Durante las últimas semanas se han suscitado una serie de hechos que, de no ser por estar agravándose, podrían considerarse como normales por la vecindad que sostienen los países de México y los Estados Unidos, que, contiguos irremediablemente por razones geográficas, tienen que compartir una serie de problemas aunque, también, hay que decirlo, una serie de ventajas en muchos aspectos.
Uno de los viejos problemas que sin duda crece es el de la inmigración indocumentada, que lo mismo afecta a la frontera de los Estados Unidos, donde semanalmente se detienen a más de 20 mil inmigrantes que no cuentan con legal estancia en la Unión Americana y que, todo lo indica, va tomando un ritmo creciente.
Si bien se ha comenzado a deportar a algunos de los indocumentados procedentes de Centroamérica que han visto frustrado sus deseos de alcanzar el llamado “sueño americano”, no debe ignorarse que los aprehendidos por la Patrulla Fronteriza no representan la totalidad de quienes han cruzado la frontera y si bien los que llegan de otros países diferentes a Canadá y México pueden tratar de buscar asilo, los mexicanos pueden ser deportados de inmediato. Los puentes internacionales son testigos de la cantidad de personas que a diario son retornadas a territorio mexicano.
Y las carreteras de la frontera estadounidense han sido escenario de accidentes automotrices, donde han perdido la vida migrantes que son transportados hacinados en vehículos conducidos en forma irresponsable, como lo ocurrido hace unos días en Encino, Texas, muy cerca de McAllen, en que perdieron la vida cuando menos 10 migrantes de diversas nacionalidades.
Para los residentes de la frontera mexicoamericana resulta familiar el llamado fenómeno migratorio, pero sin duda lo ocurrido recientemente, aún para los fronterizos, ha provocado justificado asombro. Más de 20 mil migrantes son detenidos semanalmente y todo indica que seguirá a ese ritmo el número de aprehensiones, si es que no se incrementa.
El Valle de Texas ha sido uno de los lugares donde sin precedentes, varios cientos de migrantes formando un solo grupo han sido detenidos. Esto a la par de que en la ciudad de Reynosa, en la plaza de la República, lo que eran tan sólo unas docenas de migrantes en torno al kiosco se transformó en un enorme hacinamiento humano donde se han instalado carpas, tiendas de campaña, sanitarios y bebedores de agua para más de 600 migrantes, de acuerdo con estimaciones confiables.
Pero no es solamente la migración indocumentada lo que ven como un grave problema las autoridades del Valle de Texas, sino que al igual que en todos lados, la tercera ola del Covid 19 está produciendo en la población en general un porcentaje de contagiados, a lo cual no escapa la población indocumentada. Con el fin de brindar atención y asilar a quienes se encuentran entre los contagiados, autoridades del Condado Hidalgo instalaron en el parque Anzaldúas un “campamento” donde se les brinda atención y, obviamente, se previene la proliferación de la enfermedad tanto para los propios migrantes como para los residentes del área.
Legisladores de los diferentes niveles, así como alcaldes del Valle de Texas, han estado haciendo un llamado a las autoridades federales para que brinden solución a lo que está ocurriendo y brinden el auxilio necesario para, si no solucionar, cuando menos paliar un problema que no se origina en esta región, pero que sin duda tiene un tremendo efecto.
Donde no parece que se esté llevando a cabo alguna medida de contención del problema es en Reynosa y las ciudades vecinas, donde las autoridades actuales están a punto de concluir su función y quizá van a heredar el problema a los nuevos funcionarios de los distintos niveles, aunque al igual que en el Valle de Texas, se resienten los efectos de un problema que tiene su origen en distantes países, de donde proceden los miles de migrantes.
Este lunes el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sostendría una conversación con la vicepresidente de los Estados Unidos, Kamala Harris, donde quizá se aborde el problema migratorio entre los temas que estén considerados en la agenda.
La crisis migratoria que se confronta es evidente y, por si fuera poco, puede ser más grave; hay demasiados factores para que así ocurra.