Para La Red Hispana
Si los planes de los republicanos del Congreso se materializan antes de fin de año, la comunidad de migrantes recibirá uno de los más desagradables “regalos” navideños de la historia reciente.
Se trata de la iniciativa de ley HR 5283, que ha sido utilizada por los republicanos como punta de lanza en sus negociaciones a puertas cerradas con los demócratas, como condición para liberar el paquete de ayuda de emergencia a Ucrania, Israel y Taiwán.
Rechazada por decenas de organizaciones comunitarias, la iniciativa prohíbe el uso de fondos federales para refugios temporales, con lo cual se dejaría de financiar el proceso de asilo para cientos de miles de migrantes al año, además de recortar los permisos de entrada a través del proceso de “parole”, es decir, libertad condicional humanitaria.
Que los republicanos de la Cámara de Representantes y del Senado deseen endurecer la política migratoria no es noticia. Después de todo, se trata del mismo partido que nunca alzó la voz ante las crueles políticas de la era Trump, como la separación de niños migrantes de sus padres en la frontera. Cientos siguen sin poder reencontrarse con sus madres.
Lo que sorprende es que, ante la incapacidad de lograr aprobar la crucial ayuda a Ucrania, en un momento crítico de la guerra con Rusia, el presidente Joe Biden pareció doblar las manos. “Estoy dispuesto a hacer concesiones importantes en la frontera. Necesitamos arreglar el sistema fronterizo roto”, indicó.
Que Biden ceda ante las presiones de los republicanos tampoco es nuevo. Como senador por Delaware se acostumbró a convertir a la política en el arte de lo posible. En un ambiente de polarización, alguien tiene que doblar las manos. En este caso, parece que será el presidente de los Estados Unidos, a fin de rescatar la ayuda a Ucrania.
Pero hacerlo sobre las espaldas de los seres más vulnerables de la sociedad, los migrantes que buscan asilo, me parece un despropósito.
La buena noticia es que un creciente número de legisladores demócratas, incluidos miembros del Caucus Hispano y senadores veteranos como Alex Padilla, Bob Menéndez, Dick Durbin, Cory Booker, Tim Kaine y otros, no parecen estar dispuestos a que Biden se vaya por la libre.
“Utilizar un paquete de gastos para promulgar estos cambios políticos permanentes que no están relacionados, crea un precedente peligroso y arriesga la asistencia a nuestros socios internacionales”, le advirtieron en una carta 10 senadores demócratas. “Si la expectativa es que vamos a ceder en relación con un programa futuro de libertad condicional humanitaria, eso no va a ocurrir”, acotó por separado el senador Kaine.
Nada está escrito sobre piedra en las negociaciones presupuestales. Nada está acordado hasta que todo está acordado. Y la velada amenaza de los demócratas es una señal de que una propuesta migratoria dura y radical tendrá dificultades de ser aprobada en el Senado.
Enhorabuena por el sistema de pesos y contrapesos de la democracia de Estados Unidos. Lamentablemente seguimos presenciando el espectáculo de una clase política disfuncional que sigue poniéndole “curitas” a un paciente (el sistema migratorio) en la unidad de cuidados intensivos. O todavía peor, prescribiendo una píldora venenosa y no un remedio eficaz.
Si a usted le preocupa el estado de cosas en los Estados Unidos en relación con éste y otros temas, llame o escriba a su representante de distrito o su senador, y dígales lo que piensa. En el caso del presidente, esa opinión se escuchará con el voto hispano en noviembre próximo.