Los cambios no son cambios,
son sólo oportunidades para
cambios que sí son.
Un cambio de presidente,
no cambia ideologías.
Alfredo Cuéllar
FIN DE LA PESADILLA
20 de enero, dejó Trump la Casa Blanca y lo que pareció una pesadilla para millones en esta nación, llegó a su fin.
NUEVO PRESIDENTE
Un nuevo presidente inicia una difícil portentosa tarea: reencauzar a esta nación, los Estados Unidos, que irónicamente, se daba por llamar Estados “Des-Unidos,” en redes sociales.
CAMBIO DE PODERES INUSUAL
Un cambio de poderes inusual, con máscaras, con expresidentes, y exprimeras damas, y con escasa audiencia. Un cambio con Lady Gaga y Jennifer López cantando, con poemas y discursos llamando al patriotismo, a la unidad, a la sanación, después de una de las mayores crisis de la República.
Un cambio sin precedentes en términos de las medidas de seguridad, y los miles de guardias, soldados, y policías resguardando el proceso donde no faltaron mensajes falsos de atentados. Un cambio con juramentos sobre las biblias. Un cambio que es cuidadosamente seguido en todos los rincones del mundo por sus implicaciones.
SIGUE LA DESUNIÓN
Pero en medio de esta solemnidad, y de estos momentos de alivio y de reencauzar políticas y cursos de acción, es imposible no pensar en 74 millones de votantes que ven lo opuesto de lo que hemos visto muchos en este cambio. Millones que están tristes, siguen pensando que Biden es un presidente ilegítimo, ven en el Congreso a enemigos de sus ideas y sus intereses. En realidad, un cambio de presidente, y del Congreso, necesario como ha sido, pero que no cambia la cultura ideológica y la brecha entre Republicanos y Demócratas. Los primeros ya se han unificado criticando las iniciativas sobre migración de la nueva administración, se oponen con todo, a que se hagan ciudadanos los soñadores, sus padres y los que califican en esta iniciativa migratoria, prometida y ya en el Congreso para su aprobación.
LUCHA A MUERTE
¿Qué está detrás de esa lucha a muerte entre ambos partidos? Nada más y nada menos que sus supervivencias. De acuerdo con encuestas 8 de cada 10 votos de nuevos inmigrantes naturalizados votan por el partido demócrata. Pelearán entonces a MUERTE cualquier reforma que los lleve irremediablemente a perder votos, elecciones, y poder.
SIN NOVEDAD EN EL FRENTE
Sin novedad en el frente, las cosas en Washington siguen como siempre, y los Estados Unidos, siguen siendo “estados desunidos.”