Miami, (EFE).- Dos sistemas que se encuentran bajo el ojo de los meteorólogos podrían convertirse en el transcurso de esta semana en sendas depresiones tropicales y de esta forma acabar con casi dos meses de calma en el Atlántico.
El Centro Nacional de Huracanes de EEUU (NHC, por sus siglas en inglés) vigila dos áreas de baja presión en el Atlántico, una de ellas con hasta 80 % de posibilidades de convertirse en una depresión tropical hacia fines de esta semana, según informó en un boletín que difundió este martes.
El NHC alertó que la amplia y alargada área de baja presión ubicada a varios cientos millas al este de las Antillas Menores, en el centro de la cuenca atlántica, está produciendo por ahora solo lluvias y tormentas eléctricas desorganizadas, pero se prevé un desarrollo gradual y que una depresión tropical “se forme a finales de esta semana”.
Los meteorólogos pronostican que la “perturbación” se mueva lentamente hacia el oeste y luego hacia el oeste-noroeste entre unas 5 y 10 millas por hora (8 y 16 km/h), rumbo a “las aguas adyacentes del norte de las Islas de Sotavento”.
Por otro lado, una onda tropical acompañada de una amplia zona de baja presión ubicada justo en frente de la costa oeste de África “podría convertirse en una depresión tropical de corta duración sobre el extremo este del Atlántico durante los próximos días”, informó hoy el NHC.
El centro meteorológico, con sede en Miami (Florida), vaticina que hacia fines de semana el sistema se debilite cuando se mueva por aguas frías, no obstante arrojará fuertes lluvias en zonas de las islas africanas de Cabo Verde.
La actual temporada de huracanes en esta cuenca, que se inició el 1 de junio, se acerca al pico de actividad, usualmente a partir de septiembre, con solo tres tormentas formadas hasta la fecha, Alex, Bonnie y Colin, el último disipado el pasado 3 de julio.
No se ha formado por el momento ningún huracán en lo que va de temporada, para la cual la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. ha previsto una actividad por encima del promedio.