Si alguien popularizó la expresión de “carro completo” para indicar que se ganaron todas las posiciones en juego en una contienda electoral fue el PRI.
La sola expresión denotaba poder, fuerza, presencia, algo que en el presente momento ha dejado de percibirse, particularmente en Tamaulipas, pero, sobre todo, en el propio Comité ejecutivo Nacional (CEN) de ese partido, donde aparecen no reponerse del demérito de la figura presidencial que ha impactado en los últimos procesos electorales.
El domingo será el segundo debate de los candidatos a la Presidencia de la República en el que tendrán que hacerse los ajustes necesarios por la renuncia a su candidatura independiente de la esposa del ex presidente de México Margarita Zavala.
Para muchos, una vez que ha transcurrido más de la mitad de la campaña, la lucha real por la Presidencia es entre dos solamente, Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya, aunque justo es decir que el primero, como lo confirman las últimas encuestas, le saca una importen ventaja que parecería insuperable, pero no hay nada escrito.
José Antonio Meade, el aspirante presidencial que a criterio de muchos reúne el mejor perfil, académico y de trayectoria en el servicio público ha repetido, al igual que sus cercanos colaboradores en la campaña, comparada con un partido de fútbol soccer, que apenas ha comenzado el segundo tiempo del partido y que mientras siga el juego, hay posibilidades.
Meade es el candidato de una alianza, pero sin lugar a dudas la fuerza central de ésta es la del PRI.
Recientemente se vieron obligados, que no se puede decir de otra forma, a cambiar de presidente de ese partido, René Juárez Cisneros, quien relevó a Enrique Ochoa Reza cuyo paso por ese instituto político dejó más sombras que luces.
Meade es un candidato externo, pero se asume adoptado por el PRI para para fortalecer un posicionamiento que está, cuando menos así lo indican las encuestas hasta hoy, lejos de lograrse.
Pero basta echar una mirada a la estructura del CEN del PRI para advertir que no se puede exhibir en forma más drástica el deterioro del organismo político que, en pleno proceso electoral por la posición más importante que puede disputarse en el país, no cuenta siquiera con todas las carteras cubiertas.
Cuando menos eso indica el directorio nacional que aparece en su portal oficial: Se encuentran acéfalas las secretarias de Gestión Social y Cultura, la de Vinculación con la Sociedad Civil, Asuntos de Personas con Discapacidad, la de Deportes, Vinculación con Instituciones de Educación, el comité Editorial y de Divulgación CNED y la Secretaría de Asuntos Migratorios, que, por cierto es el único partido político mexicano que cuenta con una secretaria similar, aunque de nada le sirve sin titular, ni proyecto, ni acciones.
Es la imagen de un partido semi desmantelado, donde se nombran secretarios generales adjuntos identificados con el presidente del CEN, pero no quieren, pueden o desean designar titulares de las secretarias acéfalas.
La otrora poderosa aplanadora política parece que le faltan algunas piezas importantes.
Pero dicen que van a ganar.