Sao Paulo, (EFE).- El neerlandés Max Verstappen (Red Bull) -desde hace un mes tricampeón mundial de Fórmula Uno- ganó el Gran Premio de Sao Paulo (Brasil), el antepenúltimo del año, y elevó a 17 su propio récord histórico de victorias en un mismo año en la categoría reina, en una carrera en la que el doble campeón mundial español Fernando Alonso (Aston Martin), con otra magistral exhibición, acabó tercero.
Verstappen, de 26 años, que había arrancado desde la ‘pole’, sumó en el circuito de Interlagos su victoria 52 en la F1; al ganar, por delante del inglés Lando Norris (McLaren) y de Alonso segundo y tercero, respectivamente, en una carrera que el otro Red Bull, el del mexicano Sergio Pérez acabó cuarto, a sólo 53 milésimas del doble campeón mundial asturiano; y el otro español, Carlos Sainz (Ferrari), sexto.
El astro astur, en una segunda juventud a los 42, se aseguró su octavo podio de la temporada, el 106 desde que corre en la F1, en un final de infarto en el que -en la pista en la que festejó sus dos títulos- se defendió magistralmente, en otra exhibición, de los ataques del mexicano; que reforzó, no obstante, su segundo puesto en el Mundial, con 258 puntos, 32 más que el siete veces campeón del mundo inglés Lewis Hamilton (Mercedes), que acabó octavo.
Alonso, en un final que recordó al del Gran Premio de San Marino 2005, cuando firmó en Imola una de sus 32 victorias, tras defenderse de las embestidas del séptuple campeón mundial alemán Michael Schumacher -al que acabaría destronando esa temporada- recuperó el cuarto puesto del Mundial, ahora con 198 puntos, tres más que Norris, que es quinto; y con seis de ventaja sobre Sainz, que bajó a la sexta plaza de la general.
Lo de Verstappen no tiene nombre. Pero la puesta en escena de Alonso, que por edad podría ser padre de los más jóvenes de la parrilla, pasará a los anales de la F1. Su tercer puesto de este domingo aumenta en valor, no sólo por la manera en la que lo consiguió, sino porque llega después de sus dos únicos abandonos (seguidos), en Austin (EEUU) y en México. Cada vez que sus detractores asoman la cabeza, el genial piloto asturiano se la patea, deportivamente hablando, con unas manos de oro y una cabeza que funciona como el mejor ordenador de la NASA.
El súper-depredador neerlandés salía primero, después de haber firmado su trigésima primera ‘pole’ en la F1 tras dominar la calificación, cerrada antes de tiempo, con bandera roja, a causa de la fuerte tormenta que dejó desperfectos en Interlagos el viernes. Una jornada en la que Sainz había dominado el único entrenamiento libre, en el que el neerlandés había marcado el tercer tiempo, por delante de Leclerc; en el último de los seis fines de semana del año con formato sprint, después de los de Azerbaiyán, Austria, Bélgica, Qatar y Estados Unidos.
El insaciable ‘Mad Max’, segundo en el ‘sprint shootout’, apenas tardó hasta la primera de las quince curvas de la pista paulista para sobrepasar a Lando y anotarse la victoria en el sprint del sábado. En el que ‘Checo’ fue tercero, Sainz arañó el último punto en liza al acabar octavo; y Alonso, al que el francés Esteban Ocon (Alpine) le había ‘chafado’ la calificación reducida, se tuvo que conformar con avanzar cuatro puestos y acabar undécimo. Y comprobar que, después de dos fines de semanas malos, el AMR23 volvió a tener buen ritmo.
El doble campeón mundial asturiano -en la pista en la que festejó sus dos títulos (2005 y 2006)- salía cuarto, al lado de su compañero, el canadiense Lance Stroll, en una segunda fila íntegra de Aston Martin; por detrás del gran ídolo deportivo de los Países Bajos y de Leclerc, que arrancaban desde la primera.
Sainz lo hacía séptimo, en la cuarta , al lado de George Russell; y por detrás de otros dos ingleses, el séptuple campeón del mundo Lewis Hamilton -compañero del anterior en Mercedes- y Norris. ‘Checo’ largaba noveno, al lado del talentoso Oscar Piastri (McLaren), la gran esperanza australiana y de lejos el mejor debutante del curso.
Toda la parrilla afrontó la salida con el neumático blando menos el estadounidense Logan Sargeant, penúltimo en parrilla con su Williams Leclerc perdió el control de su Ferrari, por un problema hidráulico, y quedó fuera de carrera en la vuelta de formación, lo que, en teoría, eliminaba a un rival por el podio a Fernando.
En la salida, en la que Verstappen se fue sin problemas, el genio astur pasó a Stroll, pero fue rebasado por Norris -que avanzó seis puestos- y Hamilton. Eso, justo antes de que se accidentaran el danés Kevin Magnussen (Haas) y el tailandés Alex Albon (Wiliams), incidente que provocó, después de la inicial entrada en pista del coche de seguridad, la interrupción de la carrera, con bandera roja.
La carrera se relanzó, de nuevo desde la parrilla, con ‘Mad Max’ primero, por delante de los dos ingleses; con Alonso cuarto y Sainz octavo, un puesto por detrás de ‘Checo’. Y con Piastri y su compatriota Daniel Ricciardo (Alpha Tauri), que habían reparado sus coches, asimismo deteriorados, reanudando la marcha desde el ‘pit lane’.
En la resalida -todos con blandos, salvo Piastri, con medios-, Verstappen y Lando se fueron sin problemas; y Alonso pasó a Hamilton en la cuarta curva, colcándose tercero. Pérez rebasó a Stroll y era sexto; y Sainz rodaba octavo.
Norris apretaba con el fin de que el nuevo ídolo de los Países Bajos no se le alejase demasiado y Fernando rodaba cada vez más tranquilo, por delante de los dos Mercedes, que frenaban la progresión de ‘Checo’. Que pasó a Russell en la 14 y empezó a presionar a Hamilton, al que superó tres giros más adelante: uno antes de que el británico se convirtiera en el primero de los importantes en parar, para instalar el medio.
En la 21 entró en garajes ‘Checo’, una vuelta después que Russell. El catedrático de Oviedo lo hizo en la 26, un giro antes que Sainz. Todos, al compuesto medio; al igual que hicieran, en la 28, ‘Mad Max’ y Norris.
Tras la reordenación, y superado el ecuador de carrera, Verstappen lideraba por delante de Norris y de Fernando, que empezaba a ser amenazado por ‘Checo’; con Stroll en la quinta plaza -en la que acabaría-, por delante de Hamilton y de Russell; y Carlos octavo, con los dos Mercedes a tiro.
Con cada vez más viento en pista, Carlos adelantó a Russell y en la 37 ya era sexto, tras rebasar a Sir Lewis; y rodaba un puesto por detrás de Stroll.
A Fernando, que mantenía fuera de la zona de DRS a ‘Checo’, le quedaba un juego nuevo de blandos. El mexicano intentó un undercut en la 47, pero en Aston Martin estuvieron atentos y una después entró Alonso, que regresó a pista por delante del bravo piloto tapatío, que rodaba a tres segundos.
Sainz puso blandas en la 52, una antes que Stroll, que hizo una mala parada, para instalar asimismo el neumático suave, pero acabaría manteniendo la quinta plaza. Checo, en unos momentos muy emocionantes, apretaba al máximo a Fernando, que defendía como podía la entrada en zona de DRS del mexicano, que marcaba vuelta rápida provisional a quince de meta.
Una después paró Max y Lando, que aún tenía que hacerlo, tomó provisionalmente el liderato.
Verstappen lo recuperó en la 61 -cuando paró el inglés-, elevó a 17 su estratosférico récord histórico de victorias en la F1 y con 52 se puso a tiro de una del alemán Sebastian Vettel, que lideró -asimismo a bordo de los casi invencibles coches diseñados por el inglés Adrian Newey, auténtico guru de la aerodinámica- el anterior periplo glorioso de Red Bull (2010-2013). Al que podría igualar o, incluso, superar, en las dos últimas carreras del año; para colocarse en el tercer puesto histórico, por detrás del ‘Kaiser’ (91) y de Hamilton (103).
Lando se conformó con marcar la vuelta rápido. Y Alonso ejecutó una defensa magistral en las últimas vueltas, hasta la penúltima, en la que lo pasó el Red Bull.
Aunque, lejos de tirar la toalla, lo que hizo el astro astur fue agarrarse a la heroica y recuperó el tercer puesto de un muy noble ‘Checo’ en la cuarta curva. El mejor piloto mexicano de la historia apretó al final y la posición casi se tuvo que decidir por una ‘foto finish’, ya que ambos cruzaron la meta rueda con rueda. Pero, por sólo 53 milésimas, el que subió al podio fue el muy resiliente Alonso, indiscutible buque insignia de Aston Martin. Que confirmó que es uno de los mejores deportistas de la historia de España; y que este domingo volvió a asombrar al mundo entero.
Adrian R. Huber