Nueva York, (EFE).- Angel Reese, campeona en 2023 de la NCAA con LSU y que ha protagonizado una rivalidad memorable en el baloncesto universitario femenino con Caitlin Clark, se declaró elegible para el draft, por lo que se reencontrará en la WNBA con la estrella de Iowa.
Reese y Clark serán dos de los nombres en mayúsculas del draft de la WNBA que se celebrará el próximo 15 de abril.
En 2023, Iowa perdió el título ante LSU en una final que dejó momentos de feroz competitividad (y cierta dosis de polémica) entre Clark, probablemente la estrella más importante del deporte universitario en estos momentos, y Reese, otra enorme promesa del baloncesto femenino.
Iowa se vengó el pasado lunes clasificándose para la ‘Final Four’ con un triunfo por 94-87 ante LSU y un recital espectacular de Clark, que deslumbró con 41 puntos (9 triples), 7 rebotes y 12 asistencias.
Esta es la última oportunidad para Clark de coronarse con el título de la NCAA puesto que ya ha anunciado que dará el salto a la WNBA, donde con toda probabilidad las Indiana Fever la escogerán como número uno del draft.
Reese, que había dejado en el aire su paso a la WNBA este año hasta su anuncio de este miércoles, fue el lunes la mejor de LSU con 17 puntos, 20 rebotes, 4 asistencias, 2 robos y 3 tapones.
Tras el encuentro, Reese denunció en una rueda de prensa el acoso que ha sufrido desde que se proclamó campeona en 2023 con LSU.
“He pasado por muchas cosas, he visto muchas cosas. He recibido muchos ataques. Amenazas de muerte. He sido sexualizada (…). He pasado por muchas cosas pero me he mantenido fuerte todo el tiempo. Intento mantenerme fuerte para mis compañeras porque no quiere que me vean hundida (…), quiero que vean que sigo siendo un ser humano”, afirmó entre lágrimas.
Este nuevo cara a cara entre Clark y Reese se vivió con una expectación descomunal en EE.UU. dentro de un ‘March Madness’ con el público más pendiente de la competición femenina que de la masculina.
Así, la cadena ESPN, citando datos de Nielsen, informó que 12,3 millones de espectadores de media (con un pico de 16,1 millones) vieron el partido entre Iowa y LSU, lo que lo situó como el encuentro universitario de baloncesto femenino más seguido de la historia.
Como comparación, la audiencia de ese partido de ‘Elite Eight’ en la NCAA fue superior a la de cuatro de los cinco encuentros de las Finales de la NBA del año pasado entre los Denver Nuggets y los Miami Heat.