El presidente electo de Colombia, el ex guerrillero Gustavo Petro, ha enviado claras señales de moderación desde su elección del 19 de junio. Sin embargo, Colombia sigue corriendo el riesgo de sufrir una fuga de capitales y una caída económica si el futuro mandatario no mantiene su actual esfuerzo por tranquilizar a los inversionistas.
Digo esto después de leer una estadística poco conocida pero muy reveladora: Colombia encabeza la lista de países extranjeros de donde vienen las búsquedas de internet para comprar casas en Miami.
Según un informe del 28 de junio de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Miami, Colombia encabezó la lista mundial de búsquedas de viviendas en Miami en el sitio de internet www.miamirealtors.com en mayo, por tercer mes consecutivo.
En otras palabras, la cantidad de colombianos que exploraron comprar propiedades en Miami se disparó en los meses previos a la elección de Petro, quien será el primer presidente de izquierda en la historia de Colombia.
Colombia representó el 12.3% de las búsquedas de 160 países en el sitio web de la asociación en mayo, seguida de Argentina con el 7.2% y Venezuela con el 6.3%.
“Los cambios de gobierno en el extranjero, como las elecciones presidenciales de este mes en Colombia, a menudo conducen a una mayor inversión en Miami, la capital de América Latina, ya que los compradores globales quieren poner su dinero en un lugar seguro”, señaló el presidente de la Asociación, Fernando Arencibia Jr., en un comunicado.
La semana pasada, la presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, una estrella política del Partido Popular de centro derecha de España, me dijo en una entrevista que en los últimos días había escuchado de varios casos de colombianos que se han venido a Miami, y que “esperamos algo similar” en Madrid.
Cuando le señalé que Petro ha enviado señales de moderación, Díaz Ayuso me dio una larga respuesta que podría resumirse así: “Ojalá me equivoque, pero esa es una película que ya hemos visto muchas veces”.
Entre otros gestos para tranquilizar a los inversores, Petro se presentó en abril ante un notario público y firmó un documento en el que promete que “no voy a expropiar nada ni a nadie”.
Y desde su elección, Petro se ha reunido con su némesis, el ex presidente Álvaro Uribe, y ha designado al profesor de la Universidad de Columbia y ex ministro de hacienda colombiano José Antonio Ocampo —un economista respetado— como su representante en las conversaciones de transición con el gobierno saliente.
Aún así, muchos siguen temiendo lo que se viene en Colombia. Tan recientemente como el 31 de agosto del año pasado, Petro había tuiteado que “mi gobierno se financiará con un aumento de impuestos a los 4,000 mayores tenedores de riqueza improductiva”. Eso podría conducir a todo tipo de decisiones arbitrarias, dicen sus críticos.
En su campaña presidencial anterior en 2017, Petro había prometido convocar una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución, que ha sido el camino elegido por los dictadores de Venezuela, Nicaragua y otros países para mantenerse en el poder indefinidamente. Desde entonces, Petro ha dicho que no buscará reemplazar la Constitución.
“A pesar de cierta moderación, su administración marcará un gran giro de (el presidente saliente Iván) Duque y los presidentes anteriores”, dijo la consultora de riesgo político Eurasia Group en un informe. Agregó que Petro “podría volverse más radical para ganar apoyo popular “ más adelante en su mandato.
Si Petro quiere evitar que la inflación se dispare y se produzca una crisis económica mayúscula, tendrá que pensar dos veces sobre sus promesas de aumentar el gasto público para dar subsidios masivos, y suspender la exploración petrolera.
Antes de la elección de Petro, ya se proyectaba que la economía de Colombia se desacelerará del 5.4% este año al 3.2% el próximo año, según cifras del Banco Mundial.
Por ahora, Petro merece el beneficio de la duda, y el apoyo de todos. Sin embargo, para saber hacia donde va Colombia, recomiendo revisar nuevamente en unos seis meses la lista mundial de búsquedas para comprar casas en Miami. Si Colombia sigue primera en la lista, será una mala señal para el futuro de Colombia.