• El alto abstencionismo en Texas
A prácticamente una semana de que se lleven a cabo elecciones en algunos estados de la Unión Americana para senadores, la tercer parte de los que integran la Cámara Alta, y para gobernadores, entre ellos el de Texas, pero en especial los de la totalidad de los congresistas, los ataques han arreciado entre los contendientes.
Algunos de los mencionados ataques implican acusaciones que en ocasiones parecen inverosímiles y más que pretender exhibir las debilidades, políticas claro, de sus oponentes, se centran muchas veces en acusaciones que lucen absurdas, poco creíbles en medio de un ambiente sumamente polarizado, sobre todo en el sur de Texas, donde los republicanos, con republicanas encabezando la ofensiva electoral, dan la pelea como nunca por lograr las posiciones congresionales fronterizas.
La llamada votación anticipada, que se inició el 24 del presente mes, periodo en el que se puede votar previo al día final de la elección, el ocho de noviembre, no arroja una gran recepción de votos.
Dicho periodo electoral, en el que los ciudadanos pueden acudir a centros de votación, forman parte de la legislación electoral estadounidense y pretende dar la oportunidad de que los ciudadanos ejerzan su derecho a votar con toda oportunidad al margen de los compromisos laborales o domésticos que pudiesen impedir que el día de la elección final, que cae en martes, concurran a las urnas.
Sin embargo, cuando menos de acuerdo a los datos proporcionados la semana anterior, la concurrencia de votantes era mínima, inclusive menor a previos procesos de elección.
Desafortunadamente el derecho al voto, que es un privilegio de los ciudadanos estadounidenses, los residentes permanentes de Estados Unidos aunque su estatus sea legal no pueden votar, no es ejercido por todos y se registran altos índices de abstencionismo, lo que afecta, sobre todo en el caso de las “minorías”, entre ellas la de los hispanos, la representatividad de funcionarios electos en proporción de la población hispana del país.
Solía decir un destacado líder de la comunidad mexicana radicado en Las Vegas, Eddie Escobedo Sr., que hay ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda en la Unión Americana. Los de segunda son los que teniendo el derecho de votar no lo ejercen, son indiferentes en los procesos electorales y no aprecian la importancia que éstos revisten. Y los ciudadanos de primera son los que acuden a votar y, con ese acto, participan en las decisiones del país y del gobierno.
Eddie Escobedo Sr. quien hace años pasó a mejor vida, dejó un gran legado a esa comunidad y tuvo la capacidad de contribuir a la organización de los hispanos, sobre todo los de ascendencia mexicana, a través del comité patriótico que fundó, para participar en las decisiones políticas de su comunidad y el país.
Es deseable, pero no estamos muy optimistas de ello, que en los próximos días, quienes tiene el derecho de votar, quienes viven el “Sueño americano”, acudan a ejercerlo. Siempre ha sido importante, y esta ocasión no es la excepción, que se participe en las grandes decisiones nacionales. La forma es muy sencilla y no toma gran tiempo hacerlo. Parafraseando a Escobedo, seamos “ciudadanos de primera” simplemente votando.
Eso aplica para Estados Unidos y para cualquier otro país.