Nueva York, (EFE).- Con Julius Randle y Jalen Brunson una vez más como referentes, los New York Knicks doblegaron a los Chicago Bulls por 116-100 en su segunda victoria consecutiva desde que apostaron por OG Anunoby para reforzar el proyecto de la Gran Manzana.
El exjugador de los Toronto Raptors sumó 11 puntos y 8 rebotes, pero fueron las dos figuras de los Knicks, Randle y Brunson, los que pusieron la firma a este triunfo basado en una gran segunda mitad (65-45).
Randle consiguió 35 puntos y 6 rebotes mientras que Brunson aportó 31 puntos y 13 asistencias. También destacó el robusto trabajo en la zona de Isaiah Hartenstein con 10 puntos y 20 rebotes (7 de ellos en ataque).
Los Knicks (19-15 de balance) acabaron el partido con 15 pérdidas de balón, pero solo 3 de ellas llegaron en una segunda parte mucho más acertada y sólida por parte de los de Tom Thibodeau
En los Bulls (15-21), que venían con las fuerzas justas tras jugar y perder el martes ante los Philadelphia 76ers, DeMar DeRozan (28 puntos), Coby White (26 puntos y 8 asistencias) y Andre Drummond (13 puntos y 16 rebotes, 8 de ellos ofensivos) fueron los mejores.
Chicago, que sufrió en la lucha por el rebote (57 frente a 43 de los Knicks) y la puntería (41,6% en tiros de campo contra 51,7 % de sus rivales), espera el regreso de Zach LaVine, lesionado desde finales de noviembre y que apunta a volver a la cancha este viernes ante los Charlotte Hornets.
Dos partes muy distintas
No le gustó nada el arranque a Billy Donovan, que pidió tiempo muerto tras dos minutos y medio de partido y ya con sus Bulls 7-0 abajo.
Brunson, con 13 puntos y un perfecto 5 de 5 en tiros de campo, hizo prácticamente lo que quiso en el primer cuarto, pero los Knicks tropezaron con 7 pérdidas de balón (3 de ellas fueron de su base estrella).
En cambio, Chicago se repuso de su gris inicio y encontró alivio en los 9 puntos de DeRozan y los 8 de White.
Con 26-24 tras el primer periodo le tocaba a Randle tomar las riendas del equipo neoyorquino mientras Brunson descansaba. Sin embargo, el ala-pívot se enredó en varias pérdidas de balón y tiros errados que atascaron al ataque local.
En cambio, los Bulls cada vez estaban más cómodos, sobre todo gracias a un DeRozan muy inspirado, y pasaron a dominar el marcador (37-42 con 7.36 en el reloj).
El drama de las pérdidas de balón continuó para los Knicks, con 12 al intermedio, y Caruso con un triple desde la esquina colocó el primer +10 de la noche (44-54).
No obstante, los neoyorquinos cerraron con un parcial de 7-1 en dos minutos que les dejó muy cerca al descanso (51-55) pese a que las sensaciones no eran especialmente buenas, sobre en cuanto a fluidez ofensiva.
DeRozan (19 puntos con 8 de 10 en tiros) y White (13 puntos) encabezaron a los Bulls en la primera parte mientras que Brunson (18 puntos) hizo lo propio en los Knicks.
En la reanudación, los Knicks empezaron a tapar grietas. Randle dejó atrás sus imprecisiones y sumó 11 puntos en el tercer periodo y los neoyorquinos frenaron la sangría de pérdidas de balón con solo 2 en ese cuarto.
La defensa local también subió sus prestaciones y los Knicks se marcharon al desenlace con un colchón interesante (86-78) tras un parcial de 35-23 en ese periodo.
Los Bulls amenazaron con remontar de nuevo el marcador y un triple de DeRozan dejó a los visitantes a solo un punto con nueve minutos por delante (90-89).
Pero entonces llegaron los mejores momentos de los Knicks en toda la velada para disipar cualquier duda. Con varias jugadas de garra, chispa e intensidad,, incluidos dos mates de Randle y Anunoby, los de Nueva York dibujaron un parcial de 9-1 que abrió el camino al triunfo y que encendió al público del Madison Square Garden (99-91 con 6.57 por jugarse).
En la recta final, Randle (12 puntos en el último cuarto) y Brunson (8 tantos) se turnaron para seguir castigando a los Bulls y los Knicks certificaron el triunfo.