Querétaro, Mex. (Notimex).- Estar de pie mucho tiempo, tener sobrepeso, cargar objetos pesados, recibir golpes y presentar deformidades congénitas o adquiridas en las rodillas, predisponen al desgaste de las mismas y afecta con más frecuencia después de los 30 años.
Al señalar lo anterior, el jefe de Servicio de Traumatología y Ortopedia del Hospital General Regional 1 del (IMSS) en Querétaro, Luis Manuel Elías Ramírez, afirmó que esa es la segunda causa de consulta médica.
Indicó que lo anterior se debe a que las lesiones en el cartílago articular y en los componentes internos de la rodilla, generan limitación para las actividades de la vida diaria, laborales y deportivas.
“Esta enfermedad denominada gonartrosis se caracteriza por una lesión en la articulación de la rodilla, donde hay un desgaste del cartílago que inflama los demás componentes, lo cual condiciona el aumento de volumen, dolor, limitación para el movimiento y la marcha, generalmente de tipo progresivo”, dijo.
Además, precisó que en las deformidades donde las rodillas se desvían hacia adentro o hacia fuera, son factores que predisponen de manera importante las lesiones articulares y si a lo anterior le agregamos cierto tipo de actividades que favorezcan el uso inmoderado, frecuente y repetitivo de las rodillas, las posibilidades de presentar desgaste del cartílago articular son mayores.
Elías Ramírez indicó que la gonartrosis constituye una de las principales causas de atención médica, sobre todo, en personas mayores de 30 años de edad.
“Su sintomatología generalmente se manifiesta como dolor, limitación para la movilidad y marcha, sensación o presencia de rigidez, tronidos en las rodillas, aumento de las deformidades, rodillas gruesas, chuecas, disminución en la masa muscular, sensación de falta de fuerza o inestabilidad de las rodillas”, señaló.
El especialista apuntó que hay medidas preventivas para disminuir las posibilidades o la gravedad del daño a las rodillas, como mantener o buscar tener un peso corporal adecuado, no someter a esfuerzos inmoderados o repetitivos a las rodillas, así como evitar cargar objetos pesados.
Para la atención de la lesión existen dos tipos de tratamiento: el conservador y el quirúrgico, refirió.
“En las etapas iniciales de la enfermedad se ofrece orientación físico-deportiva, terapia física con fortalecimiento muscular; y en el cuadro agudo son analgésicos y antiinflamatorios, pero lo más importante es la comprensión del problema por parte del paciente y su colaboración para la mejora del mismo”, dijo el experto.
En el tratamiento quirúrgico, cualquiera de sus variedades, tiene el propósito de quitar o disminuir el dolor, y mejorar la funcionalidad de la rodilla, añadió.
“La colocación de prótesis se recomienda únicamente en personas mayores de 60 años después de una minuciosa evaluación clínica radiográfica, haciendo más énfasis en los estudios auxiliares, en la situación de vida del paciente, cantidad de dolor, capacidad para su función y poniendo en la balanza los beneficios contra los posibles riesgos de una cirugía mayor”, señaló el doctor Elías Ramírez.