El baloncesto 3×3, un deporte barato, dinámico y en expansión

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Álex Sánchez, director del 3x3 en la FIBA, en una foto de archivo.EFE/FIBA

Viena, (EFE).- En la plaza del ayuntamiento de Viena se mezcla estos días la música, más de 3.000 espectadores, un entorno sostenible y un campeonato del mundo de baloncesto 3×3 que cuesta entre uno y tres millones de organizar, convirtiéndolo en uno de los deportes más dinámicos y baratos del panorama.
Así lo explica Álex Sánchez, director del 3×3 en la FIBA, que se sienta a hablar con EFE en la capital austríaca para destacar las virtudes de un deporte que ha pasado de cero a ser olímpico en poco más de diez años y que ya tiene ocho campeonatos del mundo a sus espaldas.
“Cuando empezamos en 2010 yo quería que esto fuera olímpico y nadie daba un duro por ello. Habría que estudiarlo, porque todo esto ha ocurrido en tiempo récord”, explica Sánchez, que cumplió el sueño en 2021, cuando 16 equipos, ocho de chicos y ocho de chicas, participaron en los Juegos de Tokio.
Sin embargo, ahora el objetivo es ampliar la cuota de participantes, porque ocho se quedan escasos para un deporte que apenas implica cuatro jugadoras por equipo. De hecho, Marta Canella, jugadora del equipo español, aseguró que el reducido número de equipos en los Juegos provoca que en los Mundiales, Europeos e incluso en los clasificatorios haya más nivel.
“Somos el único el único deporte de balón o de pelota que no tiene doce o más jugadores, es un sinsentido, no se entiende. Quizás es porque es un deporte nuevo, pero estamos ya en conversaciones con el COI para ampliarlo de cara a Los Ángeles 2028”, admitió Sánchez.
Para este rápido ascenso del deporte, que se juega con una sola canasta, con un dj de fondo pinchando música y en partidos de diez minutos, la clave ha sido la conexión con el aficionado joven y la adaptación a las nuevas tecnologías. Mientras otros deportes como el fútbol y el tenis debaten sus reglas históricas, por la pérdida de interés de la audiencia, el 3×3 opta por el dinamismo.
“Simplificamos mucho las reglas para que fuera atractivo para todos los públicos. Otra cosa que hicimos fue apostar desde el primer momento por el ‘streaming’. En 2012 o 2013 no lo hacía casi nadie y parecíamos locos, pero es que era mucho más sencillo que programarse en televisión. Las redes sociales están en nuestro ADN. Nos quitamos de en medio al intermediario y conectamos directamente con la audiencia, sin tener que convencer a nadie de que merecíamos un sitio en la parrilla”.
Viena es la octava parada de la Copa del Mundo, tras pasar por Filipinas, Grecia, China y Bélgica, entre otros lugares, y aglutina a cuarenta equipos, veinte masculinos y veinte femeninos. “Desde el primer momento estábamos obsesionados con hacerlo conjunto. Lo pusimos como norma obligatoria”, asevera Sánchez, que alaba también el compromiso sostenible del evento, con materiales reciclables y sin plásticos, y lo barato que es.
“Esto es pata negra y cuesta entre uno y dos millones de organizarlo. Es barato si lo comparamos con cualquier otro Mundial de otro deporte, por ejemplo el ‘beach volleyball’, que te cuesta ocho millones un campeonato del mundo. La ventaja es que el ratio de entretenimiento o de valor aportado, en comparación con el coste, es muy alto”.
Uno de los objetivos de Sánchez es que en el futuro España pueda albergar un campeonato del mundo, en especial después de que España, en categoría femenina, se proclamara campeona del mundo en 2021, además de haber logrado dos platas en 2017 y 2019.
“Sería un exitazo. Solo hace falta encontrar un promotor que quiera hacerlo y que la Federación se interese por ello. En España se han hecho mundiales, europeos, sub18, sub17, sub21… Que son mucho más caros que lo que estamos hablando aquí. No hay ninguna razón para no hacerlo”, puntualiza Sánchez.
Manuel Sánchez Gómez

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