Redacción Deportes (EE.UU.), (EFE).- El neozelandés Scott Dixon (Chip Ganassi) ganó su segunda carrera consecutiva en el GP Bommarito y mantuvo sus opciones de conquistar el campeonato de la IndyCar pese a situarse aún a 70 puntos del líder, el español Alex Palou (Chip Ganassi), que terminó séptimo.
El norteamericano Josef Newgarden (Team Penske) no pudo terminar la carrera y quedó descartado para el título.
Dixon apostó por menos pasos por boxes y logró triunfar con su estrategia que consistió en detenerse dos ocasiones menos que los demás. Completaron el podio el mexicano Pato O’Ward (Arrow McLaren) y el estadounidense David Malukas (Dale Coyne).
“Estoy muy orgulloso del equipo. Los tiempos fueron perfectos, quiero agradecérselo enormemente a todos”, manifestó Dixon al bajar de su monoplaza.
En relación a sus opciones de ganar el campeonato ante su compañero Palou, exaltó el trabajo de todo el equipo.
“Todos en este equipo están haciendo un trabajo enorme, es un grandísimo año. Seguimos trabajando duro como equipo y veremos qué pasa en las próximas carreras”, afirmó el neozelandés.
Pato O’Ward subió a su séptimo podio del año, por cuarta ocasión fue segundo, y no podía esconder su frustración al finalizar la carrera.
“Scott Dixon fue Scott Dixon hoy. Estoy contento con el resultado de hoy, otro segundo puesto para esta temporada 2023. Sigo apretando, feliz hoy, feliz con mi coche. Me gustaría ponerme un número uno algún día. Pero es Scott Dixon”, manifestó con ironía el mexicano.
PALOU, VIRTUALMENTE CAMPEÓN
Palou aventaja en setenta puntos a su compañero Dixon con dos carreras más por disputarse (Portland y Monterey) las próximas dos semanas. Ambos son circuitos convencionales, en los que el español ha dominado todo el año.
En el primer tramo de la carrera, Palou le sacó mucho partido a su vehículo para avanzar algunas posiciones hasta situarse noveno y posteriormente octavo tras su primer paso por boxes, en la vuelta 58. La tremenda ventaja del español en la pelea por el campeonato le permitió una vez más no verse obligado a correr riesgos, aunque sin perder de vista el top 10.
Una de las imágenes del día para él fue su duelo con Herta (Andretti Autosport) en paralelo, codo con codo, por la décima posición cuando el español buscaba reducir distancia con los líderes en ese momento: Dixon y Newgarden.
NEWGARDEN, PRIMER FALLO EN UN ÓVALO
Era el último óvalo del año en la IndyCar y fue distinto a los demás, porque Newgarden no ganó, algo que venía sucediendo en los otros cuatro circuitos de estas características. Perdió además la opción de batir un récord, el de ganar seis seguidos, algo que no se conseguía desde que A.J. Foyt lo hiciera en 1964 cuando se impuso en siete de manera consecutiva.
Esta carrera en San Luis le dejará al norteamericano el mal recuerdo de su impacto con el muro a 49 vueltas para el final. Agarró suciedad en pista y se fue contra las protecciones, tratando de entrar después en boxes para arreglar los daños y seguir, pero le fue imposible recuperar.
Anteriormente había dejado buenas sensaciones dominando la carrera e incluso recuperando a un ritmo frenético sobre los doblados tras su paso por los boxes, marcando un bonito duelo por la punta con O’Ward.
Con él fuera, Dixon tuvo mucha distancia, más de veinte segundos, respecto a sus principales perseguidores: O’Ward y Malukas. El problema con su Chip Ganassi era el combustible, el veterano tuvo que volver a ahorrar en su consumo para llegar a meta, pero le salió bien.
Una de las imágenes curiosas que dejó este Gran Premio fue que Marcus Ericsson tuvo que competir con el auto de reserva de Alex Palou después de haber destrozado el suyo en los días anteriores. No iba de rojo como habitualmente, sino de azul con algunos de los sponsors del piloto español.
El piloto argentino, Agustín Canapino (Juncos Hollinger) acabó en la posición número 22, fuera de esos veinte primeros puestos que ya logró previamente hasta en cinco ocasiones en esta temporada de debut.