Puebla, (Notimex).- El Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), con aprendizaje e inteligencia computacional, clasifica el llanto de bebé para detectar enfermedades neurológicas y otras patologías.
Carlos Alberto Reyes, investigador del INAOE y líder del proyecto, informó que el aprendizaje e inteligencia computacional y la acústica sirven de base para el desarrollo de sistemas, que de forma automática clasifican el llanto y voz de bebé, y detectan diversas patologías.
Desde el año 2002, en el INAOE se trabaja en distintos proyectos de análisis y clasificación automática del llanto de bebé. Originalmente se buscaba diagnosticar patologías como asfixia y sordera en recién nacidos, pero al paso del tiempo el trabajo ha evolucionado.
“Lo ideal sería tener una aplicación en un celular que pueda utilizar una enfermera o un médico en zonas rurales que no cuenten con dispositivos especializados, que al grabar al bebé, la aplicación le diga si hay algo que pueda estar mal, para que lo envíe al especialista recomendado por nuestro sistema, dependiendo de la patología identificada”, explicó.
En un comunicado institucional, el doctor Reyes mencionó que los avances en la investigación permitieron establecer una colaboración científica México-Italia, en busca de detectar enfermedades neurológicas a través de la clasificación del llanto, la voz y las expresiones faciales.
“Lo que se espera con este proyecto es llegar a una interfaz de diagnóstico que puede ser empleada a través de dispositivos móviles, accesibles para cualquier enfermera o médico en cualquier lugar”, comentó.
Los modelos que se han desarrollado al paso del tiempo evolucionaron, no sólo porque se incorporaron complejos algoritmos computacionales, sino porque también se han añadido muestras de otras patologías, lo que amplió la gama de opciones de clasificación.
Entre las patologías con las que han trabajado se encuentran la ictericia, asfixia, hipoacusia, el hipotiroidismo y nacimientos de alto riesgo.
“Nos gustaría mucho trabajar en detección temprana de autismo”, acotó.
“Siempre que desarrollamos un nuevo modelo lo probamos con llanto, esa fue una evolución natural, por el área en la que estamos. Actualmente trabajamos con un grupo italiano interesado en estudiar el llanto de bebés prematuros, quienes por su condición son propensos a desarrollar alguna patología. Este proyecto es para prevención y seguimiento”, señaló.
El equipo del doctor Reyes trabaja con un grupo de la Universidad de Florencia, particularmente con la doctora Claudia Manfredi, en el marco de un proyecto financiado por la Secretaría de Relaciones Exteriores y el Ministerio del Exterior italiano.
“Nosotros tenemos muestras de italiano, francés, español de México y de Cuba, árabe, turco y búlgaro, albano, portugués y algunos idiomas africanos. Este estudio es más estadístico y requiere un mayor número de muestras, pero hasta el momento los resultados han sido muy alentadores”, reveló.
“Esto abre todo un campo nuevo que puede ser algo así como psicología fetal: cuánto sabe un bebé cuando nace, cuánto aprendió en el vientre de su mamá para modular su llanto con base en lo que escuchó desde el vientre”.