Por Alejandro Gallo
Kiev, Ucrania se encontraba de manteles largos ya que fue sede de uno de los eventos más esperados por el mundo del fútbol.
El sábado anterior se jugó la final de La Champions League Real Madrid vs Liverpool. Ambos equipos se jugaban la vida y la muerte en esta gran final.
Por un lado, el cuadro Merengue buscaba, de la mano de Zinedine Zidane, conquistar su décima tercera Orejona. El conjunto español fue amplio favorito de principio a fin, pues buscaba, además, convertirse en tricampeón de Europa. Del otro lado, el equipo inglés llegaba a la final con paso firme. El estratega Jürgen Klop confiaba en su máximo artillero Mohamed Salah. El egipcio sumaba 10 goles y 4 asistencias en el presente torneo.
El partido comenzó con varias emociones, con el equipo inglés dominando ampliamente, la dupla Mané/Salah que enamoro a propios y extraños en La Premier League estaba demostrando su gran calidad en los primeros minutos de la gran final. Fue hasta el minuto treinta, que Sergio Ramos tomó a Mohamed Salah del brazo y lo llevo al césped, cometiendo una falta clara. Salah tuvo que salir de cambio debido a un fuerte dolor en el hombro, desde esta accidentada jugada. El Real Madrid comenzó a generar más futbol.
Fue hasta el segundo tiempo que cayó el primer tanto a pies de Karim Benzema, el delantero galo aprovecho un increíble error del guardameta del cuadro de Los Reds para anotar el primer gol del partido. Poco después entró de cambio el Gareth Bale y a tan sólo tres minutos de entrar al campo, marcó un golazo de chilena, que para muchos fue sin duda el mejor gol en la historia de las finales de Champions League. Minutos después Bale marco otro gol chutando desde fuera del área, disparo que el arquero rival no pudo contener.
Fue así como el Real Madrid se coronó campeón de Champions, alcanzando su décima tercera copa, y se convirtió en tricampeón de Europa, el cuadro de Zinedine Zidane sigue haciendo historia.
