Con tantas malas noticias sobre las más de 60,000 personas que han muerto por coronavirus en Estados Unidos, los más de 20 millones de desocupados, y la escandalosa inacción del presidente Donald Trump durante las primeras semanas de la pandemia, quiero compartir con ustedes una historia un poco más alentadora para los estadounidenses, que escuché días atrás de un amigo.
Es una historia que no minimiza la gravedad de la crisis en el país, pero puede ayudar a algunos estadounidenses a ponerla en perspectiva.
Carlos Galán es propietario de varios conocidos restaurantes en Miami y en España, incluyendo “Dolores pero me llaman Lolita” y “Crazy about you en Miami,” y “La Misión”, “El Recuerdo” y “El Olvido” en Madrid.
Galán administra personalmente sus restaurantes, viajando constantemente entre Miami y Madrid. Hasta el mes pasado, empleaba a 180 personas en Miami y 90 en Madrid. A mediados de marzo, tuvo que cerrar todos sus restaurantes y despedir a sus empleados en ambas ciudades.
Casi un mes y medio después, Galán me envió un mensaje comparando su situación y la de sus empleados en Miami y Madrid.
En Miami, despedir a sus empleados para permitirles cobrar el seguro de desempleo le llevó un día de papeleo y cero de costos, me dijo. En Madrid, le llevó dos semanas de papeleo y más de $3,000 euros en gastos de documentación.
Más importante aún, el 29 de abril prácticamente todos sus trabajadores despedidos en Miami estaban recibiendo cheques de desempleo de $600 dólares semanales. En comparación, sus empleados en Madrid para esa fecha habían recibido “cero” del gobierno español, me dijo Galán.
Además, en Estados Unidos, ha recibido ayuda financiera para reabrir sus restaurantes y recontratar a sus empleados, gracias a los paquetes de protección de salarios aprobados por demócratas y republicanos en el Congreso.
Galán me dijo que recibió $980,000 en fondos de protección de salarios, que no tendrá que devolver al estado si los gasta para re-contratar a sus empleados, como planea hacerlo. En comparación, no ha recibido ninguna ayuda financiera del gobierno español para pagar sueldos, me dijo.
“Mi caso permite una buena comparación entre lo que está pasando en Estados Unidos y en España, porque tengo restaurantes similares en ambos lugares y los cerré casi al mismo tiempo”, me dijo Galán.
Y concluyó: “Estados Unidos está lejos de ser un país perfecto, pero hay más apoyo para los empresarios y trabajadores, y mucho menos burocracia que en España y otros países”.
Por supuesto, Galán y sus empleados han sido relativamente afortunados. Aunque la mayoría de los estadounidenses que han perdido sus trabajos están recibiendo sus cheques de desempleo, ese no siempre es el caso en Florida.
En parte por la incompetencia del gobernador de la Florida, Ron DeSantis, el estado de Florida sólo había procesado 664,158 de 1,941,807 reclamos de desempleo por COVID-19 el 28 de abril, según reportó el Miami Herald. Florida tiene una de las tasas de desembolso de cheques de desempleo más bajas del país.
Y, claro, nada de esto exonera la desastrosa parálisis de Trump en las primeras semanas después de que se reportó el primer caso de COVID-19 en Estados Unidos el 21 de enero, e incluso después de que la Organización Mundial de la Salud declarara una emergencia global el 30 de enero.
Salvo su decisión de cerrar los viajes a China el 30 de enero, Trump se quedó dormido. En lugar de lanzar una campaña seria para promover el distanciamiento social y ordenar tests y ventiladores, Trump minimizó constantemente la pandemia. Casi un mes después, el 24 de febrero, seguía tuiteando que “la situación está muy bien controlada”.
Sin embargo, a pesar de Trump, muchos estadounidenses están recibiendo más apoyo financiero que la gente en España y otros países.
A la larga, es probable que China se convierta en la economía más poderosa del mundo. Pero por ahora, mientras Estados Unidos siga teniendo la maquinita de imprimir dólares y otros países sigan confiando en la moneda estadounidense, es probable que la enorme tasa de desempleo actual en Estados Unidos empiece a bajar pronto, y que la economía del país vuelva a ponerse en marcha hacia fin de año.