Mauricio Claver-Carone, de 49 años, nacido en Miami de padres cubanos y ex asesor principal de la Casa Blanca en asuntos latinoamericanos durante el primer mandato de Trump, me hizo levantar las cejas varias veces durante una entrevista de una hora la semana pasada.
Cuando le pregunté sobre el desmantelamiento de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) por parte de Trump, sugirió que el gobierno de Estados Unidos no solo revisará sus programas de ayuda exterior, sino también sus contribuciones a organizaciones regionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Claver-Carone, quien se desempeñó durante unos dos años como presidente del BID, me dijo que el principal banco de desarrollo regional “es un cuento”. La mayoría de quienes trabajan allí lo hacen para beneficiarse de las visas estadounidenses y las buenas pensiones, en lugar de ayudar a la región, señaló.
“¿Y el impacto dónde queda, y que es el ‘desarrollo’ hoy en día?”, preguntó. “Yo creo que hay que re-evaluar el desarrollo”.
Claver-Carone se vio obligado a dejar el BID en 2022 después de que una investigación interna lo acusara de tener una relación romántica con una colaboradora y aumentar sustancialmente su salario. Él ha negado cualquier conducta indebida.
Cuando le pregunté sobre México, Claver-Carone tuvo palabras sorprendentemente elogiosas hacia la presidenta izquierdista Claudia Sheinbaum. Hablando sobre la amenaza de Trump de imponer un arancel del 25% a México, que Trump ha justificado en parte aseverando que existe una “alianza intolerable” entre el gobierno mexicano y los cárteles de la droga, Claver-Carone dijo que Sheinbaum “ha mostrado ser una gran líder”, y su cooperación en el tema migratorio ha sido “extraordinaria”.
Las palabras inusualmente amables de Claver-Carone hacia Sheinbaum me llevan a pensar que Trump pudiera estar preparando el terreno para postergar nuevamente la aplicación de sus aranceles a México. Trump ha dicho que estos aranceles entrarán en vigor a principios de marzo a menos de que México aumente su cooperación en temas migratorios y de la lucha antidrogas.
Sobre Argentina, Claver-Carone no sonó demasiado optimista sobre la propuesta del presidente Javier Milei de firmar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos. Señalando que Trump no es muy amigo de los tratados de libre comercio, Claver-Carone me dijo que “es mucho más factible un acuerdo de promoción de inversiones (con Argentina) que un acuerdo de libre comercio”.
En cuanto a Venezuela, Claver-Carone cuestionó la percepción muy difundida de que Trump ha traicionado a la oposición venezolana, y que ha hecho un acuerdo de “deportados por petróleo” con el régimen de Maduro.
Trump revocó el Estatus de Protección Temporal (TPS) contra la deportación de unos 600,000 inmigrantes venezolanos en Estados Unidos, y mandó a su enviado especial a Venezuela, Richard Grenell, a reunirse con Maduro en Caracas. Tras esa reunión, Maduro liberó a varios rehenes estadounidenses y aceptó recibir a deportados venezolanos.
Mientras tanto, contrariando las esperanzas de la oposición venezolana de que Trump aumentaría las sanciones económicas a Venezuela, Trump no revocó la licencia de empresa petrolera Chevron para exportar petroleo venezolano.
“No ha habido concesiones (por parte de Estados Unidos)“, me dijo Claver-Carone. Agregó que Maduro aceptó las demandas de Estados Unidos de tomar deportados y liberar rehenes por temor a que Trump impusiera sanciones económicas drásticas, como lo hizo durante su primer mandato, si Venezuela no cumplía.
Según me dijo Claver-Carone, la estrategia más efectiva del presidente estadounidense es ser “impredecible” e infundir miedo en sus adversarios.
“Lo peor que puede pasar es ser predecible”, afirmó. “Ser previsible ayuda a otros actores a anticiparse y a hacer sus movidas”.
Después de la entrevista, no pude evitar preguntarme si el gobierno de Trump es deliberadamente impredecible, o simplemente dice serlo para disimular sus políticas erráticas. Las contradictorias declaraciones de línea dura sobre Venezuela del Secretario de Estado Marco Rubio y las fotos del enviado de Trump, Grenell, estrechando la mano de Maduro me hacen sospechar que en la Casa Blanca de Trump reina el caos.
Pero esta segunda administración de Trump recién empieza. Pronto sabremos mejor si su característica más notoria es la imprevisibilidad, o la improvisación.