por Enrique Kogan
Cuba ha sido la tierra olvidada para muchos, sobre todo para los exiliados cubanos, que por años han visto desvanecer la posibilidad de una democracia en la isla.
Con la apertura de las relaciones y la muerte de Fidel puede ser que esto cambie, ya que las visitas de los exiliados se han hecho frecuentes y a pesar de que el embargo continúa, esto pudiera cambiar.
A pesar de que Cuba mantiene la vieja flota de autos americanos del 50´s y rusos de los 70´s, y a pesar de lo caro que están los vehículos en la isla, en algunos casos hasta 5 veces su valor, algunos compañías quieren dar un paso adelante, y ver si algún día con el cambio materializado los vehículos se pudieran vender al valor del mercado internacional.
Uno de los exiliados, y ejecutivo de Infiniti, puso en primer pie en la isla llevando un modelo registrado en Estados Unidos, que llamó la atención de los habitantes, éste fue Alfonso Albaisa.
Alfonso Albaisa es director de diseño ejecutivo de Infiniti. Alfonso creció en Miami, y vive en Japón, donde supervisa los cuatro estudios de diseño de la marca Infiniti para todo el mundo,
Albaisa llevó un nuevo Infinti Q60 a La Habana, siendo el primer automóvil de Estados Unidos registrado en Cuba en 58 años, para remontar sus raíces al lugar de nacimiento de sus padres.
Esta fue su primera oportunidad en visitar Cuba y ver las curvas de la arquitectura moderna de mediados de siglo de su tío abuelo Borges-Recio, incluyendo el Tropicana, el Club Náutico, así como la propia casa de Borges Recio.
En el proceso, Alfonso puede haber encontrado también los orígenes de su propio diseño de ADN que se expresa en las líneas fluidas únicas de los actuales vehículos Infiniti, que espera algún día verlos más seguido en su querida patria.