Cuando Donald Trump ganó las elecciones de 2016 contra los pronósticos de prácticamente todos los encuestadores, me prometí a mí mismo que nunca volvería a confiar en las encuestas.
Pero varios conocidos encuestadores con quienes hablé en estos días me dijeron que han corregido sus errores de hace cuatro años, y que esta vez sus pronósticos serán bastante más acertados.
Faltando menos de tres semanas para las elecciones del 3 de noviembre, prácticamente todas las encuestas, incluida la de Fox News, la cadena favorita de Trump, muestran una ventaja sustancial del candidato demócrata Joe Biden.
En la encuesta de ABC News / Washington Post del 11 de octubre, Biden le gana a Trump por 12 puntos porcentuales a nivel nacional. Las encuestas de CNN/SSRS y Fox News también mostraron que Biden le gana a Trump por 10 puntos porcentuales, o más.
Pero faltando pocas semanas para las elecciones del 2016, casi todas estas mismas encuestas nos llevaron a creer que Hillary Clinton ganaría, y perdió. Los encuestadores me citaron cinco razones principales por las que creen que esta vez sus encuestas serán más precisas.
Primero, dicen, es incorrecto decir que las encuestas se equivocaron en 2016: el promedio de encuestas a nivel nacional decía que Clinton ganaría el voto popular, y así sucedió. Clinton ganó el voto popular por 2.9 millones de votos, o el 2.1% del voto, lo que estuvo bastante cerca del casi el 3% que habían pronosticado las encuestas.
Lo que falló en las encuestas de 2016 fueron sus datos en tres estados —Michigan, Wisconsin y Pennsylvania— donde Trump ganó por un margen muy pequeño que estaba dentro del margen de error. Esos estados le permitieron a Trump ganar en el Colegio Electoral y convertirse en presidente.
En segundo lugar, los encuestadores dicen que sus encuestas de 2016 no habían entrevistado a suficientes votantes sin estudios universitarios, que salieron a votar mucho más que en elecciones anteriores. Esos fueron los votantes que le dieron la victoria a Trump en esos tres estados claves.
Scott Keeter, director de encuestas del Pew Research Center, me dijo que “muchos encuestadores han hecho cambios en sus metodologías para tratar de compensar algunos de los problemas que tuvieron en 2016”, como por ejemplo no encuestar a suficientes votantes sin estudios universitarios . Pero la mayoría de los encuestadores han corregido ese error, me dijo Keeter.
En tercer lugar, los encuestadores en 2016 no realizaron encuestas de última hora en Michigan, Wisconsin y Pennsylvania, donde muchos votantes indecisos inclinaron la balanza a favor de Trump en el último momento. Esta vez, hay muchos menos votantes indecisos.
“En 2016, a pocas semanas de las elecciones, todavía teníamos un 20% de electores indecisos”, me dijo el director del Instituto de Encuestas de la Universidad de Monmouth, Patrick Murray. “Ese número está ahora por debajo del 10%”.
En cuarto lugar, la ventaja de Biden a pocas semanas de las elecciones es mayor que la de cualquier candidato opositor desde las elecciones de 1936. Biden es el primer candidato opositor con más del 50% de intención de voto en las últimas 21 elecciones, dicen los encuestadores.
En quinto lugar, millones de estadounidenses ya han votado por correo debido a la pandemia de COVID-19. Eso minimiza la posibilidad de grandes cambios en el electorado el día de la elección, que podrían alterar dramáticamente las tendencias de las encuestas, como ocurrió en 2016.
Aún así, fiel a mi promesa de hace cuatro años, yo no me animo a apostar de que Trump perderá, porque todavía puede haber acontecimientos imponderables antes del 3 de noviembre. Pero si las encuestas siguen como ahora dos o tres días antes de las elecciones, es muy probable que gane Biden, y que gane por mucho.