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Thursday, December 12, 2024

EN SÍNTESIS

Por primera vez, en más de un siglo algo inusitado sucedió: Los republicanos, como mayoría en el congreso no se ponen de acuerdo en quién será su líder.  En tres sucintas votaciones el famoso congresista (diputado) del Valle Central de California, Kevin MacCarthy, obvio líder, no tuvo el apoyo suficiente con una oposición de derechistas extremos partidarios de Trump.

Aunque la mayoría de los ciudadanos de esta nación desconoce la importancia de este puesto, es importante destacar su relevancia.  Este nombramiento (Speaker of the House/Líder de la Mayoría del Congreso) es el tercero en línea para ser presidente en caso de que una crisis inhabilite al presidente y la vicepresidente.  Su influencia en el congreso puede evitar clausuras del gobierno por no aprobar un presupuesto y detonar crisis económicas.

En el lado político las consecuencias negativas para todos serían mayores.  Este puesto partidista es el cerebro y estratega para formar comités que investiguen a Biden y compliquen o detengan los proyectos de éste y sus demócratas.  El mismo apoyo a Ucrania se pone en peligro con esta división.

Es importante destacar las razones que han ocasionado la división dentro del partido Republicano más que sus consecuencias.  Mientras que el susodicho MacCarthy en teoría se afilia y apoya a Trump, en la práctica ha probado ser tan moderado como tiene que ser para lograr acuerdos con todos.  No es un fanático tonto, sin acuerdos no hay agendas legislativas que se aprueben.  Una y otra vez en el mundo de la política la historia nos prueba que los moderados ganan las partidas a los extremistas.

Se creía que las estrepitosas derrotas de Trump lograrían una disminución notable de su influencia.  Han sido muchos y frecuentes estos fracasos, por ejemplo:  en las urnas con los candidatos que éste apoyó; ante la justicia con los abusos de sus estilos de hacer negocios que han sido censurados en NY; con la revelación de sus impuestos que los jueces aceptaron deben ser expuestos; y las constantes declaraciones de éste dividiendo cada vez más a esta nación.

No es el caso.  Trump sigue vivito y coleando.  Los ultraderechistas que evitan la elección de Kevin MacCarthy son trumpistas de cepa que exigen una agenda que siga destruyendo las instituciones. No creen en negociaciones ni en ceder para obtener algo.  Por el contrario, buscan expulsar a los que no sean trumpistas.  Son radicales fanáticos.

Es evidente que la división de los republicanos está cada vez más lejos de servir a su nación.  Siguen hechizados por la influencia de Trump.  Pareciera que éste se ha ungido por encima del partido mismo.  No son buenos augurios.  Lo he escrito en otras ocasiones, lo tengo que repetir.  Son malos tiempos para ser republicano.

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