Una probada violenta a CDMX

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José Luis B Garza
José Luis B Garza

Por José Luis B. Garza

Para quienes tenemos ocasionalmente la oportunidad de viajar a la ciudad de México, DF, o actualmente CDMX, no podemos menos que tener la impresión, cuando menos en el centro histórico y en las áreas turísticas o de negocios que solemos visitar los provincianos, que existe seguridad en esta urbe todo dinamismo que ofrece, además, múltiples opciones gastronómicas y de entretenimiento, aún con modestos presupuestos.

En alguna ocasión en que este redactor llegó a la capital mexicana acompañado de  familiares, algunos de ellos que no iban con frecuencia a la capital mexicana, no dejaron de mostrar su asombro ante la actividad que la ciudad registra, sobre todo en el centro histórico aún a avanzadas horas de la noche, algo que se ha perdido en muchas de las ciudades de los estados azotados por la violencia. Eso ha permitido que esta enorme ciudad logre captar anualmente grandes ingresos producto del turismo, de negocios, religiosos o de placer que dan fuerza económica a este lugar asiento de los poderes nacionales.

Pues bien. La capital del país tuvo una pequeña probada de lo que en muchos estados se padece como consecuencia de la inseguridad y delincuencia organizada.

Aún no salen los capitalinos de su estupor, producto de las acciones que se llevaron a cabo en la Delegación Tláhuac, donde en un operativo de la Marina para aprehender a un líder criminal, se produjeron reacciones de los delincuentes que dieron como saldo muertos, bloqueos e incendios, situaciones que ya viven Tamaulipas, Guerrero, Sinaloa y otros estados.

La buena: al parecer, las áreas de conflicto no están ubicadas exactamente en los lugares predilectos de los paseantes, personas de negocios y políticos que visitan con frecuencia, y por diferentes razones, este territorio en el que parece que no se ponen de acuerdo  si es cártel o no es cártel lo que opera como delincuencia organizada en Tláhuac y otras delegaciones.

A final de cuentas y de eso pueden dar testimonio muchas entidades en el país, no importa si son narcomenudistas, productores o procesadores de droga, los efectos en la inseguridad son igualmente perjudiciales para la comunidad en que operan.

Hasta qué punto estas manifestaciones del crimen organizado en las tierras donde tiene su asiento la máxima secretaría encargada de la seguridad nacional como es la de Gobernación, encabezada por Miguel Angel Osorio Chong, será más sensible a lo que ocurre en muchas partes de la geografía nacional y sean capaces de implementar mecanismos u operativos (Si aún es posible) que puedan mitigar la ola de violencia que sacude a muchas partes del país dentro de las que se encuentran comprendidas, desafortunadamente, algunas áreas fronterizas tamaulipecas.

La ciudad de México es la capital del país, también residencia oficial del presidente de la República.

¿Estamos ante una escalada violenta y delincuencial que ya llegó hasta la ciudad sede de los poderes nacionales?

Ojalá y lo que siga sea una acción gubernamental que dé indicios de que la inseguridad va a ser frenada… y no sólo en CDMX.