Monterrey (México), (EFE).- El cuerpo de la joven Bionce Jazmín Amaya Cortez, quien desapareció y falleció en Nuevo León hace una semana, fue entregado este lunes y sería trasladado a Mission, Texas, Estados Unidos, donde residía, informaron autoridades mexicanas.
La joven desapareció el 9 de abril en el municipio de China, estado de Nuevo León, norte de México, tras acudir pasar las vacaciones de Semana Santa, y cinco días después su cuerpo fue hallado en un rancho de la comunidad El Verde, municipio de General Bravo después de una serie de revisiones tras intensificar su búsqueda.
Fuentes de la Fiscalía General del Estado de Nuevo León señalaron los trámites para la recuperación del cuerpo los llevó a cabo un primo cuyo nombre no se dio a conocer además de que la familia recibió apoyo de la Comisión local de Atención a Víctimas.
Tras la entrega del cuerpo, los restos mortales de la joven madre de familia, dejó en la orfandad a un menor de cuatro meses, podrían ser velados en Nuevo León y posteriormente trasladados a Mission, Texas, y posteriormente serán entregados en uno de los puentes internacionales de Reynosa, Tamaulipas, que conectan con Texas, Estados Unidos.
El caso de Bionce Jazmín se suma al de otras desapariciones registradas en el municipio de China, que conecta con la ciudad de Reynosa, estado de Tamaulipas, frontera con Estados Unidos, como es el caso de las hermanas Marina y Maritza Pérez Ríos, así como Dora Alicia Cervantes Sáenz, quienes fueron vistas por última ocasión en esa área el pasado 25 de febrero.
Las mujeres, también residentes de Texas, viajaron a Nuevo León para vender ropa en un mercado del ayuntamiento de Montemorelos.
Bionce Jazmín, nació en General Bravo, Nuevo León, pero, junto con su familia, tenía años de residir en Mission, Texas de donde salió para trasladarse a México a pasar el reciente periodo vacacional y donde murió en circunstancias poco claras.
La autopsia reveló que la joven de 20 años falleció a causa de contusión profunda de cráneo y de tórax; pruebas de ADN permitieron establecer su identidad, aunque el cadáver ya había sido reconocido por un familiar.
Hace un año, la desaparición de la joven Debanhi Escobar y el hallazgo de su cuerpo semanas más tarde también dirigieron los reflectores al estado norteño de Nuevo León y levantó dudas sobre el proceder de la Fiscalía estatal, ya que había indicado que su muerte fue un accidente, para después recular y reconocer que se trató de un feminicidio.
De acuerdo con colectivos, en Nuevo León existe una cifra de 6.000 personas desaparecidas, de las cuales unas 1.800 son mujeres.