•Cientos de miles de mexicanos no pueden obtener residencia permanente en Estados Unidos, pese a tener una visa de trabajo
De un momento a otro el presidente Joe Biden, en cumplimiento de su promesa de ofrecer un plan que alivie la situación de millones de migrantes que viven indocumentados en los Estados Unidos, dará a conocer quizá algunas órdenes ejecutivas o, en el mejor de los casos, un proyecto de reforma migratoria integral al Congreso de la Unión Americana.
De acuerdo con versiones que han trascendido, se estaría dando la oportunidad de que personas que llegaron al país antes del primero de noviembre del pasado 2020 pudieran sean consideradas para regularizar su situación, repetimos, ha trascendido pero no podemos asegurar que esto así vaya a ocurrir.
Lo cierto es que desde hace ya varios años se ha intentado lograr una reforma migratoria.
Un proyecto aprobado en ese sentido en el Senado y que fue turnado a la Casa de Representantes se quedó sin ser sometido a la consideración de la Cámara Baja en tiempos en los que el Partido Republicano tenía la mayoría de ese cuerpo legislativo durante la Presidencia de Barack Obama.
De ahí la opción del expresidente de expedir la orden ejecutiva como DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals) que permitía a quienes hubiesen llegado en la infancia a territorio estadounidense en forma indocumentada, de la mano de sus padres, permanecer difiriendo su deportación condicionado a algunos requisitos especiales.
Parece que en la mente de algunos legisladores y de activistas tanto los indocumentados, sin ninguna diferenciación, como los “dreamers” o soñadores, son prioridad, pero se estaría cometiendo una enorme injusticia si se aprobase una reforma migratoria donde por el simple hecho (que puede ser explicable) de encontrase en el país de forma indocumentada antes del mes de noviembre del 2020 se le daría el derecho a una personal a recibir el beneficio de una residencia legal con una vía hacia la naturalización, sin tomar en cuenta a personas calificadas que cuentan con una visa de trabajo pero que no tienen la opción de una residencia permanente, o en otros casos, esté condicionada a que la empresa peticionaria del trabajador acceda a contribuir a cambiar de estatus migratorio.
Nos explicamos. Hay miles de trabajadores en los Estados Unidos, por no decir cientos de miles que, procedentes de diversos países, se encuentran trabajando con visas como la H-1B o la TN2 gracias a que tiene una calificación laboral o, inclusive, un alto nivel científico o tecnológico.
En el primero de los casos (H-1B) son personas que por contar con una alta experiencia en labores científicas o tecnológicas, o por poseer títulos universitarios, maestrías e, inclusive, doctorados, califican para tener esa visa, a condición de que exista una empresa estadounidense peticionaria.
La visa TN2, y esto es muy interesante, fue creada como parte del establecimiento del Tratado de Libre Comercio con America del Norte (NAFTA o TLCAN) para permitir que mexicanos con cierta especialidad o calificación puedan prestar sus servicios calificados en los Estados Unidos. Dicha visa permanece en el mismo estatus con el nuevo TMEC o USMAC. Para los canadienses existe una visa similar denominada TN1.
La situación con estas visas y otras similares es que dificultan, o hacen imposible, que en un momento dado los poseedores de las mismas puedan aspirar a una residencia permanente.
En el caso de la H-1B, se puede solicitar una residencia permanente sólo si se recibe anuencia de la empresa peticionaria, quien debe, por otra parte, en teoría, sufragar los costos de los trámites. De estas visas se expidieron 188,100 en el año fiscal de 2019.
En el caso de la TN2, para trabajadores mexicanos bajo el amparo del TMEC, no tienen opción a la residencia permanente bajo ningún concepto. Se tiene que renovar cada uno o dos años, pero no da opción a residencia permanente sin importan cuántos años tenga el beneficiario de la visa radicando en la Unión Americana.
México, por conducto de su presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha expresado que es su deseo que se lleve a cabo una reforma migratoria que permita a los mexicanos indocumentados regularizar su situación. Por cierto, son los mismos que aportan gran parte de las remesas que llegan a México y que, aceptado por gobierno y empresas, contribuyen, sobre todo en tiempos de pandemia y crisis económica, a paliar la situación de los familiares y beneficiarios indirectos de quienes les envían desde el extranjero.
En un momento en el que se está a punto de confirmar a un nuevo embajador, en este caso Esteban Moctezuma, podría muy bien ser lo antes expuesto (perdón por el atrevimiento) parte de una renovada agenda bilateral.
Un caso especial merecen los representantes de medios informativos que, amparados por la Visa I, desempeñan labores en representación de agencias informativas o medios televisivos, radiales o impresos, quienes, cuando dejan de ser corresponsales, muchas veces con muchos años de antigüedad, pierde todo derecho a permanecer en la Unión Americana y, el mismo caso, son los hijos quienes sufren más por un retorno forzado a su país de origen, pero con el que ya se encuentran poco identificados. Uno de los ejemplos emblemáticos es lo que ocurrió con los corresponsales de la desaparecida agencia Notimex, donde experimentados y valiosos periodistas perdieron la opción de radicar en la Unión Americana sirviendo a los Estados Unidos y a México.
No es posible que mientras mexicanos están expuestos a abandonar el país, junto con su familia porque pierden o han perdido el beneficio de una visa laboral como las mencionadas, se ven obligados a regresar a su país de origen completamente desarraigados y, lo que es peor, con hijos que prácticamente consideran como su país adoptivo a los Estados Unidos.
¿Verdad que esos hijos pueden representar un drama mayor (sin menosprecio de los llamados soñadores) que los que gozan del DACA?
Alguna vez se habló de la opción de obtener la residencia permanente por méritos. ¿Puede haber mayor mérito que el antes descrito?
(•José Luis B Garza es periodista binacional, con doble nacionalidad, radicado en la frontera Texas – Tamaulipas) Email: jose@elperiodicousa.com, jose@bgarza.com