95-104: Los Grizzlies dan una fascinante lección de supervivencia en Minesota

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Imagen del pasado 19 de abril de Desmond Bane (c) de los Grizzlies de Memphis. EFE/ Karen Pulfer Focht

Redacción Deportes (EE.UU.), (EFE).- Perdían de 26 puntos en el segundo cuarto y de 25 en el tercero, pero los Memphis Grizzlies, en una fascinante lección de supervivencia, se llevaron la victoria ante los Minnesota Timberwolves para lograr el 2-1 en la serie tras un partido totalmente loco (95-104).
Con un devastador parcial de 12-37 en el último cuarto, los Grizzlies dejaron sin palabras a unos Wolves que les habían pasado por encima durante casi toda la noche pero que se derritieron en el desenlace.
Los números de los Wolves en ese cuarto parcial fueron para echarse a llorar: 3 de 19 en tiros, 1 de 11 en triples y 5 rebotes por 19 de sus rivales.
De esta forma, los Grizzlies recuperaron el factor cancha y propinaron un duro golpe moral a unos Wolves que tendrán mucho trabajo en el vestuario para digerir una derrota muy dolorosa.
Desmond Bane (26 puntos, con 7 triples, y 6 rebotes), Brandon Clarke (20 puntos y 8 rebotes) y Ja Morant (triple-doble de 16 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias) fueron fundamentales en la increíble remontada de los Grizzlies, que dejaron en el banquillo a Steven Adams por sus problemas para defender a Karl-Anthony Towns.
D’Angelo Russell (22 puntos y 8 asistencias) y Anthony Edwards (19 puntos y 7 asistencias) fueron los mejores de unos Wolves en los que Karl-Anthony Towns estuvo muy desacertado (8 puntos y 5 rebotes).

LOS WOLVES AVASALLAN
Con un avasallador despliegue físico, de agresividad en todos los choques y de voraz apetito por cada balón, los Wolves, contagiados por el gran ambiente en su estadio, silenciaron a los Grizzlies en un gran arranque con un parcial de 12-0.
Los de Memphis, aturdidos y sin capacidad de reacción, tardaron más de tres minutos en lograr sus primeros puntos.
La abismal diferencia de energía e intensidad entre los dos equipos la ejemplificó mejor que nadie Beverley, incansable en el esfuerzo defensivo.
Así, las estadísticas del primer cuarto (39-21) resultaron rotundas.
Los Wolves metieron 18 puntos en la pintura, enchufaron 13 de 24 en tiros, dominaron el rebote (16-9), D’Angelo Russell metió 12 puntos y los Grizzlies se quedaron con un triste de 29,2 % en tiros de campo.
Si los Grizzlies esperaban una tregua en el segundo cuarto, se llevaron una buena bofetada con un 8-0 que marcó la mayor diferencia en el marcador (47-21 con 10.28 para el descanso).
Quizá el mayor pecado de estos jóvenes Wolves es su falta de consistencia y esta noche volvieron a caer en el mismo error.
Con un inexcusable mal cierre del segundo cuarto (0-15 tras tres triples de Bane), los Wolves se fueron al vestuario con una diferencia mínima (51-44) para lo que había sido la primera mitad y los Grizzlies comprobaron, pese a dos cuartos muy deficientes, que tenían el encuentro al alcance de la mano.
En cualquier caso, las opciones de los visitantes pasaban por recuperar cuanto antes a un Ja Morant desaparecido (5 puntos con 2 de 7 en tiros).

IMPRESIONANTE REMONTADA
En un calco del comienzo del partido, otro arranque fabuloso de los Wolves dejó tiritando a los Grizzlies.
Con un parcial de 17-4 en seis minutos, los de Minesota volvieron a presumir de una gran presión defensiva (4 pérdidas de los Grizzlies en ese tramo) y tuvieron a Russell y Edwards a la cabeza de la estampida.
El buen final del segundo cuarto de los Grizzlies parecía haber sido un espejismo ya que los Wolves se pusieron con +25 en el tercer parcial.
En cualquier caso, los Grizzlies, con pequeños signos de inspiración de Morant, llegaron con un hilo de vida al desenlace (83-67).
De manera asombrosa, los de Memphis aprovecharon esos brotes verdes al máximo.
Con un tremendo 16-0 de salida, que inexplicablemente no cortaron los Wolves con un tiempo muerto, los Grizzlies igualaron el duelo exhibiendo por fin su poderío ofensivo con Bane y Morant.
De nuevo dando muestras de inocencia y de falta de oficio para conservar una ventaja enorme, los Wolves vieron cómo Towns se iba al banquillo con su quinta falta y cómo Jones le daba a los Grizzlies su primera ventaja del encuentro (85-86 con 7.09 para el final).
Totalmente apabullados y perdidos sobre la pista, los Wolves bajaron la cabeza ante unos Grizzlies eufóricos y en los que Clarke resultó fundamental para firmar una impresionante remontada.

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