Ciudad de México, (EFE).- La recta final del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que arrancó el 1 de diciembre de 2018, inicia este jueves y será una etapa en la que seguirá cobrando protagonismo y conducirá la sucesión presidencial de su partido y hasta de la oposición, apuntaron expertos.
Con una sucesión muy adelantada y un proceso electoral que en México roba la atención en el último año del presidente saliente, el margen de acción de López Obrador se restringe, según el calendario electoral, prácticamente a un año, tiempo en el que buscará aprovechar su arrastre entre el electorado para las presidenciales de 2024.
“Cuando se va acercando el final de una administración ya a nadie le interesa negociar con el presidente porque ya va de salida”, dijo a EFE el experto en Ciencia Política por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Gustavo Martínez Valdés.
Explicó que en Ciencia Política a ese proceso le llaman el fenómeno del “pato que cojea” y ocurre “cuando los presidentes ya van de salida y no se pueden reelegir”, y ya nadie les hace caso porque todos están viendo a futuro, cómo moverse, “pero no está pasando necesariamente ahora con Andrés Manuel”, explicó.
ALTA ACEPTACIÓN
Martínez Valdés dijo que, a diferencia de otros gobiernos como el de Felipe Calderón (2006-2012) y el de Peña Nieto (2012-2018), que llegaron a sus últimos años perdiendo protagonismo por el desgaste, López Obrador “tiene buenos números de aprobación, anda por el 65 % de aprobación y eso le da mucha presencia”.
Además, el académico destacó la conferencia de prensa diaria del presidente, popularmente conocida como la “mañanera”, que “sigue siendo una estrategia de comunicación muy eficiente del presidente y que lo mantiene a los medios discutiendo y delineando la agenda”.
CONDUCE SUCESIÓN
Gracias a este ejercicio de comunicación, López Obrador “está muy presente” y “su figura va a ser muy protagónica dentro de su partido”, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), según el analista.
“Y, sobre todo, creo que él está conduciendo los procesos de postulación de candidatos (a la presidencia) tanto de su partido como de la oposición”, añadió.
El especialista indicó que “es muy importante para el proyecto del presidente que su partido no se rompa, por eso está muy presente y está dirigiendo informalmente los procesos de candidaturas presidenciales”.
PAPEL PROTAGÓNICO
Para Javier Oliva, el profesor-investigador en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el protagonismo será la moneda de cambio en el último tercio de la administración de López Obrador.
Y como botón de muestra señaló “la marcha del domingo pasado” que reunió a más de 1 millón de personas, según el Gobierno de Ciudad de México, lo que sirvió para mostrar el músculo político a sus opositores, que apenas dos semanas atrás habían salido a las calles de varias ciudades del país en un duelo de fuerzas.
“El presidente estará enfrascado en lograr que su partido y sus candidatos ganen y creo que esa va a ser una de sus prioridades y en ese sentido habrá que ver la forma en la que operas su propia sucesión”, expuso.
El académico contó que en el escenario político mexicano la selección del candidato presidencial del partido gobernante “genera turbulencias como ya hemos visto en muchos otros casos y buscará contener las rupturas”.
Recordó que, en 2024, además de la elección presidencial en 30 de las 32 entidades federativas tendrán elección a alguno de sus poderes estatales o municipales, además se elegirán 128 senadores y 500 diputados federales y se renovarán ocho gubernaturas, entre ellas la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
“Es importante observar que no solamente trata de ganar la presidencia, sino de ganar el Congreso y él lo ha dicho claramente”, apuntó.
MUCHOS PENDIENTES
Aunque desde el primer día de su gobierno el presidente ha trabajado “16 horas al día” y ha cumplido casi en su totalidad los 100 compromisos de gobierno, según el mandatario, para Martínez Valdés “se va con todos los pendientes”.
Señaló que “los gobiernos presidenciales siempre están apurados en aprobar todo porque al final de cuentas lo que dejan en su legado, y en este caso será el proyecto de la ‘cuarta transformación’, como ha llamado a su proyecto de gobierno”.
El especialista dijo que temas como la pobreza, la desigualdad, la inseguridad y la delincuencia no se han solucionado y “están casi en los mismos niveles” de como los recibió.
Además, ahora está “el problema de bajo crecimiento económico con inflación creciente”, agregó.
Reconoció que mejorar eso problemas “implica mucho más tiempo y es en lo que está trabajando el presidente además de asegurar las líneas de gobierno que está dejando y que no se desvíen con el próximo candidato de su partido”.