Suplementación con α-tocoferol durante el embarazo podría reducir el riesgo de alergias alimentarias en niños, según investigación
NotiPress.- Suplementar con vitamina E durante el embarazo podría reducir el riesgo de alergia al maní en niños, según un estudio publicado en The Journal of Immunology
La suplementación con α-tocoferol, una forma de vitamina E, durante el embarazo y la lactancia podría disminuir el riesgo de desarrollar alergias alimentarias y anafilaxia en la descendencia, según un estudio publicado en The Journal of Immunology. La investigación evidenció que las crías de ratones cuyas madres recibieron una dieta enriquecida con α-tocoferol mostraron menores niveles de anticuerpos IgE frente a alérgenos alimentarios y presentaron menos casos de anafilaxia inducida por el maní.
Durante 2007 a 2021, la prevalencia de alergias alimentarias en niños en Estados Unidos aumentó un 50 %. En el caso de la incidencia de alergia al maní se triplicó en el mismo periodo. Ante este panorama, el estudio plantea el potencial del α-tocoferol como parte de las vitaminas prenatales para abordar este incremento y prevenir el desarrollo de alergias desde etapas tempranas.
El equipo liderado por Joan Cook-Mills, profesora de Microbiología e Inmunología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana, utilizó un modelo de ratón predispuesto al eczema y a las alergias alimentarias. La elección de este modelo se basó en la asociación entre el eczema y el mayor riesgo de desarrollar alergia al maní en menores. Durante la investigación, las crías fueron expuestas a alérgenos alimentarios conocidos, polvo doméstico y detergente mediante contacto cutáneo, imitando las exposiciones habituales durante la infancia.
Los resultados mostraron que los cachorros nacidos de madres suplementadas con α-tocoferol presentaron una menor producción de anticuerpos IgE y una disminución de los episodios de anafilaxia tras la exposición al maní. Según los investigadores, esto se debe al aumento de los niveles de α-tocoferol en las crías derivado de la suplementación materna durante el embarazo y la lactancia.
No obstante, Cook-Mills destacó que la aplicación de estos resultados en humanos podría enfrentar desafíos. “El potencial del α-tocoferol para reducir las reacciones alérgicas en los niños probablemente se verá atenuado por los altos niveles de γ-tocoferol debido a su prevalencia en los aceites de cocina comunes y suplementos en los Estados Unidos”, explicó. Investigaciones previas lideradas por Cook-Mills evidenciaron que el γ-tocoferol puede contrarrestar los beneficios del α-tocoferol.
En contraste, en algunos países europeos, los aceites de cocina más utilizados, como el de girasol, cártamo y oliva, poseen mayores concentraciones de α-tocoferol y niveles relativamente bajos de γ-tocoferol. Esta situación podría favorecer mejores resultados en la prevención de alergias. La investigadora enfatizó la necesidad de trabajar con la industria alimentaria para optimizar la composición de los aceites comerciales y permitir que la población se beneficie plenamente del α-tocoferol.