Tapachula (México), (EFE).- La caravana con unos 500 migrantes que salió esta semana desde la frontera sur de México avanzó este martes alrededor de 80 kilómetros hacia el municipio de Villa Comaltitlán entre denuncias de robos y violaciones a integrantes del contingente.
Este grupo de personas de unas 10 naciones, que salió el lunes de Tapachula, denunció que han sufrido asaltos y los han despojado de sus pertenencias, mientras que una mujer embarazada fue violada por sujetos desconocidos cuando transitaba por el tramo carretero de Huehuetán – Huixtla.
Lenin Sanado, migrante venezolana, lamentó que fueron víctimas de la inseguridad y de los presuntos delincuentes únicamente por evadir un puesto de migración.
“Nosotros somos personas pacíficas, tranquilas y que solo queremos que nos den libre tránsito hacia nuestro destino, aquí se puede ver a un crisol de razas que vienen sufriendo por las inclemencias del tiempo”, comentó a Efe.
La mujer afirmó que México es el país por el que más les ha costado transitar.
Otro migrante de Venezuela, quien pidió no ser identificado, insistió en que no están pidiendo comida, dinero o algún lugar para dormir, sino un permiso temporal para poder transitar hasta la frontera con Estados Unidos.
“Si las autoridades mexicanas nos cobran 100 dólares se paga y nos vamos, porque no buscamos quedarnos en su país, pero nos obligan a hacer estas cosas como la caravana, donde se ponen en riesgo a mujeres y niños para poder avanzar”, sostuvo.
Fredy Calderón, otro de los migrantes que camina con el grupo de personas rumbo a Mapastepec, pidió al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador que se solidarice con la caravana, ya que quienes han salido de Venezuela huyen de una dictadura, según contó.
La caravana se ha disgregado en Villa Comaltitlán, ya que avanzan por pequeños grupos, unos suben a los autobuses colectivos, mientras que otros que no tienen dinero avanzan por la carretera a temperaturas superiores a los 36 grados.
La caravana migrante va custodiada por elementos de la Guardia Nacional, una ambulancia y agentes del Instituto Nacional de Migración (INM).
Algunos migrantes ya han sido deportados de Estados Unidos y siguen con la idea de poder volver a llegar a la frontera norte para cruzar de manera irregular.
Las caravanas reflejan un flujo migratorio récord a Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) ha interceptado a más de 1,7 millones de personas en lo que va de año fiscal 2022, que se inició en octubre pasado.
Además, México recibió un récord de más de 58.000 solicitudes de refugio en la primera mitad de 2022, un incremento anual de casi 15 %, según la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).