Monterrey (México), (EFE).- El primer espacio de maternidad en un penal de México, destinado a procurar que los hijos de las reclusas tengan un lugar digno para vivir su infancia, alejados de las rejas y peligros de una cárcel, se inauguró en Nuevo León, estado del norte del país.

El proyecto se desarrolló en el Centro de Reinserción Social Femenil de Nuevo León, que cuenta con una población infantil de cuatro integrantes, así como cinco mujeres embarazadas.
Jesús Héctor Grijalva Tapia, asesor de políticas penitenciarias del Gobierno estatal compartió que hace años, cuando inició el proceso de reingeniería de los penales en Nuevo León, una de las instrucciones de las autoridades estatales fue dignificar la vida en reclusión de las mujeres.
“Vamos a ver un espacio que fue destinado para las mamás que tienen sus hijos aquí con ellas y para las mujeres que están embarazadas. El día de hoy tenemos en este centro cuatro niños y cinco personas embarazadas”, indicó el funcionario.
Detalló que el inmueble cuenta con un espacio lúdico, así como un lugar para interactuar con los niños y trabajar con las áreas sociales y de atención pública para el desarrollo humano de los menores de edad, además de un espacio de dormitorios con 14 camas y servicios sanitarios.

“Tiene un ambiente cálido, amable, no rejas, los niños no están privados de la libertad, están acompañando a la mamá en sus primeros años de vida”, describió.
La cofundadora de la organización no gubernamental Reinserta, Saska Niño de Rivera, aseguró que el espacio no solo es innovador sino profundamente humano.
“Nuevo León es el único estado en el país que a partir de hoy cuenta con una área exclusiva de maternidad, separada de la población general, y esto bajo el entendimiento que el desarrollo de niñas, niños, de este penal es la prioridad absoluta, un desarrollo libre de violencia”, mencionó.
La activista apuntó que este “espacio nace de una necesidad sumamente urgente y de una herida que aún duele para Nuevo León”, en referencia a la extinta cárcel Topo Chico, “el penal más peligroso de Latinoamérica”.
“Especialmente aquel motín que puso en peligro la vida de más de 40 niñas y niños y que dejó heridas graves, e incluso un niño de dos años que perdió la vida”, recordó.
Esta prisión, que cerró el 1 de octubre de 2019 para reubicar a sus internos, tuvo el 10 de febrero de 2016 un enfrentamiento entre el Cartel de Los Zetas y el Cartel del Golfo por el control del centro penitenciario dejó un saldo de 49 internos fallecidos.
La titular de la oficina Amar a Nuevo León, Mariana Rodríguez, pidió a las internas reflexionar sobre “qué significa ser madres”.
“Yo me consideró una persona muy privilegiada en poder decir que mi mamá es mi todo y sé que muchas mujeres no pueden decir lo mismo, pero que sí puedan hacerlo con sus hijos”, dijo.