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Thursday, April 24, 2025
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El mensaje del papa Francisco a Donald Trump

Andres Oppenheimer

El discurso final del papa Francisco, denunciando la demonización de los inmigrantes, debería ser transmitido por altavoces al presidente Donald Trump cuando vaya – tal como lo anunció – al funeral del pontífice el sábado en el Vaticano. Lo que dijo Francisco estaba dirigido principalmente a él, y tendría que llegar a sus oídos.

A lo largo de su papado, Francisco criticó implacablemente las falsas insinuaciones de Trump de que la mayoría de los inmigrantes son criminales, y las referencias del presidente estadounidense a los migrantes como “animales”, o personas que “están envenenando la sangre de nuestro país”.

En su discurso ante decenas de miles de personas en la Plaza de San Pedro el Domingo de Pascua, leído por un asistente el día antes de su muerte, el Papa denunció “cuánto desprecio” existe “hacia los vulnerables, los marginados y los migrantes”. El Papa pidió solidaridad con aquellos “que vienen de tierras lejanas, trayendo costumbres, formas de vida e ideas desconocidas. Porque todos somos hijos de Dios”.

En sus sermones, escritos y entrevistas anteriores, Francisco había criticado sin tapujos las políticas antiinmigrantes de Trump.

El 10 de febrero, poco después de que Trump asumiera por segunda vez la presidencia y prometiera realizar deportaciones masivas, el Papa envió una carta a los obispos estadounidenses instándolos a rechazar la falsa narrativa de la Casa Blanca de que la mayoría de los inmigrantes son delincuentes.

“He seguido de cerca la grave crisis que se está produciendo en Estados Unidos con el inicio de un programa de deportaciones masivas”, escribió Francisco en esa carta. Añadió que las personas sensatas deberían expresar su “desacuerdo con cualquier medida que identifique, tácita o explícitamente, la situación irregular de algunos migrantes con la delincuencia”.

El Papa añadió: “Exhorto a todos los fieles de la Iglesia Católica, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a no ceder ante narrativas que discriminan y causan sufrimiento innecesario a nuestros hermanos y hermanas migrantes y refugiados”.

Ya en 2016, Francisco arremetió contra la promesa del entonces candidato presidencial Trump de construir un muro en la frontera con México. “Quien solo piensa en construir muros, dondequiera que estén, y no en construir puentes, no es cristiano”, dijo Francisco.

Su defensa de los inmigrantes también se extendió a los países y políticos europeos que explotan el sentimiento antiinmigrante con fines políticos. Su primer viaje como Papa, en 2013, fue a la isla italiana de Lampedusa, para celebrar una misa en memoria de los africanos que estaban muriendo en el mar intentando llegar a suelo europeo.

Pero ningún jefe de Estado en el mundo ha atraído tanta atención por su campaña antiinmigrante como Trump, y pocos han desafiado el estado de derecho en su propio país para deportar migrantes y refugiados como el presidente estadounidense.

Sería importantísimo que los sacerdotes estadounidenses transmitieran el mensaje del Papa, porque muchos estadounidenses se han creído las exageraciones y mentiras de Trump sobre los inmigrantes.

Contrariamente a las frecuentes declaraciones de Trump sugiriendo que los indocumentados son delincuentes, varios estudios, incluido uno de la Universidad de Stanford que rastreó los crímenes cometidos por inmigrantes desde la década de 1960, han demostrado que los inmigrantes cometen hasta un 60% menos de delitos violentos que los nacidos en Estados Unidos.

Y lo cierto es que Estados Unidos necesita urgentemente más inmigrantes, no menos, para hacer muchos trabajos que los estadounidenses no quieren realizar. La Cámara de Comercio de Estados Unidos dice que el país tiene una gran escasez de mano de obra, con muchas más vacantes que trabajadores disponibles.

Sin embargo, la campaña antiinmigrante de Trump ha convencido a la mayoría de los estadounidenses de que los aproximadamente 11 millones de inmigrantes indocumentados deberían ser deportados. Según la última encuesta de CNN, el 56% de los estadounidenses apoya las deportaciones masivas de Trump.

El Papa intentó, sin mucho éxito, convencer a Trump y a la mayoría de los estadounidenses de que vieran a los inmigrantes como personas que buscan un mejor futuro y que, en la gran mayoría de los casos, contribuyen significativamente a sus países adoptivos. Ahora, mientras el mundo honra a Francisco, su mensaje central de solidaridad con los migrantes debería ser recordado en su funeral, y en el futuro.

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