Por Ana Hernandez*
(NOTICIAS NEWSWIRE).- Es la típica frase que escuchamos las mamás: “El día que tengas a tu bebé en brazos por primera vez, será el día más feliz de tu vida”. Y sí, es cierto; pero en mi experiencia, hay una verdad aún más grande. En cuatro semanas más tendré en mis brazos a mi tercer bebé y puedo decir, sin lugar a duda, que hay un momento más especial y tierno que se produce todos los días: el momento de recoger a mis hijos del colegio.
Escuchar sus vocecitas narrando los acontecimientos del día, escuchar lo que hicieron y todo lo que aprendieron, responder a sus preguntas… es simplemente invaluable.Desafortunadamente, mi horario de trabajo me robó esos momentos felices con mis primeros dos hijos; pero vino la pandemia por COVID-19 y todo cambió. Mis padres, ambos inmigrantes de Cuba; siempre me inculcaron el valor de trabajar muy duro para salir adelante. Mi papá llegó a los Estados Unidos a los 11 años y mi mamá solo tenía 5 años cuando la trajeron a este país. Al igual que muchas otras familias inmigrantes, mis padres empezaron desde cero y gracias a su esfuerzo y dedicación nos brindaron lo mejor que pudieron, pero emocionalmente todo tuvo un alto costo. Por su trabajo como maestra en una guardería, mi mamá no podía asistir a mis eventos escolares y mi papá trabajaba muy lejos de donde vivíamos haciendo imposible que asistiera a las juntas escolares. Por eso, cuando decidí empezar mi propia familia me hice a mí misma una promesa: no solo darle lo mejor a mis hijos sino también estar presente en todas y cada una de sus actividades escolares. Tristemente, mi trabajo en la industria hotelera pronto me hizo romper esa promesa y hasta consideré dejar de trabajar para estar con mis hijos. Lamentablemente, no soy la única madre de familia con esta disyuntiva ni el problema es sólo para quienes trabajan en el sector hotelero. Una encuesta del Pew Research Center publicada en el 2021, indica que tras la pandemia 27% de las madres de familia con hijos menores de 18 años consideran que su mejor opción es dejar de trabajar. Curiosamente, el 80% de los padres que respondieron la misma pregunta dijeron que sus “puntos de vista no han cambiado” con la pandemia y prefieren continuar con su actual situación laboral. Estoy convencida de que el trabajo remoto y los horarios flexibles pueden brindar felicidad y unidad a millones de familias y contribuir a que las mamás permanezcan dentro de la fuerza laboral. En lo personal, creo que las madres de familia quieren seguir trabajando; y yo anhelo lo mismo. Ahora que trabajo de forma remota y disfruto de los beneficios de un horario flexible entiendo que es el camino a seguir, pero una duda salta a la vista: ¿podemos las madres de familia tenerlo todo? A lo largo de mi carrera en la industria hotelera, he sido testigo de la misma preocupación entre otras mujeres. Es la angustia constante ante la posibilidad de perder oportunidades y quedar fuera en la lista de ascensos por el simple hecho de ser madre o incluso ante la más mínima posibilidad de serlo en el futuro. A pesar de nuestra resiliencia natural, elegir cuándo trabajar y dónde trabajar brinda la libertad que las madres necesitan para tener éxito en lo profesional y en lo personal. El informe de 2021, “Mujeres en el lugar de trabajo”, por McKinsey, muestra que las madres que trabajan “lidiaron con el ‘doble turno’ de balancear las responsabilidades en el hogar, mantener su salud mental, condiciones limitadas para trabajar a distancia y por si fuera poco la preocupación por las altas tasas de desempleo, particularmente entre grupos minoritarios y mamás solteras”. Una encuesta entre las trabajadoras por hora de Instawork, la empresa en la que trabajo actualmente, indica que el 17 % de las trabajadoras cisgénero son responsables de cuidar a sus hijos o a sus padres. El 9% de los varones también reportaron estar a cargo del cuidado de un ser querido. Mientras aguardo la llegada de mi bebé, la anticipación y la emoción son palpables. Aún no sabemos el sexo, pero una cosa yo sí tengo claro: disfrutaré cada momento, no como ocurrió con mis primeros dos hijos y todo gracias a los horarios flexibles; solo espero que otras madres trabajadoras tengan pronto y a su alcance la misma oportunidad. *Ana Hernández es ejecutiva de cuentas en Instawork |