Acción de Gracias, una gran tradición

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El jueves 23 conmemoramos, con profundo respeto y admiración, una de las fechas más relevantes de nuestra historia a nivel nacional. Es el Día de Acción de Gracias que tributamos los americanos todos al Supremo Hacedor, agradeciéndole los beneficios otorgados a nuestra gran nación y a sus habitantes por gozar en ella de Paz, Justicia y Libertad.

Los orígenes históricos de esta fecha se remontan a un frío y brumoso día del 11 de noviembre de 1620 cuando ciento veinte puritanos ingleses entre hombres, mujeres y niños, llegaban en la nave Mayflower a la bahía del Cabo Cod y dentro de ella, más propiamente al pequeño golfo de Plymouth, costa perteneciente entonces a las incipientes colonias denominadas Nueva Inglaterra.

Los inmigrantes, pertenecientes a grupos religiosos disidentes de la Iglesia oficial anglicana y más reformistas que ella, pretendían separarse para conformar una teología y forma de vida de acuerdo con los principios puros de la Biblia. Molestados y perseguidos en Inglaterra por la nueva dinastía de los Estuardos, presbiterianos y anglicanos en su gran mayoría, decidieron emigrar a las nuevas tierras de la América Inglesa en busca de libertad y posibilidades de rehacer una nueva vida de acuerdo a sus creencias.

Fue un grupo desprovisto de experiencia y de toda clase de elementos para poder afrontar la vida en tierras ignoradas e inhóspitas, formado por gente modesta de campesinos, obreros y pequeños burgueses que, sin mayores medios económicos tuvieron solamente la entrega de la fe en sus principios y religión.

Su primer año de vida frente a la Roca de Plymouth fue de privaciones y dificultades sin límites luchando contra las inclemencias del tiempo, falta de alimentación y desconocimiento del terreno. Gracias a su perseverancia, al buen trato con los indios aborígenes y a la cooperación que ellos les prestaron enseñándoles sus cultivos y medios de vida para afrontar su aclimatación, pudieron subsistir y progresar al finalizar esta primera etapa.

Al término de ella, en noviembre de 1621, después de haber perdido a más de la mitad de los pobladores de la incipiente colonia por hambre, pestes y enfermedades, su constancia, fe y sacrificio coronaron sus esfuerzos permitiéndoles obtener una excelente cosecha, mejores condiciones climáticas y un relativo bienestar.

La tenacidad y temple moral de los peregrinos del Mayflower, como nuestra historia los bautizó después, se vio confirmada al momento de regresar la nave que los condujo a su nueva tierra, puesto que en ella ninguno de los colonos quiso regresar a Inglaterra, su tierra natal.

En cambio, agradecidos en su patria de adopción y en compañía de sus amigos indígenas los Wampanoag y su jefe Massasiot, pidieron la bendición de Dios para todos ellos y sus descendientes, reconociendo las bondades de esta tierra de promisión.

Los festejos se prolongaron durante tres días con variados alimentos autóctonos de la región como gallinetas y pavos salvajes aderezados y condimentados con la cocina europea.

Hermoso ejemplo de comprensión, tolerancia y hermandad de dos pueblos y razas tan distintas y distantes en sus orígenes y formación histórica pero unidos por la condición innata de igualdad de origen de todos los hombres.

Con posterioridad a esta histórica fecha miles y miles de inmigrantes puritanos, huyendo de las violencias y persecuciones en su patria, llegaron a las costas de Nueva Inglaterra constituyendo importantes núcleos que fueron conformando los futuros estados de Maine, Vermont, Massachusetts, Nuevo Hampshire, Rhode Island, Connecticut y Nueva York entre otros.

Figuras de mayor nivel intelectual entre los nuevos puritanos tales como Bradford, Salsonstall, Dudley, Winthrop, Hooker, Darenport, Eaton y Roger Williams entre otros, se dedicaron a elevar el nivel educacional y cultural de las nuevas colonias, comunicando el espíritu de libertad y democracia que constituyen la génesis de las constituciones federales de cada estado sirviendo de base, con posterioridad, a la promulgación de la gran Carta Magna de nuestra nación, compendio de los principios democráticos de Justicia y Libertad.

Son en síntesis, los antecedentes históricos que conllevan a celebrar esta trascendental fecha a fines de noviembre de cada año y en que actualmente, a 397 años de su iniciación, se agradece al Creador el poder residir en esta tierra de esperanzas y libertad, por haberla dotado de valores humanos, geográficos y materiales que nos dan fe y confianza en el porvenir.

Los peregrinos del Mayflower como símbolo de los puritanos, nos legaron los principios morales de la fe, justicia, libertad y fraternidad los que, unidos a otros pueblos, razas y religiones llegados de diferentes partes del mundo, han constituido, amparados todos por las banderas de la democracia, la esencia de la grandeza de nuestra nación.

(Con datos de un artículo escrito por Don Guillermo Letelier)