¿Pacto secreto?

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El acuerdo alcanzado entre las delegaciones de los Estados Unidos y México, encabezadas por el vicepresidente Mike Pence y el canciller Marcelo Ebrad C., respectivamente, festinado con una concentración nacional que, encabezada por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en Tijuana, Baja California, el pasado sábado, si bien conjuró la posibilidad de que se aplicaran en principio aranceles del cinco por ciento a todos los productos mexicanos que ingresaran a la Unión Americana, dejó la idea de un alto costo para México y la incógnita de que se revelen detalles adicionales que impliquen mayores compromisos.

La exigencia del presidente Donald Trump de que el Gobierno de México debe detener a los migrantes centroamericanos y de otras nacionalidades que atraviesan el territorio mexicano para llegar, no a ser detenidos, en muchos de los casos, sino a entregarse a la Patrulla Fronteriza voluntariamente en la frontera del sur estadounidense, independientemente del trasfondo político electoral que implica, detonó a raíz del extraordinario incremento de niños, familias y adultos que llegan a diario hasta los límites entre México y E. Unidos.

Para dar una idea, lo repetimos, de acuerdo con informes oficiales de la Patrulla Fronteriza, la semana anterior, en tan sólo tres días fueron detenidos cinco mil indocumentados que rebasan con gran exceso las posibilidades de procesamiento, albergue y comparecencia ante los jueces de migración con que actualmente se cuenta.

Una simple operación aritmética nos puede dar una idea del flujo migratorio sobre territorio mexicano. Si llegan aproximadamente 1,700 extranjeros al sector del Valle de Texas a diario que duran aproximadamente de 10 a12 días en el trayecto del sureste de México al Valle, debe de haber cuando menos entre 15 y 20 mil personas extranjeras en tránsito del sur mexicano hasta esta región fronteriza. Eso supera cualquier caravana conocida hasta ahora.

En el sector del Valle de Texas, que comprende de la ciudad de Roma a Brownsville, un tramo de alrededor de 130 millas (215 kilómetros aproximadamente), en el mes de mayo se registró un incremento del 32 por ciento de adultos detenidos con respecto al mes de mayo anterior.

Los niños no acompañados dieron un total mensual de 23,944, un 62 por ciento más que el mes del mayo del 18 y, para asombrarse, 135,812 integrantes de familias que comparativamente con las 36,773 del mes de mayo anterior significa un 269 por ciento de incremento. Todo esto solamente en esta reducida área fronteriza.

Por qué tantos niños viajan solos o por qué viajan familias, en ocasiones un padre o madre con sus hijos o ambos en otros casos, tiene diferentes explicaciones, pero en general la de que eso les facilitará permanecer en Estados Unidos a disposición de un juez de migración o bien bajo la custodia de alguna persona que reside en la Unión Americana.

El proceso para comparecer ante un juez puede durar meses, inclusive años.

Hasta ahí el hecho que detonó o pretextó la petición de Trump.

Por días, se mantuvo la incertidumbre de si los aranceles se aplicarían a partir del lunes 10 de junio hasta que finalmente el presidente estadounidense anunció, el viernes anterior, mediante un mensaje en Twitter, seguido por otro de Marcelo Ebrad, que se había logrado un acuerdo y los aranceles que se veían como inminentes de aplicar se suspendían.

El costo, del que ya se ha dado amplia difusión, para cumplir con  la misión de vigilar la frontera sur de México desplegando en principio 6,000 elementos de la guardia nacional recién formada, y limitar la entrada de extranjeros, así como de albergar a muchos de ellos en la frontera norte de México hasta que les resuelvan su petición de asilo, proporcionándoles trabajo, educación y servicios médicos, implicará un alto costo económico que se acentúa en un momento en que se han recortado los presupuestos de varias dependencias oficiales.

Pero la historia no ha terminado y podría ser apenas el principio. Trump ha dado a conocer que hay una parte de los acuerdos que aún no se han revelado y que éstos tendrán que contar con la aprobación del Congreso y, por otra parte, la amenaza de aplicar aranceles será un permanente instrumento de presión para México, que en el acuerdo alcanzado logró que no lo agredan económicamente, pero no obtuvo, todo lo indica, ninguna ventaja económica adicional.

Los residentes mexicanos, pero más los fronterizos, deben prepararse para confrontar situaciones que no esperaban, pagar costos no previstos y quizá, lo más grave, que no están preparados para confrontarlos. Ojalá nos equivoquemos.