Redacción Deportes (EE.UU.), (EFE).- Los Denver Nuggets dependen de sí mismos para acabar la temporada como primeros de la Conferencia Oeste de la NBA, gracias a su importantísima victoria de 116-107 sobre los Minnesota Timberwolves y de la mano de un inmenso Nikola Jokic.
Nuggets y Wolves, empatados en lo más alto del Oeste, se medían en un duelo con enormes repercusiones para la postemporada y el enfrentamiento en Denver no decepcionó para nada, tuvo emoción hasta el último cuarto y los dos equipos mostraron un nivel excelente.
Al final, Jokic fue el factor desequilibrante con un recital de 41 puntos (impresionante 16 de 20 en tiros de campo), 11 rebotes, 7 asistencias y 3 robos.
Los vigentes campeones de la NBA, que acarician su segunda campaña consecutiva como primeros del Oeste, también contaron con 20 puntos y 6 asistencias de Jamal Murray y 18 puntos y 8 rebotes de Michael Porter Jr. La defensa fue asunto de Peyton Watson con 6 tapones.
No fue un paseo para los Nuggets, que sufrieron por momentos y que solo pudieron despegarse en el marcador con un incendiario parcial de 22-7 en el ecuador del último cuarto.
Por su parte, los Wolves, que esperan recuperar esta semana al lesionado Karl-Anthony Towns, vendieron muy cara su derrota y tuvieron como referentes a Anthony Edwards (25 puntos), Mike Conley (19 puntos) y Rudy Gobert (13 puntos y 15 rebotes).
Los Nuggets presentan un balance de 56-24 mientras que los Wolves son ahora segundos con un registro de 55-25 aunque, en caso de acabar igualados con Denver, tienen los criterios de desempate a su favor. Tampoco se pueden descuidar ya que los Oklahoma City Thunder son terceros también con 55-25
Con solo dos partidos por delante, los Nuggets tienen un calendario más favorable aunque sus dos restantes citas serán a domicilio: el viernes en San Antonio ante los Spurs y el domingo en Memphis contra los Grizzlies (ambos equipos están eliminados desde hace tiempo de la postemporada).
A Minesota le quedan dos partidos, ambos en casa: el viernes contra los Atlanta Hawks y el domingo contra unos Phoenix Suns que podrían jugarse ese día evitar el ‘play-in’ del Oeste. Por último, los Thunder cerrarán su temporada en su cancha contra los Milwaukee Bucks y los Dallas Mavericks.
Territorio Jokic
La receta de Mike Malone para sortear al equipo con mejor rating defensivo de la liga consistía en imponer un ritmo alto, de transiciones rápidas, de toma y daca.
Jokic se hizo fuerte desde el principio con 11 puntos, pero los Wolves respondieron con actitud y un ataque coral en un periodo inicial de máxima igualdad (26-28).
Sin Jokic y Murray (todavía con restricción de minutos) en el arranque del segundo cuarto, los Nuggets perdieron frescura y el partido entró en una fase de dominio de las defensas (33-32 con 7.29 para el descanso).
El ‘tempo’ beneficiaba claramente a los Wolves, que dieron forma a un parcial de 0-10 frente a unos Nuggets muy incómodos y a los que se les amontonaban los errores y las pérdidas de balón.
Minesota firmó además una jugada sensacional muy representativa de su estilo cuando un tapón de Gobert a Jokic lanzó un contraataque que tras pasar por las manos de Edwards, Naz Reid y Jaden McDaniels acabó con un mate precisamente de Gobert.
Aunque las sensaciones eran mejores para los visitantes, el duelo seguía moviéndose en márgenes muy estrechos (la máxima antes del intermedio fue un +7 para Minesota) y Denver solo necesitó un par de chispazos de Jokic y Murray para llegar al descanso con sus opciones intactas (49-52).
Edwards y Conley destacaron en los Wolves con 10 puntos por cabeza en la primera mitad.
El paso por el vestuario no enfrió a Edwards, que regresó a la cancha con el cuchillo en la boca y unas ganas de enormes de golpear a los Nuggets desde el perímetro y atacando la zona. ‘Ant-Man’ fue una pesadilla para Denver en ese cuarto con 15 puntos.
Acostumbrados a pasar el rodillo de manera frecuente en la NBA, los Nuggets tuvieron que apretar los dientes para encontrar grietas en la sólida defensa de los Wolves. Se encomendaron entonces a Jokic y el genio serbio respondió de maravilla castigando una y otra vez a Gobert hasta lucirse con 15 puntos solo en ese periodo.
El cara a cara entre Jokic y Edwards en el tercer cuarto fue fascinante, pero el marcador apenas se movió camino de un último cuarto en el que los Nuggets desembarcaron con una ventaja mínima (83-80).
Una vez más, los minutos sin Jokic y Murray parecían territorio decisivo pero esta vez los actores secundarios de los Nuggets aguantaron hasta el regreso de sus líderes (91-87 con 7.31 para el final).
Punto a punto, Denver iba adueñándose del partido y alcanzó un +8 que hasta entonces era su mayor ventaja de la noche, lo que obligó a los Wolves a pedir tiempo muerto (95-87 a falta de 6.09 por jugarse).
No sirvió de nada ya que Minesota se quedó de repente sin argumentos en ataque, todo lo contrario que unos Nuggets absolutamente crecidos y que cerraron el partido con fuegos artificiales, el público en pie y tres mates espectaculares y prácticamente seguidos de Christian Braun.