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Tuesday, April 1, 2025
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LA EDUCACIÓN Y LA PANDEMIA: La Realidad

“Con frecuencia la historia nos muestra
que lo malo no es todo malo.
Hay una realidad dialéctica
en que de lo malo surgen
inesperadas cosas buenas.”
Maestra Nancy Gamboa Arreola

INTRODUCCIÓN
Este artículo está basado en el trabajo realizado por tres brillantes alumnas del doctorado en educación del Instituto Universitario Anglo Español. Mi gratitud y felicitaciones para Nancy Gamboa Arreola, Laura Marcela Saravia Santa Cruz y Alejandra Murillo de la Cruz. Son ustedes mi mayor fuente de aprendizaje e inspiración.
En estos días se levantan a nivel mundial todas las medidas de emergencia que se dictaron por la pandemia SARS-CoV-2, o simplemente COVID. Las vacunas y una especie de inmunidad de rebaño transformaron al COVID en otro tipo de gripa. Esto ha sido un proceso global en la que cada nación decidió adelantarse o atrasarse en las restricciones, medidas u obligaciones dictadas. Es justo decir que la realidad se fue imponiendo de tal manera que la cancelación es más simbólica porque la sociedad y sus convivencias rutinarias hace tiempo que se impusieron a una nueva normalidad.
Digo “nueva” normalidad porque por supuesto que muchas cosas cambiaron para siempre. Justo es decir que la vida se parece más a como era antes de la pandemia. Sin embargo, la pandemia impactó a la educación y este artículo precisamente presenta lo malo y lo bueno que la epidemia generó en la educación.

LA PANDEMIA
Para marzo del 2020, meses después de que el mundo confrontaba la pandemia, la mayoría de las escuelas del mundo habían cerrado. Para el verano del 2021 se hacía un esfuerzo por reabrir las escuelas globalmente. Mientras que cerrar las escuelas tuvo pocas dudas y siguió una tendencia casi uniforme y universal, la apertura tuvo muchas variaciones debido a que ya el asunto de la pandemia estaba politizado y las fuerzas opositoras a los gobiernos de la mayor parte de las naciones de la tierra criticaban una u otra cosa. Si anunciaban que iban a abrir, la oposición se oponía. Si seguían cerradas, la oposición decía que debían abrirse. Además, hubo negociaciones prolongadas con sindicatos. Algunos profesores se negaban a vacunarse. De manera parcial y con diferentes estrategias se puede decir que, para el otoño del 2021, veinte meses después de haberse cerrado las escuelas del mundo buscaban una nueva normalidad.

EFECTOS NEGATIVOS DE LA PANDEMIA
La pandemia trastocó de muchas maneras a la educación. El aprendizaje de los alumnos sufrió. Los profesores se desanimaron, sobre todo por la frustración de tener que usar modalidades de educación a distancia que nunca aprendieron a usar bien. Las escuelas se deterioraron físicamente. Los padres no podían trabajar por cuidar a sus hijos. Los niños perdieron habilidades de convivencia social por la falta de contacto con otros niños y otras consecuencias negativas.

EL PEOR DAÑO
Lo peor de la pandemia para la educación fue el daño en el aprendizaje de los alumnos. Por supuesto que esto fue diferente en cada nación y región. Sin dudarlo un instante, las agencias educativas del mundo desde las secretarías de educación pública, a las escuelas privadas, institutos y universidades establecieron la educación a distancia como alternativa. Es decir, las escuelas estaban cerradas para la educación tradicional o presencial, pero seguían funcionando a distancia. Obviamente algunas tenían mejor infraestructura, mayor experiencia y sus profesores ya habían sido entrenados. La mayoría de las escuelas del mundo subdesarrollado, o no tan desarrollado, se enfrentaron a todo tipo de problemas hacer funcionar la educación a distancia.

TRES CONDICIONES PARA QUE FUNCIONE LA EDUCACIÓN A DISTANCIA
La educación a distancia tiene éxito si tres condiciones existen: 1) Si los estudiantes tienen acceso a computadoras y un uso constante al internet. 2) Si los profesores reciben la formación necesaria para impartir cursos en línea y tienen algo de experiencia. 3) Si existen plataformas (programas electrónicos) que proporcionan un aprendizaje personalizado, para que coincida con el proceso o experiencia de cada estudiante individual. Ciertamente, estas condiciones no se aplicaban a México, a pesar de que el secretario de educación de esos tiempos aseguró que existían. En México es fecha que la nación mexicana está llena de lo que se llaman “puntos ciegos” o lugares sin recepción para el wifi, y por tanto no pueden usar internet.
Mientras que en el millón y medio de profesores que existen en México en escuela públicas, algunos conocían las computadoras, las saben usar, y ya tenían, aunque sea limitada experiencia en enseñar a distancia, la verdad es que la mayoría, sobre todo de lugares remotos, no era el caso. La misma pandemia hizo complicadísimo entrenar a los profesores en asuntos cibernéticos.

SE PERDIERON DOS AÑOS
El resultado, medido en pruebas posteriores que se pusieron a los niños y jóvenes, es que la pandemia había ocasionado una pérdida de aprendizaje en promedio equivalente a dos años de escolaridad. Estamos por debajo de los índices que teníamos en el 2008. El promedio de educación antes de la pandemia era 3º de secundaria, ahora tenemos en promedio 1º de secundaria. Aproximadamente 628 mil niños y jóvenes de entre 6 y 17 años interrumpieron sus estudios. Significa un retroceso de 13 años. En el 2009, teníamos el nivel de ahora.
Para que los lectores tengan una idea de lo que significa, consideren que el estudiante promedio perderá el 8% de su ingreso anual futuro, lo que equivale a un mes de salario al año por el resto de su vida productiva.

OTRAS DIFICULTADES CREADAS POR LA PANDEMIA
Los docentes se desvincularon de su centro de trabajo y de sus rutinas profesionales cotidianas. Cierto que fueron sustituidas por otras, pero sucedió mayormente de forma muy irregular. Eventualmente se crearon condiciones para crisis emocionales, renuncias y eventualmente en la actualidad escasez de maestros.
Ya hemos explicado las limitaciones de comunicación y otro tipo a causa de medios electrónicos o inexistentes o deficientes.
Poco o nulo compromiso de los padres de familia. Abandono de niños cuidados por abuelos, tíos, o vecinos.
Ausentismo laboral e irresponsabilidad de muchos profesores y directivos. Por otra parte, hubo un exceso de trabajo para los docentes.

BENEFICIOS CREADOS POR LA PANDEMIA
No todo fue malo, como dice la frase célebre al principio de este artículo, las grandes calamidades traen aparejadas algunas ventajas. A continuación, se presentan algunos de estos beneficios que no fueron generales ni en los mismos niveles de intensidad.
Se aceleró el proceso de digitalización en la educación y sociedad. Como dijimos, en algunos lugares más que en otros debido a los niveles de desarrollo.
Nunca como en la pandemia se tuvo la oportunidad de usar el autoaprendizaje de docentes y alumnos; dicho de otra manera, se aceleró la autonomía de alumnos y maestros para aprender. Aparejado a esto hubo un desarrollo de la creatividad, innovación y estrategias de aprendizaje, de enseñanzas y de modelos.
Aunque mayormente los padres de familia se mantuvieron al margen, muchos aumentaron su participación en el aprendizaje de los alumnos. Los ejemplos iban desde los que organizaron clases particulares, en línea o presenciales con mucha distancia y cubre bocas, hasta los que maximizaban las oportunidades de la escuela y la educación a distancia que se ofrecía, maximizando y aumentando las oportunidades con su propia iniciativa y la de vecinos, amigos y familiares.
Finalmente, la pandemia permitió a padres de familia, alumnos, y sociedad en general valorar la importancia de escuelas, maestros y programas.

CONCLUSIONES
Sin duda la pandemia transformó durante y después las prácticas educativas. Se retrocedió en promedio dos años el promedio educativo de los alumnos. Algunas agencias y secretarías de educación han puesto un gran esfuerzo en subsanar ese retraso con clases extras, buenas mediciones, tareas adicionales, ayuda de padres de familia, y perfeccionando la efectividad de la educación a distancia. Al mismo tiempo la pandemia presentó la gran oportunidad de acelerar los procesos digitales, el uso de computadoras, el entrenamiento de los profesores y alumnos para usar las ventajas del internet y el uso digital para motivos de aprendizajes acelerados e independientes.
Tristemente en la pandemia la desigualdad social volvió a hacerse presente perjudicando a los más necesitados y menos a los más afluentes que con sus recursos, mayor educación y siendo más involucrados lograron minimizar los efectos negativos de la pandemia.
Las lecciones de la pandemia son abundantes, la más importante es que la educación sigue siendo la panacea más efectiva en ayudar a la humanidad para todo.

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