Ciudad de México, (EFE).- El presidente chileno, Gabriel Boric, afirmó este jueves en un discurso en el Senado de México que “Latinoamérica no se puede callar” ante las violaciones de derechos humanos en la región y denunció de manera expresa la situación de los “presos políticos” en Nicaragua.
Así lo indicó Boric en su intervención en la sesión solemne del Senado mexicano, en su último día de visita oficial al país.
“Nosotros hemos aprendido que cuando se violan los derechos humanos en pueblos de América Latina, uno no puede callar. Siento y palpita en nuestro corazón latinoamericano la solidaridad que México tuvo con nosotros”, sostuvo el presidente chileno, en referencia a la “generosa acogida” a los exiliados chilenos tras el golpe de Estado de 1973.
“No podemos mirar para el lado ante la crisis que está viviendo Haití, no podemos mirar para el lado ante los presos políticos en Nicaragua”, agregó, al reconocer que tanto su país como México “también” habían sufrido casos de violaciones de derechos humanos.
Las declaraciones de Boric, presidente con apenas 36 años y representante de la nueva izquierda latinoamericana, contrastan con el silencio al respecto de la situación de Nicaragua por parte del también izquierdista presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
López Obrador recibió este miércoles en el Palacio Nacional a Boric, en el primer encuentro oficial entre ambos mandatarios.
México no se ha sumado a las denuncias de la mayoría de la comunidad internacional desde diversos organismo internacionales, como la Organización de Estados Americanos (OEA), sobre la represión política en el país centroamericano.
Nicaragua atraviesa una grave crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que el presidente Daniel Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión.
Ortega lleva 15 años y 10 meses consecutivos en el poder, en medio de denuncias de autoritarismo y fraude electoral.