Prometida en el mes de enero durante su visita a Reynosa, y pospuesta por dos ocasiones, finalmente ocurrió la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Tamaulipas. Como se ha difundido ampliamente, visitó los hospitales IMSS Bienestar de cuatro ciudades: Tula, San Carlos, Hidalgo y Soto la Marina.
Si alguna de las últimas giras del presidente despertó especiales expectativas lo fue la que se programó para Tamaulipas. Unas semanas antes, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca solicitó formalmente una entrevista con el Primer Mandatario para abordar el tema de la seguridad.
Entre la solicitud de la entrevista y la gira por tierras tamaulipecas, medió un encuentro del mandatario tamaulipeco con los secretarios de la Defensa y el de Seguridad Pública en Monterrey. Eso se interpretó como un efecto de su solicitud. La Secretaría de Gobernación sostuvo, también, una entrevista con Cabeza de Vaca.
Ni López Obrador ni Cabeza de Vaca se distinguen por ser sumisos ni pasivos. Sus posiciones políticas, midiendo las diferencias, las han logrado merced a una intensa lucha en la que han tenido que superar numerosos desafíos. Pertenecen a diferentes partidos, pero ambos, en su respectivo ámbito han demostrado que tienen el respaldo de los electores. Lo obtuvo López Obrador en la elección nacional que lo llevó a la presidencia con una enorme votación. Pero hecho similar ocurrió con Cabeza de Vaca cuando ganó la elección que lo ubicó en la gubernatura y el refrendo que le dio el voto popular durante reciente elección en la que, contra algunos pronósticos, con excepción de una, su partido obtuvo la totalidad de las diputaciones locales por voto directo.
Quienes esperaban abucheos, frases lapidarias o desencuentros durante la gira del fin de semana tuvieron un error de cálculo.
Sin dejar de destacar lo que cada quien en su ámbito está aportando en bien de la ciudadanía, no sólo tamaulipeca, sino nacional, con medida cortesía pero con gran franqueza en Tula que concluyó con tácito cordial acuerdo de coordinación en Soto la Marina, gobernador y presidente enviaron un gran mensaje, producto sin duda de las varias ocasiones en las que tuvieron la oportunidad de dialogar privadamente y abordar con franqueza una serie de problemas del territorio tamaulipeco que deben preocupar a López Obrador por su repercusión en el ámbito nacional e internacional, pero que los padecen los tamaulipecos que son gobernados por Cabeza de Vaca.
Esos diálogos privados, si bien no los conocemos, tendrán repercusión en acciones futuras.
El presidente busca y seguirá haciéndolo, mantener y reforzar su base político electoral, de lo que no se aparta pues requiere de fuerte apoyo para poder llevar adelante sus grandes proyectos. Es parte de sus fortalezas. Su discurso y sus acciones característicos, con gran impacto popular fueron repetidos con énfasis en las ciudades tamaulipecas que visitó.
Tras la visita presidencial, el Mandatario Nacional regresó a realizar actividades propias de su investidura en la capital del país.
Por su parte, Cabeza de Vaca, un día después, el lunes, se encontraba ya en Washington, cumpliendo con una agenda que comprende encuentros con representantes de organizaciones estadounidenses y legisladores de ambas cámaras, sobre todo con dos texanos de gran peso actualmente con los que tiene una gran cercanía, el senador republicano John Cornyn y el congresista demócrata Henry Cuéllar. No se puede negar que una de las fortalezas de Cabeza de Vaca es su conocimiento de las instituciones estadounidenses particularmente las de Texas, que se le facilita por su condición, que debe de ser apreciada, de ser bilingüe, bicultural y contar con doble ciudadanía.
Semana intensa y productiva sin duda para Cabeza de Vaca.