Miami, (EFE).- El padrastro de un niño de 11 años fue hallado culpable en Estados Unidos de “abuso infantil agravado”, entre otros delitos, tras comprobarse que maltrataba y torturaba al menor, quien pudo salvarse gracias a la ayuda de una camarera de un restaurante de Florida, informó este lunes la Policía.
Timothy Lee Wilson, de 36 años, fue hallado culpable de 7 cargos criminales y será sentenciado el próximo 19 de agosto.
Los hechos se produjeron el 1 de enero de 2021 en el restaurante Mrs. Potato de Orlando, cuando dos adultos y dos menores se sentaron a la mesa.
La camarera Flavine Carvalho fue a tomarles la orden y notó que el niño presentaba múltiples contusiones y moretones en los brazos y la cara.
Tras comprobar que el padre no ordenaba ningún alimento para el chico, fijarse en los moretones y ver en el niño una actitud apocada, Carvalho decidió actuar.
La camarera escribió una nota que decía “DO YOU NEED HELP? OK” (¿Necesitas ayuda?, OK) y se la mostró al niño mientras estaba de pie detrás del hombre para que no pudiera cerciorarse de ello.
El niño negó con una señal, quizá atemorizado, pero continuó mirando fijamente a la mujer, por lo que ella le volvió a preguntar si necesitaba ayuda con otra nota y, esta vez, el menor asintió con la cabeza.
Así se lo relató muy nerviosa la camarera, en una conversación de cinco minutos, al agente de la Policía que atendió su llamada en la línea de emergencia 911 y que decidió enviar una patrulla al restaurante para investigar el caso.
En entrevista con los detectives de la Policía de Orlando, el niño relató incidentes de maltrato y torturas por parte de su padres, como ser atado con correas a los tobillos y el cuello y colgarle boca abajo de una puerta.
También lo esposaban, le golpeaban con una escoba y lo ataban a una plataforma rodante.
El padrastro y la madre del niño, Kristen Swann, fueron arrestados y acusados con cargos de abuso agravado de menores y negligencia infantil.
“Decir abuso es decir algo ligero, fue una tortura lo que este niño ha pasado”, señaló entonces Erin Lawler, detective de la Policía, quien precisó que el menor presentaba “todo tipo de hematomas en diferentes etapas”.
“No fue un incidente aislado. Fueron abusos y torturas continuados”, resaltó Lawler.
La Policía de Orlando elogió el coraje mostrado por Carvalho y el cuidado hacia un niño que no conocía. “Estamos orgullosos de que alguien como ella viva y trabaje en nuestra comunidad”, dijo.
Las autoridades indicaron que los dos niños fueron retirados de la custodia de sus padres y, en estos momentos, se encuentran “muy bien y muy felices”.
Múltiples casos de abuso y tortura de menores han conmocionado a Florida. Uno de los más sonados fue la muerte en 2011 de una niña adoptada y la tortura de su hermano gemelo.