Jerusalén, (Notimex).- Investigadores de la Universidad de Tel Aviv presentaron el primer prototipo del mundo de un corazón impreso en 3D con tejido humano, un gran avance para la ciencia y para el futuro de las cirugía de trasplantes de órganos en la próxima década.
La innovadora tecnología fue desarrollada por los doctores Tal Dvir y Nadav Nur de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad de Tel Aviv (TAU), y Nadav Noor, su estudiante de doctorado en Ciencias Avanzadas, en colaboración con la facultad de ingeniería y el Centro Biotecnológico Segol.
“Es la primera vez que se hace un corazón con una impresora 3D con tejido humano de un paciente”, explicó el profesor Tal Dvir, director de la investigación, en una conferencia de prensa para la presentación de órgano tridimensional artificial, que palpita de verdad.
Dvir destacó que desde la invención de la impresora 3D, los científicos han estado tratando de imprimir órganos humanos utilizando tejido vivo, dada la importancia que representa para la ciencia, la medicina y sobre todos para los pacientes que requieren de un trasplante de órgano.
Este avance pavimenta el camino hacia la medicina del futuro, con la esperanza de que aquellas personas que necesiten trasplantes puedan conseguirlos en laboratorios y con menor tasa de rechazo, destacó el científico de la Universidad de Tel Aviv.
“Los científicos involucrados dicen que esta tecnología estará disponible dentro de diez años”, subrayó, tras explicar que corazón 3-D está completo, tiene vasos sanguíneos, realizados con “tinta” personalizada hecha de colágeno, cartílago y tejidos de la válvula aórtica.
Dvir indicó que aunque el corazón es similar en tamaño al de un conejo y en realidad aún no funciona, su impresión es un gran avance, ya que “imprimir” un corazón de tamaño humano en 3D implica básicamente la misma tecnología, según reporte del Ha’aretz Daily en línea.
“Necesitamos desarrollar más el corazón impreso. Las células necesitan formar una capacidad de bombeo; Actualmente pueden contactar, pero necesitamos que trabajen juntos. Nuestra esperanza es que triunfemos y probemos la eficacia y utilidad de nuestro método”, agregó.
En otras palabras, abundó, la siguiente etapa es cultivar el corazón del tamaño de un roedor en el laboratorio, cultivarlo y madurarlo, y enseñar al órgano artificial, pero biológico, a “comportarse” como un corazón. “La etapa posterior será trasplantar corazones impresos en 3D a animales para probar su funcionalidad”, apuntó.