Naciones Unidas, (EFE).- Gobiernos, empresas, inversores y sociedad civil se darán cita esta semana en Naciones Unidas para buscar respuestas a la crisis del agua en una esperada reunión internacional que debe trazar los planes en este ámbito para las próximas décadas.
La Conferencia del Agua 2023 es la primera cumbre de este tipo que se celebra desde 1977 y culminará en la creación de una nueva Agenda de Acción por el Agua en la que se reunirán cientos de compromisos voluntarios que ya se han anunciado o se irán dando a conocer en los próximos días.
La reunión tendrá lugar en Nueva York entre el miércoles y el viernes con varias sesiones plenarias y diálogos sobre cuestiones específicas, pero en paralelo se celebrarán unos 550 actos tanto dentro como fuera del recinto de la ONU.
La organización espera que al menos doce jefes de Estado y de Gobierno, unos ochenta ministros y altos responsables gubernamentales y más de 6.500 representantes de la sociedad civil participen en la cita, la primera Conferencia del Agua desde la inaugural que tuvo lugar en Mar del Plata, Argentina, hace casi medio siglo.
UNA CRISIS GLOBAL
La cumbre llega en un momento que la ONU considera de “crisis global” en materia de agua, con miles de millones de personas sin acceso adecuado ella y con más de 800.000 muertes anuales atribuidas a enfermedades vinculadas directamente a agua contaminada, problemas de saneamiento o malas prácticas de higiene.
Mientras la demanda no deja de crecer, más y más personas sufren escasez de agua, pero a la vez numerosos países se ven arrollados regularmente por lluvias torrenciales e inundaciones.
“Está claro que tenemos que repensar nuestro enfoque sobre la mejor forma de distribuir y valorar el agua y de esto trata esta Conferencia. ¿Cómo podemos compartir el coste de prevenir o mitigar sequías e inundaciones exacerbadas por el calentamiento global?”, explican en un artículo conjunto Henk Ovink y Sulton Rahimzoda, los enviados para el agua de Países Bajos y Tayikistán, los co-organizadores.
El impacto de la crisis climática en el agua y viceversa es uno de los asuntos centrales que se abordarán en esta reunión.
Según la ONU, tanto inundaciones como sequías han aumentado con este fenómeno, con un alza del 134 % desde el año 2000 en el conjunto de los desastres vinculados al agua.
Al mismo tiempo, la organización subraya que el agua puede ser una pieza clave en la lucha contra el calentamiento global, por ejemplo con el desarrollo de prácticas agrícolas más sostenibles o con la protección de humedales, que ayudan a absorber dióxido de carbono.
UN MOMENTO CRUCIAL
Naciones Unidas busca que esta Conferencia sea al agua lo que para el clima fue la cumbre de 2015, cuando se pactó el Acuerdo de París, el más importante en ese ámbito.
“Esperamos que pueda resultar en un ‘momento París’ para el agua”, admiten Ovink y Sulton.
Sin embargo, a diferencia de entonces, ahora no se busca un gran pacto entre todos los países, sino que todo dependerá de los compromisos voluntarios que presenten Gobiernos, organizaciones internacionales y el sector privado.
Hasta ahora, Naciones Unidas ha recibido ya 360 promesas y espera muchas más durante los tres días que durará la Conferencia.