino que se empaqueta en asistentes digitales que trabajan para nosotros. Pero tal vez, en algún rincón de ese futuro, un agente de Nemo ya esté escribiendo columnas como ésta, preguntándose si los humanos todavía somos relevantes. Y quizás la respuesta sea: depende de quién los alimenta mejor. OOOrale!!!
Hasta la vista, baby.
Placeres culposos: Moana y Wicked con las/os pequeños del hogar / Small Changes, Michael Kiwanuka y GNX, Kendrick Lamar / Beatles 64. Apple Tv.
Turrones para Grecia
El dato: Para comenzar con NeMo, NVIDIA proporciona recursos como documentación detallada, sesiones bajo demanda y formación práctica. Estos recursos están disponibles en el Centro de Documentación de NeMo y en NVIDIA On-Demand. Para contratar y utilizar los agentes, es recomendable unirse al Programa de Desarrolladores de NVIDIA y solicitar acceso anticipado a los microservicios de NeMo. Alternativamente, se puede acceder a NeMo a través de una suscripción a NVIDIA AI Enterprise, que ofrece soporte y recursos adicionales para facilitar la adopción de la IA generativa en entornos empresariales.