* La Reforma Judicial luce imparable
* Trump, también va …sobre migrantes
* Nuevo perfil de jueces y magistrados
Hace unos días, durante el desarrollo del programa “Reporteros en la mesa” en el que se abordó el tema de la Reforma Judicial, tras una serie de argumentos sobre su aprobación legislativa y su resistencia por parte de una imaginaria mayoría de los ministros de la Suprema Corte de Justicia, en un momento dado de la discusión se dio una de la conclusiones más concisas que he escuchado en voz de la apreciada compañera periodista Martha Isabel Alvarado: La Reforma Judicial Va!
Aclaro que no por breve estaba desprovista de un serio análisis en medio de una gran discusión que se dio, sobre todo por parte de legisladores de todos los niveles y jurisconsultos, que trascendió con mayor o menor comprensión hasta los ciudadanos “de a pie”.
El desenlace de la discusión que se dio en el seno de la Suprema Corte confirmaría el martes la inminente transformación que experimentará el poder judicial de México en el proceso de futura selección de sus integrantes, así como en el perfil de los mismos, cuyo conocimiento jurídico correctamente evaluado o no tendrá que llevar implícita la aceptación de los electores que el siguiente mes de junio definirán la parcial composición de los órganos que integran el Poder Judicial.
Y TRUMP VA!!
La frase de la compañera periodista se puede aplicar al resultado de la reciente elección del pasado martes cinco de noviembre: Trump Va!!
El indudable triunfo del Partido Republicano a la Presidencia de la Unión Americana no deja lugar a duda que el 20 de enero del cercano 2025 el hoy candidato triunfador asumirá la titularidad de la Presidencia de Estados Unidos por segunda ocasión.
Lo hará tras haber conquistado no solamente la mayoría del Colegio Electoral, órgano que determina el triunfador de la contienda presidencial, sino también con la mayoría del voto directo o popular y, por su fuera poco, con la mayoría de las posiciones del Senado y la Cámara de Representantes en posesión de su partido, el Republicano, que le permitirá impulsar las iniciativas y programs que deben pasar por ambas cámara para su discusión prácticamente con la seguridad de que serán aprobadas.
Por la pronto, la siguiente gran expectativa radica en el encuentro que tendrá el triunfador de la elección cuando sea recibido por el presidente Joe Biden en La Casa Blanca, acción a la que en su oportunidad se opuso el ahora ganador tras el triunfo de Joe Biden en la pasada elección presidencial, bajo el argumento de un supuesto fraude.
Pero de ahora a la fecha de toma de posesión, dadas las promesas de campaña, algunas de ellas muy drásticas, la mirada estará puesta en quiénes formarán parte del gabinete presidencial, que se darán a conocer gradualmente.
Y ya ha hecho dos nombramientos claves, uno, confirmado es el de Susie Wiles, quien se convertirá en la primera mujer en fungir como jefa de gabinete de la Casa Blanca, uno de los cargos más importantes de Washington.
Wiles, más partidaria de operar entre bambalinas, dicen quienes la conocen, que del foco público, fue una de las más importantes asesoras de la campaña de Trump, quien le ha atribuido a ella gran parte del mérito por la victoria del pasado martes. Ese es nada menos el nivel de la mujer que se ha ganado el privilegio de formar parte de la siguiente administración gubernamental.
Y el otro nombramiento es el de quien se encargará de ejecutar una de las promesas de campaña de Trump, la de reforzar la frontera y deportar a miles de indocumentados que se encuentran dentro del territorio estadounidenese. El es Tom Homan, quien ya formó parte del equipo del expresidente en su anterior mandato. En su anuncio, Trump llamó a Homan “el zar de las fronteras” y dice que su política incluirá la defensa de la “frontera sur, la frontera norte, toda la seguridad marítima y de la aviación”.
Pero durante las semanas siguientes se irá dando forma a un gobierno del que se espera dé cumplimiento a más promesas, con todas las implicaciones que ello conlleva, principalmente en el aspecto económico y migratorio.
Trump llega con una enorme fuerza de aceptación popular y legislativa y seguramente sabe que tiene que aprovechar esa extraordinaria ventaja.
Suponemos que al igual que su triunfo electoral, su agenda de gobierno… Va!
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