• Circunstancias que lo favorecen
• Relaciones en Texas, un activo más
Una reunión de gobernadores fronterizos de México siempre será importante, pero lo es más cuando se está ante una muy especial problemática nacional e internacional.
Por una parte el tema del incremento del precio de la gasolina que difícilmente dejará de ser de actualidad dado el enorme impacto que está causando en toda la cadena de producción y que afecta lo mismo a empresarios que a los más humildes consumidores y, por supuesto, los presupuestos gubernamentales de los tres niveles.
Por otra parte, la inminente toma de posesión del nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien no cesa en enviar amenazas y desafíos a empresas que tienen intereses con México y a los mexicanos que viven en la Unión Americana, sobre todo a aquellos que no cuentan con un estatus legal que les permita vivir sin el temor de una deportación.
Como se ha difundido con amplitud, a la reunión de mandatarios estatales asistieron solamente los de Tamaulipas, el anfitrión, Nuevo León, Chihuahua, Baja California y uno en calidad de directivo de la conferencia de Gobernadores (Conago), Francisco García Cabeza de Vaca, Jaime Rodríguez, Javier Corral, Francisco Vega y Graco Ramírez, respectivamente.
Decidieron no asistir el de Coahuila, Rubén Moreira y la de Sonora, Claudia Pavlovich.
En el programa radiofónico del lunes anterior “Reporteros en la Mesa”, en el que compartimos micrófono con los compañeros periodistas Alberto Guerra, Martha Isabel Alvarado y Luis Alonso Vázquez, comentamos unas horas después de que concluyó la reunión de referencia los resultados del encuentro con base en un boletín oficial en el que se hablaba de 12 acuerdos, comentándose que esos 12 puntos eran más peticiones o reclamos al gobierno federal.
Quien esto escribe hizo mención de que no parecía que se plantearan acciones concretas por parte de los gobiernos estatales, fuera de solicitar fondos y refuerzos del centro en diversos aspectos.
Sin embargo, dentro de los multicitados acuerdos sí hay una propuesta de acción, el punto décimo primero que dice: “Promoveremos activamente encuentros con gobernadores homólogos de la frontera sur de los Estados Unidos de América así como con congresistas, senadores, alcaldes y autoridades locales, sectores progresistas, académicos, artistas, medios de comunicación, para elaborar una agenda conjunta que atienda los asuntos comunes y fortalezca la franja como una región binacional.”
Lo anterior es factible de ser realizado por parte de los gobernantes estatales con las entidades vecinas del norte, pero a ninguno de ellos definitivamente se le facilita tanto como al tamaulipeco García Cabeza de Vaca, aunque lo correcto sería decir se le facilitó, porque en la relación con las autoridades estadounidenses el mandatario tiene ya un amplio camino recorrido, baste recordar que en la etapa previa a su toma de posesión, ya como gobernador electo, le dedicó buena parte de su tiempo a establecer o reafirmar relaciones con autoridades y legisladores de los distintos niveles en la Unión Americana.
Pero el político panista tiene una ventaja con la que no cuentan ninguno de sus similares fronterizos. Es ciudadano estadounidense. Tiene doble nacionalidad. Nació en McAllen, Texas, y gran parte de su formación educativa la realizó en instituciones texanas. Obvio, es bilingüe y bicultural. Esto, en el momento especial que se vive de la relación entre Estados Unidos y México, lo coloca en una posición muy especial.
No ha sido lento en tomar acciones. El lunes y martes de la presente semana los dedicó a realizar, primero, una visita al Senado de Texas, donde fue recibido por los legisladores fronterizos Eddie Lucio, Juan “Chuy” Hinojosa y Judith Zaffirini, quienes lo condujeron ante el pleno de la Cámara Alta donde tuvo una intervención. Recordemos que Texas, como el resto de los estados de la Unión Americana, tiene cámara estatal de senadores y cámara de representantes; esta última es el equivalente a la cámara de diputados locales de las entidades federativas mexicanas.
Pero lo que revistió una singular importancia fue el encuentro con el secretario de estado, Rolando Pablos, quien recientemente tomó posesión del cargo relevando tras su renuncia a Carlos Cascos, hombre de singular perfil, ya que nació en Matamoros, pero tras cursar estudios en Brownsvile se convirtió en profesionista y adquirió la nacionalidad estadounidense destacando en su carrera política como juez del fronterizo Condado Cameron, previamente a ser designado secretario de estado por el actual gobernador Greg Abbott, cargo al que renunció después de cumplir con éxito la misión de organizar el proceso electoral del pasado ocho de noviembre, una de las funciones propias de su investidura.
Rolando Pablos, con quien se reunió Cabeza de Vaca, tiene un perfil parecido al de Cascos. Nació en Sonora, pero creció entre las ciudades de Juárez y El Paso, donde tras cumplir con una importante función ejecutiva fue designado para ocupar el cargo que dejó vacante Cascos. Cabeza de Vaca estuvo acompañado en la entrevista por Carlos González Gutiérrez, cónsul de México en Austin, que es un personaje dentro de la diplomacia mexicana. Además de haber ocupado otros consulados en la Unión Americana fue director ejecutivo del Instituto de los Mexicanos del Exterior (IME), donde tuvo oportunidad de trabar una activa relación con líderes méxicoamericanos de Estados Unidos y Canadá. Hay que aclararlo, en tiempos en los que el IME tomaba en cuenta a los líderes méxicoamericanos.
Hay que recordar que Texas es un estado gobernado por republicanos, que le merece un gran respeto a Trump. Mantener una buena relación con sus altos funcionarios es altamente redituable.
Como colofón de esa gira por Texas, se produjo un encuentro del mandatario tamaulipeco con el aún director del Banco para América del Norte (Nadbank por sus siglas en inglés), Gerónimo Gutiérrez, quien deberá hacerse cargo, previo beneplácito estadounidense, de la Embajada de México en Washington. Cabe mencionar que una reunión similar se realizó hace unos meses, poco antes de que se produjera el cambio de gobierno den Tamaulipas.
La relación con Gutiérrez no puede ser más oportuna, independientemente de que antes de que tomara posesión de su cargo CDV había ya iniciado diversas gestiones de obras con Nadbank.
Con todo este panorama y circunstancias, al mandatario tamaulipeco se le presentan circunstancias tan favorables como estratégicas, que seguramente él y el equipo que lo respalda en Texas, sabrán y deberán aprovechar.
Todo lo anterior puede ser una gran ayuda no sólo para las actividades comerciales y turísticas de la frontera tamaulipeca, sino para la imagen del gobernador, desde luego, si se dan resultados satisfactorios.
Sin embargo, el gran reto está para él en el interior del Estado, donde se levantaron grandes expectativas durante el proceso para elegirlo y donde no terminan de acomodarse los integrantes de su equipo gubernamental para cumplir con las promesas de campaña.