Los Ángeles, (EFE News).- El Departamento de Trabajo de Estados Unidos (DOL) desató una ola de demandas en su contra por parte de individuos y organizaciones que objetan la nueva regla sobre los salarios de trabajadores extranjeros amparados por la visa H-1B, la cual según los demandantes derivaría en aumentos de hasta 50 %, por lo que la califican de “arbitraria, incorrecta e irracional”.
“Tratar con el Departamento de Trabajo a menudo se siente como los juegos del hambre. Se requiere que todos jueguen el juego, pero nadie conoce las reglas y las reglas cambian constantemente”, dijo en un comunicado el abogado demandante Jeff Joseph, del bufete Joseph and Hall, PC.
Joseph, junto con la Asociación Nacional de Abogados de Inmigración (AILA) y otros dos grupos, representa a un grupo de 17 personas y organizaciones de profesionales, incluidas prestigiosas universidades y empresas, que demandaron este lunes en una corte federal del Distrito de Columbia al DOL y al secretario del Trabajo, Eugene Scalia, por la implementación nueva regla sobre los portadores de la H-1B.
La Administración Trump anunció la primera semana de octubre el fortalecimiento del programa de visas H-1B para trabajadores altamente calificados. La nueva guía aumenta sustancialmente los salarios que las empresas estadounidenses deben pagar por las contrataciones extranjeras, reduce los criterios de elegibilidad para los solicitantes y acorta la duración de las visas para ciertos trabajadores subcontratados.
Los demandantes alegan que “los cambios realizados se basan en supuestos económicos erróneos, no documentados e irracionales, que no tienen en cuenta el daño a empresas, universidades y los mismos trabajadores extranjeros”.
De acuerdo con la demanda, los empleadores de trabajadores extranjeros calificados “ahora deben pagar salarios drásticamente más altos a los empleados extranjeros en comparación con los estadounidenses en situación similar, y en algunos casos los salarios exigidos aumentaron 50 % de la noche a la mañana”.
“RELACIÓN SIMBIÓTICA”
“Esto no es un juego. El hecho de que la regla se hizo efectiva sin pensar en el impacto destructivo que tendría en las industrias y la economía ilustra cuán fuera de contacto está la Administración cuando se trata de la relación simbiótica entre la inmigración legal y la economía”, ahondó Joseph.
La H-1B es una visa de no inmigrante que permite a las empresas estadounidenses emplear trabajadores extranjeros en ocupaciones especiales que requieren experiencia teórica o técnica.
Este programa de visaS es el más popular entre los profesionales de tecnología, y se ha convertido en un punto álgido en el debate sobre inmigración en Estados Unidos motivado por la Administración del presidente Donald Trump, que incluso implementó la regla sin el periodo típico de comentarios públicos.
“El aumento de los salarios vigentes obviamente no beneficiará al crecimiento económico de Estados Unidos ni a ningún trabajador; estudio tras estudio ha demostrado que los titulares de visas H-1B crean empleos en Estados Unidos”, valoró Jesse Bless, director de litigios de AILA, en un comunicado.
La regulación, dijo, ha causado un daño inmediato e innecesario a todos los rincones de la economía, incluidas las instituciones académicas, organizaciones sin fines de lucro, hospitales y pequeñas empresas.
DEMANDAS PARALELAS
La nueva regla ya había sido desafiada el viernes pasado por la compañía de tecnología ITServe, con sede en Dallas, Texas, que presentó una demanda en la corte federal de Nueva Jersey ocho días después de que entró en vigor la regla salarial, alegando que el Gobierno usó datos defectuosos al establecer las nuevas cifras.
El Gobierno no permitió comentarios públicos, alegan ambas demandas, lo que fortalece los argumentos contra la medida.
“La regla, mal redactada y emitida incorrectamente, no cumplía con las reglas de procedimiento para la elaboración de reglas y es sustancialmente arbitraria, incorrecta e irracional”, valoró AILA en un comunicado.
Entre los demandantes se encuentra la Universidad de Michigan, una de las instituciones académicas que más empleados tienen bajo la visa H-1B (750 según los datos de la demanda), y verá afectado su presupuesto con la entrada en vigor de la nueva regla.
La institución alega que si el salario de cada empleado se incrementa en 2.500 anualmente, el aumento total (excluidos los beneficios) sería conservadoramente de un millón de dólares.
“Dadas las actuales restricciones presupuestarias ocasionadas por la pandemia (de COVID-19), los nuevos niveles salariales H-1B serían insostenibles (para la Universidad de Michigan)”, asegura la demanda, lo que perjudicaría el programa de medicina de la institución académica.
“La incapacidad de retener al personal clave, incluida la investigación, afectará a Michigan Medicine en su misión de permanecer a la vanguardia de la investigación biomédica durante una pandemia y cuidar y tratar a los afectados”, cita la querella.
“Honestamente, lo último que necesitamos durante una pandemia y una agitación económica es una regla basada en una malinterpretación del mercado y de la fuerza laboral estadounidense. Obstaculizará nuestra recuperación económica y no la mejorará ”, concluyó Bless.